Dirigirse a Malvinas Argentinas, un pequeño pueblo cordobés pegado a la capital, que está entregando el cuerpo en una lucha desigual contra los verdaderos poderes del mundo y sus representantes locales.
Desde hace dos semanas están de acampe, con represión y detenciones de la Policía de Córdoba incluidas, y rodeados por la corporación empresario-sindical de la provincia que hoy salió con los tapones de punta amenazando que por la protesta se podían perder 200 puestos de trabajo y que la misma afecta el "clima de negocios".
Justo a esta gente le van a venir a decir que afectan el clima. El cinismo de un empresario sumado a un "sindicalista" amigo del poder provincial no reconoce límites.
Ya van 15 días de bloquear los ingresos a la planta que Monsanto está construyendo en su localidad a pesar de que la mayoría de ella se opone por obvias razones. Lo único que piden es que se cumpla con los pasos legales (que se presenten los estudios de impacto ambiental que exige la ley de Ambiente) y que les permitan realizar una consulta popular para votar soberanamente.
Se necesitan artistas. Urgente. Un fogón lleno de vida los espera.
Alguien ayer escribía: "La lucha contra Monsanto es la lucha por la soberanía de un pueblo. Y la soberanía de un pueblo no se negocia".
Hay que ponerle música, trazos, color, imágenes, letras, poesía, por lo colectivo y solitaria de la gesta.
Rodeados, sólo los artistas podrán protegerlos y recargarles el alma.
El Poder de Córdoba tiembla estas semanas, desnudo por sus vínculos con el narcotráfico y la trata de personas, ahora por unas simples mujeres que pararon las fumigaciones en el barrio Ituzaingó Anexo y se tiraron sobre la ruta para detener el ingreso de camiones a la planta de la multinacional.
Lograron que Monsanto asegurara que detenía la obra. En verdad es un rearme para ir con cada uno de los ámbitos de la provincia a por la cabeza de los manifestantes (Justicia -negó habeas corpus estos días -"Hasta Videla los aceptaba", dijo un legislador provincial-, CGT delasotista, cámaras empresariales y grandes medios cordobeses -rebosantes de términos como "activistas", "preocupación"-).
Se necesitan los artistas para dibujar las trazas de las contradicciones y romper con la red de miedos de los que saben que están en contra de Monsanto pero no se animan a decirlo a viva voz por miedo a "hacerle el juego a la derecha" o por no afectar los intereses del gobierno nacional que apoyan genuinamente.
Hay indicios de que en el kirchnerismo cordobés ya no hay espacio para desentenderse de esta problemática visibilizada por los más débiles, por lo menos en el ámbito provincial (se descontaba la indiferencia de medios de alcance nacional).
Se necesitan artistas, una jornada pacífica de resistencia con olla popular los espera.
Que la mejor de las sensibilidades, esa que late junto al Pueblo, los ilumine.
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miércoles, 2 de octubre de 2013
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