martes, 27 de abril de 2021

NYT y La Vanguardia publican los aprietes en los contratos de Pfizer

New York Times (Estados Unidos): "Cuando las vacunas salieron al mercado, algunos fabricantes insistieron en una amplia protección de la responsabilidad que puso en peligro el acceso de los países más pobres. Los Estados Unidos, por ejemplo, tienen prohibido vender o donar sus dosis no utilizadas, como ha informado Vanity Fair, porque las fuertes protecciones de responsabilidad que los fabricantes de medicamentos disfrutan aquí no se extienden a otros países. (El gobierno de Biden recientemente eludió esta restricción al clasificar las vacunas que dio a México y Canadá como "préstamos", pero se trata de una engorrosa solución que crea más confusión y retrasos).

En otros países, Pfizer no sólo ha buscado la protección de responsabilidad contra todas las demandas civiles, incluso las que pudieran surgir de la negligencia de la empresa, sino que ha pedido a los gobiernos que pongan las reservas de su banco central, edificios de embajadas y bases militares, como garantía contra las demandas. Algunos países han, comprensiblemente, se han resistido a estas demandas, según la y el ritmo de los acuerdos de compra se ha ralentizado.

Al verse excluidos de la adquisición de vacunas, esos mismos países también se han encontrado con que no pueden fabricar las vacunas ellos mismos. Las empresas y los países están acaparando tanto las materias primas como los conocimientos técnicos, y han impedido que las naciones más pobres suspendan las patentes a pesar de los tratados internacionales que permiten tales medidas en casos de emergencia".

La Vanguardia (España): "La Comisión Europea acaba de suscribir el segundo contrato con la farmacéutica Pfizer/BioNTech por 300 millones de dosis de vacunas contra la covid más para entregar este año, sin que se conozcan aún los términos contractuales del primer acuerdo. Ni el precio de las dosis, ni las entregas, ni las posibles indemnizaciones por fallos en el fármaco. Ante las críticas por la falta de información, Bruselas publicó a principios de año los contratos suscritos con las compañías tanto autorizadas como las que están en proceso de serlo, aunque tachando la información más relevante, lo que avivó las críticas.

La Vanguardia ha tenido acceso al contrato completo que suscribió la Comisión Europea con la multinacional que se ha convertido en el principal proveedor de vacunas contra la covid de Europa. Y el precio es más elevado de lo que un cargo del Gobierno belga colgó en Twitter. Este filtró 12 euros por dosis, el segundo más alto tras Moderna (18 euros). Sin embargo, el contrato recoge otras tarifas. Los primeros 100 millones de dosis tenían un precio de 17,50 euros por dosis, mientras que desde los 101 a las 200 millones de dosis la tarifa baja a 13,50 euros. Esto supone, según el documento al que ha tenido acceso La Vanguardia , que el precio para los primeros 200 millones de dosis contratados asciende a 15,50 por dosis, a lo que hay que sumar los impuestos.

El documento suscrito detalla las posibles responsabilidades de la compañía en el caso de que el suero produjera algún daño a terceros, incluidas empresas. Y en el texto se deja claro que toda la responsabilidad queda en manos de la Comisión Europea y de los países miembros. La farmacéutica se responsabiliza de algún fallo que pudiera registrarse en la fabricación del suero, pero a partir de la en­trega del mismo a los países miembros, la multinacional no se ­responsabiliza, ni afrontará ninguna indemnización. Ni ella, ni ninguno de sus directivos ni tra­bajadores ni tampoco los de cualquiera de sus socios. No se hace ­referencia en el texto a posibles indemnizaciones por efectos adversos no descritos en la ficha técnica del medicamento".

Más:

¿Qué dice el contrato que Pfizer firmó con Brasil?

lunes, 26 de abril de 2021

Segunda ola: la lucha contra el Covid-19, en primera persona

Una médica intensivista compiló en un hilo de Twitter lo que vive con sus pacientes con cuadros críticos de coronavirus en la sala de terapia intensiva. Vanina Kanoore Edul es miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y trabajadora del Hospital Fernández (Buenos Aires). A través de su cuenta de Twitter reveló el calvario que ve en los pacientes con cuadros más críticos de Covid-19 en la sala de terapia intensiva en medio de la segunda ola de contagios de coronavirus.

"Estas son historias detrás de los números. Discutimos si la letalidad es 2.47 o 2.74. La política y la medicina chocan de frente", empieza el hilo de Twitter. Caso por caso, empezó a contar la situación de cada uno de los pacientes más graves que vio en el último tiempo, advirtiendo la peligrosidad del virus y haciendo una dura crítica a la clase política. "32 años, diabetes bien controlada. Te cuidaste. Ahora estás con máscara de O2, solo pensando en la próxima respiración", comienza.

"59, artritis reumatodea y unos kilos demás. Te voy a buscar a la guardia. No quiero ir a terapia doctora. Le temo al tubo. Tus hijos (6) te piden que aceptes. Cedes. Hace 1 semana que vas de prono a supino y la hipoxemia no cede. Ojalá repuntes", desea la médica.

