Edu van der Kooy: "Massa aspira a convertirse en el rival final de Scioli o, al menos, en árbitro de la contienda si se llega a una segunda vuelta. La última recta de su campaña la utiliza para confrontar con Macri. En un ensayo postrero para quebrar la polarización. No dejó pasar una coma en el viraje discursivo del líder del PRO luego de la apretada victoria de Horacio Rodríguez Larreta en Capital. Hasta rastreó una diferenciación. Echó sombras sobre la política de planes sociales del kirchnerismo que Macri jura que mantendrá. Massa cree que detrás de esos mecanismos se ocultan negocios y extorsiones. Amén de fomentarse la división social. Extrajo la conclusión de algunos trabajos cualitativos de su equipo de asesores que depararon sorpresas. Muchos de los beneficiarios de aquellos planes también cuestionan su instrumentación y su carácter clientelar".
Joaco Morales Solá: "Con todo, lo que más sorprende del reclamo oficial es el reproche a Macri por haberle robado al Gobierno la Asignación Universal por Hijo. En todo caso, se la hurtó a su aliada Carrió (que fue la autora original de ese proyecto), a quien ya se la había robado Cristina Kirchner en una imprevisible víspera electoral. De todos modos, es cierto que Macri necesita destruir el fantasma que creó el Gobierno, que insiste en que él podaría los planes sociales hasta extinguirlos. En medio de ese esfuerzo contra los fantasmas y la rumorología, Macri chocó con el propio Massa; éste se propuso ocupar el lugar simbólico que tenía Macri. Según Massa, los que reciben los planes sociales deben trabajar en tareas públicas. El que no trabaja no recibirá planes, aseguró. No es una ocurrencia suya; es el resultado de muchas consultas sociales (o focus grups) que lo sorprendieron por el grado de virulencia de los consultados contra el descontrol de la ayuda social".
lunes, 3 de agosto de 2015
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