jueves, 23 de mayo de 2019

Clústers, mercado interno y Matías Kulfas

"En líneas generales, el planteo de Matías Kulfas se comprende. Una sustitución de importaciones dirigida a dotar de recursos tecnológicos a las industrias de mayor valor agregado, pasibles de exportación, es una premisa que nadie osaría contradecir, en una economía global que dice claramente qué necesita y qué no de los países (a veces lo dice tan claramente que resulta ensordecedor y terminamos no comprendiéndolo. A veces sencillamente nos dice: "No los necesitamos, giles").
La idea de los clústers es interesante pero se han registrado también algunas encerronas que produce, de forma intrínseca (el caso de los pimientos de Almería, España, dejó un tendal de ociosos a poco de empezar por la sobrevaloración de un mercado y la infravaloración de la capacidad de respuesta alternativa del resto del mundo; sumado, además, a un desastre ecológico en los acuíferos de ese país).
En 2002, asistí (como mera tomadora de resumen de esas ponencias para una ong), al intento, por entonces, de trabajar esa idea de los clústers. Los disertantes no eran otros que Paolo Rocca, más el CEO de Volskwagen, el de Sancor y otro capitoste más. Los presentaba la FISFE (Federación Industrial de Santa Fe) de Rosario y así como llegaron estos personajes, así se fueron sin dejar impacto. Se habló de aunar en un polo, la industria estrella y otras muchas subsidiarias (envases, químicas, metalmecánicas, de servicios de logística, etc), estas últimas, a ser aggiornadas tecnológicamente vía un sistema de leasing, el que quedaría bajo potestad y discrecional manejo de la industria madre (fuese ésta la automotriz o la lechera, por ejemplo). Mmmmn...
Poco antes, por la misma ciudad, habían plantado su presencia diputados de la Unión Europea (UE) y algunos disidentes históricos del planteo Mercosur. El mismo amor, la misma lluvia. La idea subyacente era comprender esto de la asimetría virtuosa: "No se puede armar un organismo monstruo otorgando igualdad simétrica a cada parte", y el ejemplo de simetría perversa era el Mercosur, donde un Brasil pujante no podía estar al mismo nivel de mercado que un Uruguay raquítico. Si bien el speach era impecable desde el punto de vista lógico, ya hemos visto en qué clase de burbujas productivas derivó la asimetría virtuosa de la UE.
El objeto de mi comentario no es otro que recordar la negativa feroz que estas cuestiones despertaron en el empresariado local de Santa Fe (y si se planteaba en Rosario, cabía sospechar que no había tenido éxito inicial en Buenos Aires, presuponiéndose al Interior más abierto -o más cándido-).
En otro orden, como neófita, me siguen despertando dudas los planteos que manijean una preferencia por las puntocom y la agroindustria, porque suelen funcionar como aspiradoras de recursos populares por demanda de los poderosos.
Quizás, un día, la robótica haya avanzado tanto que podamos deambular desnudos por nuestras calefaccionadas casas, bien atendidos por nuestros autómatas. Pero mientras ese paraíso edénico no llegue, las industrias del vestido y del calzado, por ejemplo, seguirán siendo útiles. Y todas esas otras que rodean nuestro día a día. Siendo que el consumo interno es muy poderoso en este país, me preocupa, y mucho, que no se piense en el consumidor argentino que es garantía de mercado seguro.
Esos avances tecnológicos futuros, esas subsidiariedades virtuosas y cuasi "atenienses", de tan correctas, son proyectos de mediano plazo.
Yo sugeriría pensar en dotar de urgente salto tecnológico a las industrias orientadas al consumo interno. Y con el producido por su robustez, ahí sí, dedicarse a lo tecnológico exquisito.
Porque si no, será siempre lo mismo: los ricos demandarán nuestros dineros para posicionar sus invenciones tecnológicas en el mundo y nosotros heredaremos sus deudas.
Las industrias para el consumo interno producen trabajo inmediato. No es poco. Y nadie dice que no es exportable esa producción.
Me tocó relevar, ya por interés personal, una serie de organismos gubernamentales en la provincia de Santa Fe. Como al llegar desde Buenos Aires no entendía el complejo idioma que hablaban los tipos del campo (sorprende su manejo de química, por ejemplo) me obligué a no mirar otra cosa que el Canal Rural y a visitar cuanta FIAR o feria del ramo alimentario hubiere, cuanta asociación profesional vinculada hubiere. Lo que encontré fue un nivel de micro invenciones altísimo, destacando el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).
Prodigiosa maquinaria pequeña para siembra y cosecha ¡para terrazas! (ideal para exportación a países como Chile y la región andina donde no hay extensiones llanas); máquinas de reconversión de suelos del tamaño de un hombre, creadas en Tucumán (se sube el agricultor en ella y por hileras va rotando y agregando aditamentos químicos a 30 cm de profundidad en suelo estéril); en Córdoba, una fábrica de baños ensamblados que ahorraban 4/5 de agua por uso de aguas grises; cocinas especiales que usaban cilindros de papel prensado como combustible; viviendas ensamblables en un día.
Todas esas invenciones tenían un sólo problema: la mentalidad de sus productores. No se concebían haciendo lobby para dotar de realidad sus invenciones. Todos esperaban en la quietud, que el Estado los interpelara telepáticamente y les ofreciera contratos por 100, 200, 300 unidades. Ni soñaban con exportar.
Es decir, sobra invención en Argentina. Sólo falta que gente profesional los releve y conecte. Hay nichos de exportación en muchos de esos productos. Y lo vio una neófita como yo. ¿Qué podría hacer un profesional ante eso? Mucho. Ahora, si queremos producir aspas gigantes para molinos eólicos... Qué decir...Me rindo".
Claudia Serra
Integrante de la comunidad Indie Politik
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1 comentarios:

