González destacó que no veía "inadecuado" trazar "continuidades interesantes" entre los períodos "alfonsinismo-kirchnerismo, poniendo entre paréntesis un período que no me interesa analizar, que es poco inspirador, que fue el de (Carlos) Menem".
“El período de (Carlos) Menem es muy inspirador para debatir estas cuestiones de cuándo empezamos a concebirnos como consumidores”, advirtió Sarlo. A lo que González respondió: “No me siento interpelado, Beatriz, porque no haya tomado a Menem para hablar sobre moralismo. No vine aquí a hacer una profesión minusválida de sentimiento”, sostuvo González y calentó el auditorio que comenzó a aplaudir.
González coincidió con Sarlo en la necesidad de trabajar sobre la pobreza, la desigualdad, la educación, y agregó que en esta etapa de discusión también entran “la justicia, y la estructura de la justicia; los medios de comunicación, y la estructura de los medios; el modelo productivo. Y están en discusión los niveles de pobreza que a todos nos preocupan o también nos escandalizan”. “El Estado también tiene que mirarse a sí mismo y se precisa una reforma estatal, que es propicio pensarla ahora”, añadió.
Durante su intervención, Sarlo sugirió “pensar en una consigna para el próximo gobierno, para quienes aspiren a gobernar la Argentina, que es la reducción del nivel de pobreza. Le pondría un título: la villa miseria como tema nacional. La villa concentra todos los temas en términos de igualdad y libertad: ahí tienen seguridad, narcotráfico, desocupación, desocupación juvenil, la educación, la desigualdad en el acceso a todos los bienes públicos”.
“Los años 90, la crisis de 2001, pero también la década que ha pasado, nos han dejado con un cuarto de la población argentina bajo la línea de pobreza. En términos de igualdad económico-social, este país ha retrocedido, con todas las consecuencias que eso tiene: ha retrocedido en términos educacionales, no porque la inversión no haya aumentado, y mucho, durante los gobiernos de Néstor y Cristina, sino porque las condiciones en las que se desarrolla son muy difíciles y aún no se crearon los instrumentos para una igualación que permita sacar a los pobres de las escuelas de pobres y hacer las mejores escuelas donde están ellos. Es una deuda hacia el futuro”, agregó.
“Yo no estoy convencida de que exista una ‘quebradura social’, incluso esta mesa lo demuestra. Estamos psicopateados por la falta de diálogo de ellos (el Gobierno) y por tanto nos vemos en una situación de hiperdialogar”, afirmó Sarlo.
Transcurridos los primeros minutos de la
exposición, el cuantioso público no tardó en demostrar cierta
disconformidad ante un debate que todos esperaban fuese “mucho más
subido de tono”.
Aunque para los que se quedaron hasta el
final del encuentro hubo premio, ya que en las declaraciones finales se
dio entre los oradores un pequeño cruce de opiniones en que el
auditorio siguió con aplausos y silbidos para ambas partes. Y llegado el
momento de las preguntas, el público estalló en preguntas filosas y
comprometidas para ambos, al punto de que en los momentos finales, varios de los concurrentes
se levantaron de sus asientos para seguir formulando preguntas".
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