"49 a. Y nada de enfermedades. Cómo fue que te afectó así? No revierte tu cuadro. Ni en prono ni en supino. Sombrío el panorama. Ella sufre al teléfono. Quisiera consolarla cada mañana estará mejor. Menos de 50% de sobrevida me anudan la lengua y callo", continúa y agrega la situación de una embarazada, de 36 años. "Flaca. Hermosa. Plenitud total. Por suerte lo superaste. Esas 2 semanas me dormí suplicando...que mejore esa chica", cuenta.

También refleja una de las batallas perdidas frente al coronavirus. El caso de uno de los pacientes que perdió la vida en una sala de terapia: "Doc: el Sr no quiere intubarse... no puede más. Me pongo la escafandra. Te cuesta oírme. Resoplas con dificultad. Te miro seria a los ojos. Ok Doc. Lo que Ud diga. Llamás al amigo del alma. Los papeles están ahí. Cuidame a la flaca. Vos sabías que no la contabas. Mi nudo en la garganta".

Fuente

Más:

La emergencia sanitaria y económica reclama urgentes cambios

jueves, 14 de enero de 2021

Por qué fracasó el lockout de la dividida Mesa de Enlace

"El bloque populista nacional y popular logró fracturar coyunturalmente al bloque de centro-derecha, pero habrá que ver a qué “precio” futuro. Lo que pareció una puesta en escena desprolija, como fue el cierre de las exportaciones de maíz dispuesto por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra –pertenece al peronismo kirchnerista-, fue el modo de poner a los productores, y sus aliados de ese momento, contra las cuerdas. Obligarlos a negociar. La tensión derivó en una fractura, por ahora temporal, pero no menos trascendente para ordenar el curso de la nueva economía agro-industrial, asentada en agregar valor a los alimentos (polenta, snacks y carne vacuna, aviar y porcina), a partir del maíz, la soja y el trigo; y al combustible por vía del corte con biocombustibles con base en el maíz.
¿Quiénes son los que se constituyeron en nuevos actores del debate? Las cadenas agroindustriales nucleadas en el Consejo Agro-Industrial Argentino (CAA), que jugaron con el gobierno del frente peronista aislando la protesta de las tres centrales de productores agropecuarios que componen la Mesa de Enlace.
Por eso, el cese de la comercialización de granos fue casi inexistente. En diálogo con Télam, el vicepresidente de la Federación de Transportadores Argentinos, Pablo Agolanti, aseguró hoy (por el martes) que “no se siente” el cese de comercialización y que “la cantidad de camiones que llevan los granos a los puertos es la misma de siempre”.
“Lo que se está viendo por los arribos de los camiones a puertos es que la situación es normal para la fecha en la que estamos. Ayer ingresaron más de 3.000 camiones y se descargaron. Y hoy, por los turnos tomados, más de 3.600 camiones están llegando a puerto sin ningún tipo de problema”, indicó Agolanti en el mismo reporte.
La agroindustria argentina conformó esta organización hace apenas medio año, en julio de 2020. El Consejo Agroindustrial Argentino es un grupo integrado por más de 40 cámaras y entidades del sector que busca promover las exportaciones para alcanzar los u$s100.000 millones anuales en envíos, lo que significa un aumento del 54% respecto a los u$s65.000 millones que se exportan actualmente en el segmento de productos agrícolas.
Dentro de los socios está CONINAGRO (Confederación Intercooperativa Agropecuaria), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria Argentina (FAA). No figura la Sociedad Rural Argentina (SRA). CONINAGRO no adhirió al cese de comercialización de granos dispuesto por la Mesa de Enlace pese a manifestar su adhesión a los argumentos generales; CRA y FAA, sí".

miércoles, 13 de enero de 2021

Hilo: La Nación esconde los negocios de Macri con Alemania

"El lunes, La Nación -un diario cada vez más cercano al bolsillo de Mauricio Macri- publicó una nota sobre la construcción de una obra de 2.500 millones de dólares en Neuquén. Hablan de una puja entre Rusia y China.
¿Qué es lo que no cuentan?
Se trata de un proyecto multipropósito de 2008. Por un lado, genera energía hidroeléctrica y por el otro, favorece el riego y detiene las inundaciones en la región de Neuquén. Además de generar empleo en la provincia y venta de energía a las transportadoras. Veamos qué pasa.
Se hicieron tres licitaciones: la primera la ganó Electroingeniería, pero Enrique Pescarmona (único fabricante de turbinas en el país) fue en queja a la Justicia. La obra se frenó por las garantías. Hubo una segunda licitación fallida y una tercera que ganó Eduardo Eurnekián con socios rusos.
¿Pero qué sucedió en el medio? El gobierno macrista comenzó a necesitar del FMI y, en un encuentro con Vladimir Putin, Macri quiso cuestionar a los inversores rusos y comenzó a dialogar con Angela Merkel para que Alemania se asociara con Eurnekián.
¿Qué hizo Macri con dos ministerios?
Cambió las condiciones del oferente por medio de una disposición de esos dos ministerios. De un plumazo, apartó a los inversores rusos y colocó en su lugar al mayor fabricante de turbinas hidroeléctricas de Alemania como socio de Eurnekián. ¿Se entiende? Eso no le agradó a Putin.
Entonces, lo que La Nación titula "un proyecto clave del kirchnerismo", es en verdad motivo de pujas entre bimillonarios nacionales y extranjeros que nada tienen que ver con la grandeza de la Argentina y su soberanía energética.
El diario macrista hace lobby por Alemania".
Más:

