Poco había hablado del escándalo por la multimillonaria cifra que recibió por parte del gobierno de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires.
Apenas si había balbuceado algo en su programa de radio al otro día de conocerse la denuncia documentada con las facturas del gobierno porteño, meses después de haberse descubierto un negociado similar con el periodista deportivo Fernando Niembro.
Luego había estado otra vez en la boca de todos por su concesiva entrevista al recién electo presidente argentino, nota que le costó miles de bromas en alas redes sociales y el mote de "periodista oficialista".
Y hace unas semanas atrás, se había conocido que su esposa, histórica secretaria de Gabriela Michetti, había sido nombrada en el Senado de la Nación por la vicepresidenta en medio de la cruzada del PRO contra los ñoquis.
En el medio, sus columnas en La Nación y El Cronista Comercial, además de su cuenta en Twitter, siguen repartiendo elogios al gobierno actual, matizados con alguna "crítica" (del tipo "El presidente Mauricio Macri tiene buenas intenciones. El problema es que no siempre se traducen en decisiones "felices"", como empezó su columna de opinión en el diario de Mitre,este jueves) para disimular tanto apoyo explícito.
Este fin de semana, estuvo en Mar del Plata presentando su último libro y concedió una entrevista al diario digital Qué, durante la que se animó a querer justificar esos ingresos públicos que le concedió Macri durante 7 años, del 2008 al 2014.
"-¿Se puede ser periodista independiente cuando hay tanta plata de publicidad oficial?
-Si el gobierno decide que no va a distribuir más publicidad oficial y da el argumento correcto para hacerlo, bueno vamos a buscar para otro lado. Puedo comprender que medios pequeños y regionales necesiten pauta oficial, pero que la publicidad oficial se convierta en el subsidio de un montón de empresarios de medios, en el invento de los Spolzki y Garfunkel, no, eso es una distorsión de la publicidad oficial.
-En tu caso ¿cómo se logra la independencia?
-Descreo de las categorías. Hace muchos años, cuando fundé mi productora La Cornisa, yo no pensaba en la plata. Yo la fundé porque en el ’97 me levantaron un programa de televisión que se llamaba Sin Límites, que iba por América. Nosotros mostramos la pista de Anillaco de Menem. Duramos un solo programa, Menem llamó a los dueños y nos levantaron.
-La política te empujó a ser independiente y a formar una productora.
-En esa situación me dije: “No quiero estar más a tiro del dueño de un medio”. Yo quiero generar mis productos y tener la autonomía necesaria para hablar con los medios desde otro lugar. Si mis productos son interesantes me van a contratar. El impulso de la Cornisa fue buscar mayor autonomía y mayor libertad.
-Hace poco se habló públicamente de lo que le había entrado a La Cornisa en publicidad oficial del gobierno porteño
-Eso fue parte del periodismo canalla, no aman la profesión, son vigilantes del periodismo. Como cuando hizo la denuncia Cynthia García, que le daba la razón a los servicios de Venezuela que decían que no habían apretado a Lanata y lo habían apretado. Esa es la Cynthia García que después dijo que la productora de Majul se llevaba millones y encima mintió en la cifra. Cuando uno hace las cosas bien le va bien. La Cornisa tiene mucho apoyo publicitario.
-¿Te vas a aburrir sin el kirchnerismo en el poder?
-No. Uno lo que tiene que tener siempre es espíritu crítico. Desde que empecé con La Cornisa digo “no creas en todo lo que dicen los medios”. Eso de que “seis siete rocho” inventó la idea de poner en duda al periodismo es mentira. Muchos de nosotros decíamos que saber leer entre líneas y el espíritu crítico es lo que te va a salvar. No me voy a aburrir porque tengo espíritu crítico. Además, cuando un gobierno lleva tiempo en el poder, siempre hay alguno que afana, alguno que toma decisiones equivocada y para eso estamos nosotros".
En esa columna del jueves en La Nación, Majul también se mostró preocupado por la loca idea de algunos de que Macri gobierna sólo para los ricos, que ya había planteado Clarín semanas atrás: "No hay que alimentar la sospecha de que el Presidente gobernará para los más ricos. (...) Aunque el nuevo gobierno no haya aplicado un ajuste ortodoxo, la toma de decisiones de política económica está dejando la sensación, en buena parte de la sociedad, de que el Presidente parece más apurado por arreglar los problemas de los poderosos que en atender las urgencias de los más vulnerables. Aunque esto último sea muy difícil de asegurar, con los números de la macroeconomía en la mano, el problema de fondo, más allá de los desajustes, es que Macri no termina de decir a los argentinos, con lujo de detalles, qué tipo de herencia recibió y cuáles son las bombas de tiempo que tiene que desactivar y en qué áreas específicas. (...) Si uno lo escucha a Alfonso Prat-Gay o incluso a Francisco Cabrera, se percibe el entusiasmo que sienten al explicar el país que sueñan. Incluso se los puede percibir como desarrollistas con cierta sensibilidad social. Sin embargo, se la pasan apagando incendios todos los días, producidos por la existencia de campos minados que todavía no se animan a mostrar. Callarse la boca como si acá no hubiera pasado nada no sólo ha producido un desgaste político monumental a un gobierno que todavía no se terminó de acomodar. También ha truncado la posibilidad de comprender cuál es el verdadero proyecto de país que pretende la nueva administración nacional".
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lunes, 29 de febrero de 2016
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