sábado, 20 de febrero de 2016

La banalidad macrista

"La sonrisa como pantalla, como sarcástica burla, como una forma de acercarse manteniendo la distancia.
La sonrisa y el globito, la mentira de la tolerancia, el amor y la paz, la unión de los argentinos pero por el espanto. Todo berreta, todo falso, todo maquillaje, purpurina y papel picado. Se ríen de la gente, se atragantan con la burla, la mona vestida de seda, la fantochada de la elegancia -inútil envoltorio cuando se huele a mierda-. Todo aflora, todo emerge, todo surge como un monstruo adormecido que despertó furioso y hambriento.
El canto de sirenas no idiotizó a todos pero sí a los necesarios y ahora se suponen invencibles, intocables, como lo fueron siempre con sus fieles chacales con toga de jueces y colmillos de fiscales, comiendo de su mano.
La gran sociedad, el Círculo Rojo al que se refería Macri, no son nombres sueltos, son estratos, sectores definidos, socios desde siempre: la Justicia, la oligarquía, los militares, el capital concentrado y un actor menor que es la rancia política funcional y sumisa.
Por eso es que se les nota tanto cuando mienten la sonrisa, porque no les sale la simpatía por los pobres, no pueden aguantar las ganas de salir corriendo. Y por eso hay que inventarlos comiendo milanesas o en la cola de un supermercado con el marketing fayuto de Durán Barba, un cazabobos insufrible que, sin embargo, sigue facturando.
Lo único que les queda es seguir su danza pendular de la doble moral, como en este caso donde se cierran talleres protegidos y se mantienen abiertos los clandestinos; en unos trabajan chicos con problemas motrices o mentales; en los otros trabajan esclavos extranjeros para que personas como Awada obtengan significativas ganancias.
De eso se ríen seguramente, nada más que de eso; y de nosotros".
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"No tuvo ningún prurito en despedir un sinfín de trabajadores de espacios dedicados a la defensa de los derechos humanos. Ni en calificar a estos como un “curro”. Ni en despreciar la política de todos estos años puestas al servicio de más Memoria, Verdad y Justicia. Ni en cerrar programas de asistencia a víctimas del Terrorismo de Estado.
Con la misma banalidad y desdén que le son propios, tampoco tuvo pudor para visitar, por primera vez, la ex ESMA, el Casino de Oficiales y los tenebrosos pasillos de Capucha, donde fueron brutalmente torturados, violados y arrojados vivos al mar cerca de 5 mil compatriotas, mientras él y su padre, en ese tiempo de horror, multiplicaban sus fortunas y la cantidad de empresas, asociadas a la Dictadura que ejecutó el genocidio ordenado por los civiles, más el guiño cómplice de la cúpula de la Iglesia. Por lo visto, el cinismo y la hipocresía no tienen límite alguno".
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"Se puede pretender mostrar un costado diferente, engañar con gestos agradables, disimular las oscuras intenciones, aplicar el manual de los buenos modales, es cierto. Pero la verdad aflora con el correr del tiempo, o como parafrasea un político local, en algún momento la mentira te alcanza y desnuda la verdad.
Y la verdad, es el peor ajuste que hemos vivido en la última década. Y este libro, está compartiendo un prólogo, nefasto, pero prólogo al fin. Cuando podamos leer el resto de la obra, cada capítulo nos dejará descubrir que la economía de mercado nos asfixiará, nos empobrecerá los bolsillos y nos generará pobreza económica, social e intelectual.
Se pasó el tiempo de los gestos simpáticos. Macri es un elefante en un bazar, un dirigente de pobreza integral, prisionero de sus mediocridades y sus dependencias políticas, que se basan en el apoyo de una estructura especuladora que aprovecha estas debilidades del ingeniero, que uno sospecha egresó de la facultad con notas escasas (a él nadie le investiga la veracidad del título).
Es impensado soñar con el éxito de una gestión política cuando la economía está en manos ajenas. Y si a eso le agregamos que esas manos responden a los intereses de las corporaciones y no a la de los ciudadanos argentinos es fácil imaginar cómo concluirá la gestión presidencial.
Una verdadera pena que las discusiones políticas se ocupen de banalidades, cuando lo que importa es el futuro de nuestros hijos y la tranquilidad de nuestros abuelos, que existan políticas de Estado que alienten el consumo, la estabilidad laboral y la paz social.
Macri volvió a ser Macri, y la mentira lo alcanzó rápido".
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