lunes, 11 de enero de 2021

Proponen medidas urgentes para detener el rebrote del coronavirus en Argentina

Científicos del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) urgieron tomar medidas que puedan revertir la ascendente curva de casos de coronavirus que el país sufre por las múltiples flexibilizaciones, los discursos negacionistas, el obstruccionismo opositor y la confianza exagerada en que el calor del verano puede disminuir la contagiosidad del virus.
Sin embargo, estos especialistas sugirieron, este fin de semana, implementar rápidamente medidas de dos tipos: permanentes e intermitentes. Las intermitentes aplican restricciones locales, planificadas y selectivas por actividad y jurisdicción. Las permanentes son cuidados a sostener en todo el territorio nacional. 
Además, pidieron apuntar a demoler la curva en vez de “solo aplanarla”, haciendo los casos contenibles de manera eficaz vía mecanismos de rastreo y aislamiento preventivo de contactos estrechos; priorizar la prevención de contagios por aerosoles en lugares cerrados y mal ventilados, restringir la circulación entre distritos con diferente situación epidemiológica y recuperar el compromiso de “las personas que cumplen”
También aconsejaron reforzar la idea de que “todos y todas somos transmisores”, apostar a “la mejor versión de nosotros mismos”, desarmar la percepción de “tormenta perfecta”, y garantizar que las nuevas medidas de cuidado y las restricciones con su planificación sean comunicadas muy efectivamente a la población. 
Los ingenieros Rodrigo Castro y Ernesto Kofman, y el sociólogo Daniel Feierstein, los tres investigadores del Conicet, explicaron que "la curva es una foto vieja, una versión retardada de la dinámica que sucedió 2 semanas atrás. Puede verificarse tanto en modelos de simulaciones como en datos de la realidad que es viable tomar medidas preventivas, adelantándose a la epidemia, y cosechar los frutos al cabo de entre 1 y 2 semanas. 
"Apoyándose en esto, y reconociendo que las medidas “duras” demasiado prolongadas en el tiempo pierden todo efecto, proponemos la intermitencia planificada. Esto es, períodos prediseñados de restricciones seguidos de períodos de flexibilizaciones. Por ejemplo, una semana (y sus fines de semana inmediatos) de cierre, aplicados con una frecuencia mensual", especificaron.
"Con esta idea, la sociedad y el Estado comparten un plan común, con objetivos claros (reducir la cantidad de muertes) y logros medibles, generando la sensación de que vale la pena un esfuerzo durante un tiempo acotado para cosechar éxitos y recuperar movilidad durante otro tiempo, que también será acotado", argumentaron. Sumado a esto, "las ayudas económicas necesarias a determinados rubros se pueden prever, presupuestar y calcular, dado que son limitadas, e invierte la lógica de que las noticias circunstanciales solo pueden ser buenas (por ejemplo, levantar un cierre planificado si la situación de la jurisdicción fuera demasiado buena, al contrario que reaccionar aplicando un cierre imprevisto cuando la situación se torna demasiado mala)". 
Finalmente, los científicos llamaron a desarmar "la tormenta perfecta", que -desde noviembre de 2020- supone "una combinación de percepciones sociales que se conjugó de manera contraproducente, produciendo un relajamiento resultante que se refleja como rebrote: el cambio de año, la llegada de la vacuna, la oferta de planes vacacionales, las festividades, el clima más amigable, la bajada de la curva de contagios, entre otros, son factores que hay que enumerar y comunicar enfáticamente que no son motivos válidos para relajar los cuidados".
Más:

jueves, 7 de enero de 2021

Luego de la toma del Capitolio: la ¿nueva? derecha, de Estados Unidos al macrismo

