Marco Targhetta y Cristian Santos son dos profesionales de la UNRC que estimaron cuánto le costará al país el "acuerdo" al que se entregó el gobierno de Cambiemos ante los fondos buitre. Por ejemplo, el presupuesto universitario anual no alcanzaría para cubrir los pagos que deberemos hacer durante varios años a los buitres.
"El gobierno argentino acaba de anunciar la colocación de deuda por 16.500 millones de dólares, según el siguiente detalle: 2.750 millones a tres años y a una tasa del 6,25%; 4.500 millones al 6,85% a cinco años; 6.500 millones al 7,5% a diez años y 2.750 millones al 7,62% a treinta años", detallaron los especialistas, que aseguraron que su intención fue estimar "el compromiso presupuestario que debiera realizarse si se decidieran juntar, año a año, los recursos para poder pagar en los términos comprometidos en aquellas emisiones.
Para ello, suponemos una amortización lineal del capital, es decir, que los recursos destinados a la cancelación de cada bono, aunque no se pague, se previsionan proporcionalmente. Por ejemplo para el primer año 1/3 del valor del bono con vencimiento en 2019, 1/5 de los bonos a vencer en 2021, 1/10 para los de diez años y 1/30 para los más largos. Al compromiso por capital se adicionan el de los intereses sobre el capital adeudado según lo establecido en el detalle precedente. Con estos criterios se define el cronograma de compromisos que se presenta a continuación:
Dados los supuestos de nuestra estimación, los requerimientos anuales son mayores al inicio. Hasta el tercer año se suman los compromisos derivados de los bonos con los cuatro distintos vencimientos, después del tercer año ya se habrá cancelado el primer bono, después del quinto año los dos primeros bonos, y así con el resto, el compromiso presupuestario anual también iría disminuyendo con el tiempo.
Ahora bien, de aquellos 16.500 millones de dólares, 9.300 se usarán para pagar en efectivo a los fondos que mantienen su litigio contra el Estado Argentino en el juzgado de Griesa en Nueva York. De modo que ese dinero ni siquiera entrará a la economía argentina, sino que irá directamente a las cuentas bancarias de esos fondos financieros que no aceptaron los canjes de 2005 y de 2010. El resto, unos 7.200 millones, sería usados, según declaró el ministro Alfonso Prat Gay en conferencia de prensa, “para no hacer un ajuste fiscal” (sic).
A diario observamos la multiplicación de despidos, el aumento de tarifas y la aceleración de los precios. El ajuste en realidad ya comenzó. Se evita algo antes de que ocurra, no después. Pero concentrémonos en el costo anual estimado de la operación. Dado lo anterior, en el primer año de vencimientos, Argentina deberá enfrentar un pago por los cuatro bonos por un total de casi 3.800 millones de dólares. De modo que de aquellos 7.200 millones, en realidad sólo estarían “disponibles”, en el mejor de los casos para mitigar los efectos del ajuste, 3.400 millones.
El gasto total que se comprometió en el Presupuesto Nacional 2015 para Educación, por ejemplo, fue de unos 68.000 millones de pesos. A un tipo de cambio de 15 como el actual, eso equivale a unos 4.550 millones de dólares.
En la República Argentina hay actualmente 53 universidades nacionales. Durante 2015, el Tesoro Nacional les transfirió, entre salarios docentes, salarios no docentes, programas de intercambio, cooperación internacional, capacitación, programas especiales, categorizaciones, incentivos a la investigación, etcétera, un total de casi 50.000 millones de pesos. Al tipo de cambio actual, eso equivale a unos 3.333 millones de dólares. Si el gobierno nacional decidiera enfrentar ese primer vencimiento entregando el equivalente a la totalidad de los recursos que en 2015 transfirió a las Universidades Nacionales por todo concepto, no le alcanzaría.
Y esto se repetiría durante los tres primeros años.
El costo de esta deuda es altísimo. Pero lo más grave está en la concepción política en la que se enmarca. Se optó por cambiar la producción nacional por la especulación financiera, la generación de riqueza por el endeudamiento, llegando finalmente al absurdo de pretender la pobreza cero incrementando masivamente la cantidad de pobres, eso sí, con un mensaje de esperanza y felicidad prometida para legiones de nuevos desafortunados, insistiéndoles con que la confianza en los mercados y en el sector financiero nunca debe perderse.
Podremos perder el empleo, la producción nacional, la autonomía económica, la soberanía política y hasta el orgullo de ser argentinos. ¡Pero Dios no permita que perdamos la fe en los mercados financieros!". Más:
El País (España): "Ajuste en Argentina: la mayor universidad sólo tiene dinero hasta agosto"
0 comentarios:
Publicar un comentario