Unknown dijo...

Muy honrada por haberse detenido ustedes en mi humilde comentario.Viendo los videos que posteó el blog, me surgen algunas apreciaciones.
1) el "cluster" de Río Cuarto parece más un híbrido entre una Incubadora de Proyectos y un cluster futuro. En los años 90 arreciaron las zonas francas. En los 2000, las incubadoras de Proyectos. Todos tenían como común denominador la asignación de predios y la dotación inmediata de dineros estatales para infraestructura, burocracia y transporte convergente hacia esas unidades de comercialización o conocimiento y fueron antecedidos por Planes Estratégicos (algunos muy serios, otros, simple chamuyo costoso). Parece que el caso de los clusters cordobeses están en esa misma sintonía gravosa.
2) el pseudo-cluster de Rio Cuarto demandará tiempos preciosos en ser operativo. Parquización, puesta a punto edilicio, logística de transporte, ampliación de conectividad, búsqueda de inversión genuina, consecución de mano de obra hiper especializada,serán las erogaciones primeras antes de que vean la luz las invenciones futuras.
3) Financiamiento: la Municipalidad de Río Cuarto proveyendo terrenos, arquitectos y "Aportes no reembolsables" (no mensurables también); le sigue la Nación con PPP $2.500.000; Ministerio de Industria via Ley de parques Industriales (incógnita dineraria absoluta). Y recién cuando esté definido el marco jurídico general...aparecerán los privados. Capitalistas cuyos emprendimientos ya existen,gozan de buena salud y son, precisamente,los que manijean esta idea del cluster futuro.
4) el "cluster" riocuartense condensa software, ingeniería, robótica y tenderá hacia bio y nano tecnologia.
5) emplea hoy 300/400 personas
6) Universidades estatales, privadas y burocracia concurrirán a la fiesta de la invención futura y las mentes brillantes vivirán en la subsidiada ciudadela de la creación.
7) Ninguna mención se hace sobre maximizar con ciencia aplicada a la industria actual que emplea millones de tipos lamentablemente fordianos y que merecería una proporción de esos aportes.
8) en el video de Kornblit se nos habla de la nula absorción de doctorados por parte de la industria nacional (buen punto... pero hay también vida en Marte y muchas tecnicaturas, ya no doctorados, pueden igualmente aportar conocimiento útil a la industria).
9) Como al pasar Kornblit dice que en lo referente a cultivos a desarrollar para beneficio de la Humanidad, algunos podrían beneficiar a sectores no privilegiados de la sociedad (caramba, yo pensé que ésa sería una prioridad y no un efecto secundario).
Todo esto me lleva a comprobar que, como solía apuntar el epistemólogo Kuhn, un paradigma determina matrices disciplinarias y direcciona las preguntas que se harán o dejarán de hacer los profesionales surgidos de estas últimas.
No sostengo que las tecnologías de punta no sean el futuro de la Humanidad. No espero de mis representantes políticos que olviden el desarrollo del petróleo, el litio y muchas materias revolucionarias. Sólo se me ocurre pedir que quienes tendrán responsabilidad en el desarrollo futuro, no olviden crear trabajo para los millones de personas que jamás llegarán a un doctorado y que viven en el presente y no en ese futuro telemático que hace babear a los innovadores.
Como dije en mi comentario anterior, hay parva de invenciones tangibles durmiendo sus patentes en el INTI y el INTA, por citar sólo 2 organismos estatales. Están ahí para ser desarrolladas con 2 chirolas y sin necesidad de trasladar burocracias ni parquizar predios. Un equipo de 10 profesionales con mentalidad abierta y no en alquiler de privados, pueden relevar potenciales objetos de uso comunitario, consumo interno y exportación.
Felicito los satélites estatales, son un orgullo. Pero también quiero felicitar la creación de fábricas regionales que anclen a los habitantes de las provincias en su suelo y les eviten migraciones y vulnerabilidades en las siempre hostiles grandes urbes. No mucho más que eso, en verdad. Cordiales Saludos. Claudia Serra.



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