"Los sucesos en Washington, con una movilización que irrumpió en el Capitolio superando a las fuerzas de seguridad y logrando el objetivo de suspender la sesión de los congresistas que debían entronizar a Joe Biden, parecen marcar el punto de partida de una nueva derecha
Donald Trump quitó legitimidad a las elecciones denunciando fraude. A partir de ese momento, puso en marcha una operación política pidiendo recuentos y luchando por electores para revertir la derrota; también permitió que los grupos de derecha nacionalista salieran a la calle con la consigna de "frenar el fraude".
Grupos de choque como los “Proud Boys” (Muchachos orgullosos) y “Latinos For Trump” -liderados por el latino Enrique Tarrio- convocó -a través de las redes sociales- a marchar. Lanzaron la amenaza: “Los Proud Boys saldremos a la calle en número sin precedentes, pero esta vez con una diferencia”. La diferencia está hoy a la vista y muestra a los Estados Unidos como un país con crisis política, un precedente histórico que puede contagiar a América Latina.
El odio a los extranjeros, la homofobia, la transfobia, el odio al movimiento feminista, la islamofobia y el miedo a la pérdida de identidad norteamericana en el mundo occidental han logrado reunir a un colectivo que viene en crecimiento en los EE.UU. y que siempre existió (desde la guerra de secesión y antes también). Esto agravado por la pérdida de poder económico mundial frente a China y los cambios en la composición cultural y racial del país.
La derecha operó en cambios con matices en toda América Latina. La modalidad de violencia política se puede ver claramente en Bolivia, con el golpe de Estado contra Evo Morales, pero también en la Argentina, Venezuela y Brasil. Macri y Bolsonaro hicieron de sus gobiernos un fiel reflejo de esa nueva derecha enrolada en el trumpismo con matices locales.
En Bolivia, las imágenes de Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho con la biblia y la retórica occidentalista mostraban a una derecha que no descartó la violencia, más bien la ejecutó desde el Estado con la complicidad de la prensa y el poder económico local. El regreso al poder de "Lucho" Arce les quitó legitimidad, pero esperan agazapados el momento para volver a la carga.
En la Argentina, se hicieron de todo el poder: Ejecutivo, legislativo (con complicidad de algunos opositores), y el judicial. Desde allí persiguieron y encarcelaron a la oposición, dejando un tendal de presos políticos que hasta el día de la fecha continúan en esa situación.
La derrota electoral no los amilanó, muy por el contrario, potenciaron “la grieta” impulsando a nuevos grupos de choque de derecha “libertarios”, “antivacunas” y macristas confesos. Estos protagonizaron las primeras marchas desafiando la cuarentena y al gobierno, eran marchas claramente opositoras, avaladas por los medios de comunicación corporativos y el macrismo.
El cinismo, algo común en Trump, Áñez y Bolsonaro, tiene punto en común con el macrismo, que sin dar el apoyo explícito, auspicia con discursos ambiguos desde las redes sociales a la desobediencia civil y la rebeldía de los grupos de choque. Casualmente o no, estos grupos se dicen libertarios: los Proud Boys se dicen libertarios de derecha que apoyan la libertad de expresión, los derechos de armas y los roles de género tradicionales: un club de hombres de “orgullosos chovinistas occidentales que se niegan a disculparse por crear el mundo moderno”.
Las redes sociales y la calle son vistos como “campos de batalla”, la derecha apela a las fake news y la agresión constantes. Los medios de comunicación corporativos se parecen cada vez más a propaganda partidaria y, si bien no pierden total legitimidad, operan sobre los sectores críticos y/o perjudicados por las crisis económica y sanitaria. Luego de la gran depresión en 1929, la desconfianza en el liberalismo dio paso a versiones violentas de la derecha en todo Europa y el mundo. La búsqueda de una salida que impidiera a la izquierda avanzar produjo la aparición del nazismo y el fascismo. Odio, violencia y miedo fueron parte del conjunto de ideas de la derecha para frenar el avance del comunismo. Muchos de estos elementos son comunes hoy con la crisis del discurso neoliberal: la derecha perdió el discurso económico hegemónico, sus verdades están cuestionadas y la pandemia prendió la mecha para el desarrollo de una derecha violenta que se alimenta de “las grietas” del sistema económico.
La resistencia al cambio y la crisis están modificando la sociedad de principios del siglo XXI, los problemas no resueltos por el neoliberalismo han generado enormes masas de excluidos, el neokeynesianismo es visto por el poder económico concentrado como el enemigo: para ellos, el Estado no debe intervenir, más que para garantizar sus negocios, pero el pragmatismo de varios gobiernos centrales y la necesidad de conservar el poder político desdicen esas verdades del “fin de la historia”, que hasta hace unos años parecía indiscutible".
Fuente
Más:

martes, 29 de diciembre de 2020

¿Existe un derecho a no vacunarse?

"La respuesta a esta pregunta no admite un sí o un no rotundo, sino que requiere de un análisis un poco más complejo que permita contestarla. La pregunta no es ingenua, a días que trescientas mil dosis de la vacuna Sputnik V contra el Covid-19 arribaran a nuestro país. Aunque el interrogante es antiguo, ya que entre nosotros vive un grupo cada vez más numeroso de autodenominados anti-vacunas, el debate se actualiza en virtud no ya del derecho a vacunarse sino del derecho a no vacunarse.
Cuando se escribe sobre la existencia de un derecho siempre es necesario buscar si su ejercicio no se encuentra reñido con el ejercicio de derechos de otrxs y, en su caso, buscar una forma razonable de compatibilización. Cuando hablamos del derecho a no vacunarse, a lo que estamos haciendo referencia es sobre el derecho a la autonomía del cuerpo.
Pero a diferencia de otras implicancias del derecho a la autodeterminación del cuerpo, como el caso de la no transfusión de sangre por motivos religiosos, cuando hablamos de vacunarse contra alguna enfermedad que tiene la potencialidad de transformarse en epidemia o pandemia, el asunto es un poco más complejo, porque lo que también está en juego es otro derecho: el de la salud pública. ¿Por qué? Porque quienes no se vacunan siguen siendo portadores y distribuidores potenciales del virus, pudiendo contagiar a quienes no se han vacunado todavía o quienes no pueden vacunarse por cuestiones inmunológicas.
¿Podría un enfermero, que trabaja en terapia intensiva de un hospital, negarse a recibir la vacuna contra el Covid-19 aduciendo motivos religiosos, ideológicos o cualquier otro basados en el derecho a la autodeterminación del cuerpo?
La respuesta a la pregunta tiene sentido incluso más allá de la decisión de los gobiernos (nacional o provinciales) de establecer sanciones a quienes no quieran vacunarse. La respuesta a la pregunta no puede resolverse desde la guerra de los absolutos. ¿Qué sería la guerra de los absolutos? Determinar la existencia absoluta del derecho a la autodeterminación del cuerpo siempre o, por el contrario, establecer que la salud pública es un derecho que está por encima de los demás. Por supuesto que el tema es más complejo que “tu derecho termina cuando comienza el mío”, pues no se establece una forma razonable de balancearlos. Generalmente la frase “tus derechos terminan cuando comienzan los míos” es una fórmula muy utilizada por la derecha para anular los derechos de los demás sin dar más explicación que el recorte a los propios.
La forma más razonable de contestar la pregunta es utilizar el sistema de balancing test o balanceo de derechos. Comenzamos a reconocer que existe el derecho a la salud pública por un lado y el derecho a la autodeterminación del cuerpo por el otro, y ninguno de los dos son derechos absolutos. Debe buscarse una forma armónica para que ambos convivan ¿Cómo? Estableciendo que no pueden todas las vacunas ser obligatorias. Pero tampoco podría existir un calendario completamente opcional. En el actual calendario vacunatorio hay vacunas obligatorias para la infancia, como la BCG, y otras como la Bexero para una cepa de meningitis, que es opcional.
También se armonizan ambos derechos estableciendo un sistema diferenciado de obligatoriedad. La pregunta sobre el derecho a no vacunarse bien podría ser formulada al revés: ¿existe una obligación de vacunarse? En la actualidad, la respuesta es sí en relación a algunas vacunas, pero la sanción para asegurar el cumplimiento del mandato legal (vacunarse) es bastante lábil, pues a nadie lo obligan con la fuerza pública a vacunarse, aunque tiene algunas consecuencias no hacerlo, como no poder inscribirse en una escuela o no poder recibir algún plan social. En relación a la vacuna contra el coronavirus, también podría establecerse un sistema de sanciones no tan duras, es decir, hay que obviar al sistema penal para asegurar que el remedio sea peor que la enfermedad. Hay que evitar utilizar el Código Penal para asegurar que todos se vacunen.
Pero podría ser obligatorio, por ejemplo, para empledxs públicxs de todas las reparticiones, para todo el personal de salud público y privado, para docentes y estudiantes. ¿La sanción? No sería un policía obligándote a vacunarte o un juez enviándote a la prisión, pero se podrían establecer sanciones para quienes tienen una relación de dependencia, por ejemplo multas o incluso la cesantía, o no poder asistir a clase, pues no sería coherente que un agente del Estado, estando disponible la vacuna, contagie a unx cuidadanx. Sistemas más estrictos podrían exigir cuarentenas más largas y obligatorias a quienes decidan no vacunarse, o restricciones de circulación entre países, provincias o departamentos.
En la discusión hemos avanzado bastante, pues nadie menciona a las vacunas como meras mercancías del mercado de bienes y servicios. Nadie niega que vacunarse es un derecho, y un derecho humano fundamental que los Estados deben garantizar. Por fortuna, nuestro gobierno nacional se ha comprometido con la salud pública y distribuirá gratis todas las vacunas, pero no fueron gratis, fueron compradas a laboratorios y traídas en avión.
Que se repartan de manera gratuita es una conquista. Ojalá no haya que convencer a nadie de lo importante que es vacunarse para con el Otrx.
Nunca la interdependencia como especie y nuestra precariedad estuvieron tan latentes".
Abogado y docente de la Facultad de Derecho
de la Universidad Nacional de Córdoba
Más:

lunes, 28 de diciembre de 2020

Nelson Castro quiso sembrar dudas sobre la Sputnik V y los científicos lo destrozaron

"Sobre la editorial de Nelson Castro sembrando dudas sobre la vacuna del centro Gamaleya, Gam-COVID-Vac o Sputnik V, en la que aseguró que los estudios de fase 3 concluyen en mayo de acuerdo a la página de Clinical Trials, es verdad. 
Lo que omite Nelson Castro es que los de Pfizer terminan el 30 de julio, y lo mismo sucede con el resto. Lo que hay ahora -para todas las vacunas- es un análisis preliminar de los estudios de fase 3 una vez que han llegado a un número de contagiados que permita hacer análisis de efectividad.
También dice que los estudios en mayores de 60 de fase 2 terminan el 30/12. Los estudios de fase 2 exclusivamente para mayores de 60 no son condición necesaria cuando ya han concluido el 12/08 para 18-60 años, habiendo evaluado seguridad y eficacia y publicado internacionalmente con éxito.
Basta con hacer una fase 2/3 donde se evalúe desarrollo de anticuerpos y eficacia al mismo tiempo como han hecho otras. En el caso de Sputnik V, a partir del 22/10 realizaron un reclutamiento de 110 voluntarios mayores de 60 años para ver seguridad e inmunidad por anticuerpos y células.
*Link para ampliar la información: https://www.clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04587219?term=Gam-COVID-Vac&cond=Covid19&draw=2&rank=9
Los mismos han demostrado ser seguros y producir inmunidad, pero su medición es de hasta 42 días y con puntos de seguimiento a los de 90 y 120 días para ver si esa inmunidad perdura. Solo por eso, en la página de Clinical Trials, siguen abiertos hasta fin de diciembre.
Nadie dijo nada respecto a que la fase 2 de la vacuna de Pfizer analizó sólo 15 adultos mayores de 60 con la dosis y formulación actual y los siguió hasta el día 35. Y no se dijo porque en ambos casos está bien, teniendo en este punto Gamaleya más rigurosidad.
*Link para ampliar la información: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33053279/
Más allá de este estudio, lo que tiene peso para que defina la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) es que el centro Gamaleya inició el 7/09 un estudio de fase 3, con más de 40 mil voluntarios, entre los que hay miles de mayores de 60 años para evaluar eficacia, y de los que ya hay resultados preliminares.
*Link para ampliar la información: https://www.clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04530396?term=Gam-COVID-Vac&cond=Covid19&draw=2
En el reporte entregado por el centro Gamaleya a la ANMAT el 2/12, en el rango etario de mayores de 60 años, sólo había 2 infectados, por lo que realizar análisis de eficacia no resultaba correcto, por eso aún no se aprobó de emergencia para adultos mayores.
Vale aclarar que el estudio de fase 3 publicado el 10/12 por Pfizer posee 20 infectados en mayores de 65 años a través de los cuales analizan la eficacia en ese rango etario, un número bajo pero suficiente para su aprobación de emergencia en varios países, incluso Argentina.
*Link para ampliar la información: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33301246/
Hoy nos encontramos a la espera de los números que dan resultado a los porcentajes de eficacia que se dieron a conocer por el centro Gamaleya el viernes y que resultan prometedores, siendo que han reportado más de 90% de eficacia para el rango etario mayores de 60 años.
Lo que es cierto es que tanto la vacuna Gam-COVID-Vac (Sputnik V) como la BNT162b2 (Pfizer) o la mRNA-1273 (Moderna) han sido aprobadas por distintos países, previo a la publicación de los resultados de fase 3 en revistas internacionales.
En el caso de la de Pfizer, se aprobó para aplicación en el Reino Unido el 2/12 y la publicación recién salió el 10/12. En el caso de la Sputnik V, la ha aprobado la ANMAT para menores de 60 y en los próximos días esperamos se encuentre disponible la publicación internacional.
También Moderna estuvo en silencio durante su desarrollo y nadie dijo nada, de hecho todavía no publicó datos de Fase 3, sólo de Fase 1 y 2, al igual que el centro Gamaleya. Sin embargo Moderna se encuentra aprobada por la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) y se la ha aplicado el ex asesor de Donald Trump, Anthony Fauci.
*Link para ampliar la información: https://cnnespanol.cnn.com/video/el-dr-fauci-recibe-la-vacuna-contra-el-covid-19/
La vacuna de Oxford/AstraZeneca dio baja eficacia en fase 3 (~60%) y ha firmado convenio para combinar su vacuna con la Sputnik. Sin embargo, ningún medio ha levantado esta noticia después de haber anunciado la de Oxford como la mejor, meses atrás.
*Link para ampliar la información: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55272510.amp
Tampoco se comunica que la aplicación de la vacuna de Pfizer se demora en Alemania debido a dudas en la cadena de frío durante su distribución. Recordemos que no es simple la logística para su distribución y aplicación, dado que requiere -70°C.
*Link para ampliar la información: https://www.swissinfo.ch/spa/reuters/las-dudas-sobre-la-cadena-de-fr%C3%ADo-retrasan-la-vacunaci%C3%B3n-de-covid-19-en-ciudades-de-alemania/46248254
Tengamos en cuenta que, para todas las vacunas en general, hubo primero sólo gacetillas de prensa, porque nos encontramos ante una emergencia sanitaria y en este momento del desarrollo de vacunas, para presentar los papeles para uso de emergencia, ninguna necesitó publicar todos sus datos.
Desde Ciencia Nuestra nos gustaría que todo fuera ideal y ver los datos pormenorizados de todos los voluntarios publicados antes de su aplicación. El Instituto Gamaleya, así como Moderna, AstraZeneca, Sinovac, Janssen, etc. prometen publicar en revistas importantes. Ojalá que así sea.
Mientras tanto, la ANMAT, que tiene datos preliminares, emite informes para no seguir mirando cómo sumamos muertos, y podamos, más temprano que tarde, vacunar a la población argentina.
Estamos ante una situación de emergencia, donde los resultados preliminares, habiendo ya pasado las fases de seguridad correctamente, son entregados a los entes regulatorios previo a su publicación, siguiendo todos los pasos y las regulaciones en los países donde se están aprobando".
Por el equipo de científicos Ciencia Nuestra, grupo que se organizó
durante la pandemia para desmentir las fake news sobre el coronavirus
Más:

sábado, 26 de diciembre de 2020

Ousset y la vida antes de la "concepción"

"Cecilia Ousset es médica ginecóloga e integra la Red de Profesionales por la Vida y el Aborto Legal. Ella, junto a su marido, José Gijena, practicó una ILE (Interrupción Legal del Embarazo) a la niña Lucía, de 11 años, violada por la pareja de su abuela. El caso tomó estado público en febrero del año pasado.
- ¿Cuándo comienza la vida intrauterina de un ser humano?
- Hay vida en cada célula, por lo tanto hay vida tanto en el espermatozoide como en el óvulo cuando están sueltos, cada uno con su carga genética. Cuando se une un óvulo con un esperamatozoide hay una carga genética capaz de generar un cigoto. Si avanza el embarazo, será embrión y luego feto. Si el feto también logra vivir, se asiste al parto. Eso es lo natural. Siempre hay vida. Y es humana. Eso es indiscutible. Lo importante es que todas las mujeres abortan, y la vida de esas mujeres sólo se salvan si tienen dinero. Esas vidas, con historia, se salvan si se hacen abortos en buenas condiciones sanitarias. Eso no les pasa a las mujeres pobres. Ahí está la injusticia y la verdadera discusión sobre la “vida”.
- Según el proyecto de ley de la IVE ¿en qué casos es viable el aborto después de las 14 semanas cuando se trata de la salud física y psíquica de la mujer?
- Después de las 14 semanas continuaría rigiéndose por el artículo 86 del Código Penal, vigente desde 1921 y ratificado por el fallo F.A.L. Es decir, que cuando corre peligro de muerte la madre o cuando el embarazo es producto de violación. Después de las 14 semanas, in aborto sin causal, tiene penalización tanto para la persona gestante como para el médico o médica que lo realice.
- ¿Qué consecuencias puede traer el aborto para la salud física y psíquica de la mujer?
- El aborto en buenas condiciones sanitarias, con consejería, acompañamiento, y pleno consentimiento de la mujer, sólo tiene consecuencias de alivio. Lo que atormenta es la clandestinidad, el riesgo de muerte , las secuelas físicas y psíquicas que se producen cuando es practicado con violencia, sin normas de bioseguridad, sin protocolos y sin acompañamiento del personal de Salud.
- ¿Qué plazos y penas tiene el médico para no ser penalizado por incumplimiento de la ley?
- Si el médico se niega a cumplir la voluntad de la persona gestante debe derivar inmediatamente a otro profesional y la práctica debe ser realizada dentro de los 10 días corridos de la solicitud de la mujer (en un principio eran de cinco días, pero se tuvieron en cuenta los fines de semana). La pena por obstaculización o dilatación injustificada va de tres meses a un año de prisión e inhabilitación del título por el doble del tiempo.
-¿Los médicos podrán negarse a practicar abortos?
- Los médicos y médicas podemos negarnos a practicar abortos por cuestiones religiosas o personales pero debemos asegurarnos una red que sí los practique para no ser penalizados, cumplir con la ley y sobre todo, cumplir con la voluntad de la persona gestante".
Fuente
Más:

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Historias de abortos clandestinos

"Cada historia y cada experiencia de aborto es única y diferente a las demás, aun para quienes lo han vivido más de una vez. Lo dicen ellas y lo dicen quienes acompañan profesionalmente estos procesos. En los relatos hay palabras que se repiten, sensaciones y emociones. Sentimientos de soledad, de miedo y de angustia emergen una y otra vez en el relato. La culpa o la falta de culpa también están presentes en las vivencias.
Paula y Lila coinciden en que las redes de profesionales que se han tejido durante las últimas décadas hicieron que se sintieran más “seguras, respetadas y acompañadas”, pero que la estructura fuera de esa red es “violenta”, “cruel” y “amenazante”. El debate en el Congreso trajo nuevamente el tema a la agenda pública, donde se citan datos, leyes, tratados internacionales y organismos de todo tipo. Pero detrás de cada cifra hay una historia, hay una experiencia que atraviesa lo más íntimo. En esta nota, dos historias de mujeres que abortaron más de una vez.
Paula
Paula (su nombre verdadero fue preservado) tiene 35 años, es docente, tiene un hijo de cinco años y pasó por dos abortos: uno antes de ser madre y otro después. El último ocurrió este año, durante la cuarentena por la pandemia de coronavirus. En ambos casos estuvo acompañada por su pareja.
La historia de Paula podría resumirse con sus palabras al finalizar el diálogo, cuando fue consultada sobre qué le diría a alguien que está atravesando ahora un aborto: “Le diría que por cada persona inhumana, insensible y cruel que se pueda cruzar en el proceso hay muchas más dispuestas a acompañarles y a hacer de esta experiencia tan terrible y espantosa una menos tremenda y menos solitaria. Las redes están llenas de amor. Esa fue mi experiencia. Me sentí muy contenida, a pesar del miedo y de la culpa. Todas las personas gestantes merecemos ser tratadas con respeto porque atravesamos mil infiernos, antes y durante”.
Habla de la importancia del buen trato y contención a quien esté atravesando por esa situación La primera vez que abortó, Paula tenía 29 años. “Fue un embarazo no deseado, no me cuidé. En ese momento (seis años atrás) me contacté con las socorristas. Fui a uno de los talleres que dan, que son charlas grupales para personas que queremos interrumpir nuestros embarazos. Nos dieron folletería y nos explicaron el proceso para hacerlo con pastillas”, explicó.
“Nunca voy a olvidar que entre las mujeres que fuimos había una que tenía siete hijos, fue acompañada por una de sus hijas. Su marido no le dejaba tomar las pastillas anticonceptivas y se las escondía. Ella no quería tener más hijos. Recuerdo que no tenía cómo pagar el misoprostol; y entre las mismas socorristas y las personas que estaban ahí pusieron plata para ayudarla”, contó. Aún hoy se pregunta qué habrá sido de esa mujer.
La segunda experiencia de Paula fue hace pocos meses. “Esta vez me encontré con una red de profesionales que atienden en los dispensarios y en el marco normativo de la ley vigente: me explicaron, me hice la ecografía, me dieron información y el seguimiento para saber si estaba bien”, narró. “Cuando fui a comprar las pastillas, en una farmacia no me las quisieron vender, y me lo dijo casi a los gritos y al frente de otras personas. A la siguiente que fui, llegué llorando de la bronca y la angustia: ahí cambió, me preguntaron cómo estaba, me dio analgésicos, me recordó que llevara toallitas. Un trato más humano”, agregó.
Yo me sentía muy culpable, me sentía una irresponsable, tenía miedo por mi hijo. Estaba viviendo un infierno. El día que tomás las pastillas te sentís mal, como afiebrada, tenés dolores fuertes. Pero aunque estés acompañada por tu pareja y por profesionales que te van a atender el teléfono, sabés que si se complica no podés ir a cualquier guardia porque te tratan mal, te amenazan, tenés que ponerte a buscar a dónde ir”, contó Paula con un tono de angustia.
A los días del aborto, Paula se sintió mal y le preguntó a una de las médicas: ahí se dio cuenta de que estaba teniendo una hemorragia y que tenía que ir a una guardia. Llegó a una clínica privada de la ciudad de Córdoba donde atienden su obra social: “El médico nunca me dijo lo que me iban a hacer. Me llevaron al quirófano para una AMEU (aspiración manual endouterina); y aunque una enfermera me dijo que me iban a explicar, vino la anestesista, que ni me saludó, y cuando me desperté ya estaba en la habitación, y otra médica me dio el alta”.
Paula luego fue a una consulta con su obstetra para hacerse un control y quedarse tranquila. Tanto a él como en la guardia tuvo que decirles que se trataba de un aborto espontáneo, por miedo a que la denunciaran. “Es importante hablarlo, animarse. A pesar de que hay una maquinaria en contra, hay individualidades dispuestas a darnos un trato humanitario, empujando para otro lado”, concluyó.
Lila
Lila tiene 45 años y vive en las sierras cordobesas. Siempre supo que no quería ser madre y también temía mucho sufrir cáncer por los antecedentes de su familia, por ello decidió no tomar pastillas anticonceptivas por mucho tiempo. En sus relaciones se cuidaba con preservativos y asegura que siempre tenía que ser ella la que exigiera su uso. “Yo tenía la información, pero no me animaba a decir ‘no’. Hoy tengo otra concepción del autocuidado y sería mucho más firme en esos momentos, pero siempre quedás como la que tiene que estar poniendo límites, la que pedís que pare”.
Lila pasó por tres abortos. El primero ocurrió cuando tenía 32 años (en 2007), estaba en pareja hacía tres. Cuando se enteró del embarazo, no lo dudó: “Nunca quise ser madre, no sentía el deseo ni la curiosidad, y tampoco la obligación porque vengo de una familia abierta en ese sentido. Igual en ese momento no le conté a nadie, sólo a mi hermano, para que nos contactara con un médico jubilado que había sido director de una maternidad”, explicó.
“Fui acompañada por mi pareja, pero entré sola al consultorio. Tenía miedo, desconfianza, esto de que nadie se podía enterar era muy fuerte. Pagué en ese momento 800 pesos, que representaban todo mi sueldo de docente”, agregó. Para Lila, de las tres, fue la experiencia más fuerte: “Al salir del consultorio, me desvanecí. Todo era como de terror, todo estaba muy tapado. Supe que no podríamos volver en colectivo, así que llamé a una amiga para que nos buscara en su auto”.
Su segunda experiencia fue a los 37 años (en 2012). Estaba saliendo con un chico y quedó embarazada. “Allí comencé a ver en internet que se usaban pastillas para abortar. Supe que existía la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, pero me contacté con las socorristas. Me contaron cómo se usaban. Un médico conocido me hizo la receta, pero en las farmacias no me las querían vender. Tuve que pedirle a mi hermana y a ella sí se las vendieron, calculo que por su aspecto más de adulta. En esa oportunidad, hice el proceso con mis dos hermanas. La socorrista se comunicaba conmigo para ver cómo estaba. Pensé que iba a ser algo más duro, y no lo fue. Nunca sentí culpa”, agregó.
La tercera, a sus 43 años, ocurrió con su pareja actual. Aunque él quería continuar, ella seguía firme en su deseo de no maternar. Y él la apoyó. “Esa vez me comuniqué con la Red de Profesionales, y ahí cambió todo. Lo pude hablar abiertamente, pude sentirme más segura. Yo no lo podía creer. No sabía que acompañaban desde algunos centros de salud. Tuve una consejería, me fui con una bolsa de pastillas anticonceptivas que hoy sigo tomando”.
Lila cuenta que ni sus mejores amigas saben de este último aborto. “De las otras veces lo pude hablar con familiares mujeres que lo han pasado. Con las que no lo atravesaron es más difícil porque no lo entienden, me sigo sintiendo juzgada, como en falta”, dice.
Al consultarle cómo vive el debate en el Congreso, Lila, entre lágrimas, responde: “Siento que si se aprueba, ninguna otra persona va a tener que atravesar esto con miedo de perder la vida. Imaginate lo fuerte que es la decisión que hasta uno se arriesga a correr ese riesgo. Creo que mis sobrinas van a poder vivir en un país menos hipócrita porque el aborto es una realidad muy diseminada. Hay muchísimos más abortos que los que pensamos”".
Más: