De repente, aparecieron, este domingo, datos, llamadas, vínculos, para sostener el nuevo #RelatoAntiK: que la Presidenta también está involucrada en los desmanejos del vicepresidente en la ex Ciccone.
Hasta ahora, el esfuerzo era vincular a Boudou con los Kirchner a partir de un lugar común: ¿cómo el jefe -NK- no va a saber lo que hace un empleado? (Hoy, el Colo K simula quejarse de que la SIDE no haya protegido a CFK de su vice). La cosa quedaba ahí debido a la muerte del ex presidente. Es decir, en lenguaje judicial, una discusión en abstracto.
Pero nunca Clarín había intentado estirar su embestida con los miles de "Boudou más complicado" a las posiciones presidenciales (¿un adelanto de esta noche en PPT? ¿Consideran ya derribado a Boudou y van por la Reina, a lo Watergate? En su columna dominical, Edu van der Kooy asegura que Cristina está para el cachetazo y que ya no basta con que Boudou dé un paso al costado).
Hoy, Wiñazky Jr. se anima: "El fallo que procesó al vice compromete a la Casa Rosada.
Sospechas de corrupción. El juez Lijo considera probado que Boudou fue dueño de Ciccone y que el Gobierno la contrató para imprimir boletas y fabricar billetes. Además, detectó llamados entre Vandenbroele y Presidencia", titula la principal nota de tapa en Clarín. En el cuerpo de la "crónica", expone los 2 o 3 datos que pudo encontrar en la resolución de 333 páginas de Lijo para poder armar la nueva jugada política: "Mientras fue director de la imprenta de billetes Ciccone Calcográfica, entre 2010 y 2012, Alejandro Paul Vandenbroele intercambió varias comunicaciones con dos teléfonos fijos que se usan para acceder desde la distancia a la intimidad del sector presidencial de la Casa Rosada. Uno de ellos pertenece a la Secretaría de la Presidencia de la Nación. En el mismo lapso, esas líneas también cruzaron llamados con Amado Boudou. Lo comprobó la Justicia. Esa coincidencia es una de las tantas pruebas que el juez Ariel Lijo dio a conocer en el escrito de 333 páginas de los autos de procesamiento del vicepresidente.
En el fallo hay otros ejemplos documentados, del mismo tenor, que indican que la Casa Rosada está comprometida en la trama del caso Ciccone.
El magistrado revela que, entre otros contactos comunes que encontró entre ellos Vanderbroele y Boudou, estaban “los abonados 1143443600 de la Secretaría General de Presidencia de la Nación y 1141312300 de la Secretaría de Presidencia de la Nación”.
Aunque Cristina Kirchner no es investigada en esta causa judicial, los hechos demuestran que avaló al menos uno de los contratos multimillonarios con el Estado que consiguió The Old Fund, que, según Lijo, era de Boudou.
¿La Presidenta nunca supo quién estaba detrás de esa empresa tan codiciada para sus funcionarios?
¿La Casa Rosada contrató para hacer billetes de cien a una compañía que pertenecía al vice?
¿Cuando la estatizó sabía quiénes eran sus dueños?
¿Por qué nunca se informó nada oficial al respecto?
En la página 262 del de procesamiento de Boudou, Lijo cuenta que encontró en el libro “Iva Rentas” de The Old Fund que el 23 de septiembre del 2011 la empresa dejó constancia de haberle facturado a la Jefatura de Gabinete de Ministros un trabajo por $ 3.349.606.
El jefe de Gabinete en esa época era Aníbal Fernández.
El propio juez relata que tanto la Casa Rosada como la Oficina Nacional de Contrataciones no encontraron en sus registros la existencia de ese pago a The Old Fund.
El Gobierno nunca contó oficialmente que el magistrado le había pedido explicaciones al respecto.
La Justicia también tiene pruebas de que José María Núñez Carmona, socio y amigo íntimo de Boudou, tuvo llegada a Balcarce 50 durante “fechas clave” de la operatoria de desembarco de The Old Fund en Ciccone. Un dato: Lijo comprobó que, durante esos días del 2010, “la antena del celular” de Núñez Carmona “dio más de mil veces en Casa Rosada”".
Lucía Salinas dice que CFK está preocupada y cita a dos supuestos funcionarios sin identificar: "Cristina “no le soltará la mano a Boudou” indicó un alto funcionario. “La Presidenta está convencida de que quieren ir por ella como si fuera la cabeza de una banda: si lo suelta habilita ese camino”, indicó una fuente del área que dirige Oscar Parrilli, secretario General de la Presidencia".
Por su parte, "un tal" Ortelli transmite una oferta del #RelatoAntiK a CFK: "En el entorno de Boudou tratan de animarse recordando que “cuando él puso a disposición su cargo, recibió de ella un respaldo y un mensaje claro: ‘Ni licencia, ni renuncia, hay que aguantar’”. Pero también preocupa un dato que surge de algunos sondeos que llegaron a despachos oficiales: “Si Cristina lo saca, mañana mismo sube en las encuestas varios puntos”, graficaron. Otra fuente, de buen diálogo con el vice y de acceso habitual a Balcarce 50, desechó esa alternativa: “Eso no va a ocurrir. No se le va a dar el brazo a torcer. Si decide eso, Cristina le estaría dando la razón al juez”".
Finalmente, el General Blanck, que adelantó el viernes el fallo de Lijo, anda luchando ahora porque este tema gane otra vez los primeros titulares para desplazar a los fondos buitre, novela que en todo caso tiene 30 días más y que el viernes no concluyó siguiendo los deseos más íntimos del #RelatoAntiK: que Griesa hubiera embargado el pago de Argentina u otros bienes, incluso alguno más simbólico: "Si escarba un poco bajo la superficie de ese discurso frágil, lo que aparece es la intención de que el centro de la atención esté puesto en la pulseada que el Gobierno libra con los fondos buitre, en el juzgado neoyorquino de Thomas Griesa.
Por cierto, resolver el entuerto por la deuda externa que el Gobierno encaró tarde y mal, cuando ya tenía puesto el triple fallo adverso de la Justicia norteamericana, es en términos estructurales más importante para el país que la situación de un vicepresidente de presente bochornoso y por cuyo futuro nadie pone un centavo.
Pero también es cierto que el conflicto por la deuda, con todas las amenazas que implica para la Argentina en el corto y mediano plazo, permite al Gobierno colocarse en el papel de víctima de los poderes y la codicia internacional. Eso es mucho más funcional al relato que tratar de explicar los abusos impúdicos de poder que la Presidenta toleró, cuando no auspició, y que facilitaron a Boudou y a su banda de amigos hacer las cosas que hicieron".
Inmediatamente, el hombre de confianza de Magnetto redobla la apuesta contra la Presidenta y recurre a un viejo truco del #RelatoAntiK: fantasear con el adelantamiento de las elecciones (si es con la renuncia de Cristina de por medio, mejor): "Fuentes del Gobierno coinciden en que Cristina hará lo posible por mantener a Boudou atado al sillón de vicepresidente. Quizá sienta que si Amado se le cae no quedará nada para interponer en el camino entre las denuncias de corrupción y su propio despacho, o su casa en El Calafate.
Boudou es el último fusible antes de Cristina. Suena exagerado y quizás lo sea. Pero la Presidenta actúa como si esto fuese una verdad incontrastable. Y como si ya hubiese calculado que el costo político que demanda sostener a su vice es menor que el de dejarlo tirado en la banquina.
El viernes por la noche, mientras compartían una cena para muy pocos, un actual ministro del Gabinete y un ex ministro kirchnerista supieron del procesamiento de Boudou. No por esperada la noticia les resultó menos gravosa. Y a pesar de que ninguno de los comensales siente la más mínima simpatía personal ni política por el vicepresidente, un relámpago de abatimiento cruzó la mesa. Tanto, que hasta se tiró en la conversación la eventualidad de un adelantamiento de los tiempos electorales en vista de las complicaciones crecientes del Gobierno para capear el temporal en el que se metió sin ayuda de nadie.
Llevar las PASO presidenciales a marzo o abril del año próximo y adelantar el almanaque electoral hasta un semestre fue una variante de la que se habló sin tapujos".
Al final, Blanck no puede dejar de explicitar las intenciones más aviesas de sus patrones: "Todo esto suena a pura especulación: al día de hoy es imposible imaginar a Cristina yéndose antes de tiempo. Además, la hipótesis hablaría del retorno a un estado de crisis política, económica e institucional al que ojalá los argentinos nunca más regresemos".
Blanck sabe muy bien que su "columna" de hoy será leída por las espadas legislativas-judiciales del Grupo como hoja de ruta para manejarse durante la semana que hoy comienza. Ya anoche, TN improvisó un meeting de ellos, en una edición especial de A Dos Voces, donde Marga pidió la renuncia de Boudou: ""Me da la impresión que el Gobierno no tiene muchas salidas, que no puede hacer ya muchas otras cosas. Ya es tiempo que la Presidenta se saque a Boudou de encima".
Seguramente, durante la semana, se vean escenas típicas del #RelatoAntiK: por ejemplo, a la esposa de Barrionuevo quejarse por la corrupción en el país y al macrismo-alonsismo repitiendo que el procesamiento de su líder político no es lo mismo porque "la causa contra Mauricio fue armada".
Mientras tanto, Página 12 (sacudido por una lucha gremial interna que ha hecho que la mayoría de sus periodistas no firme sus notas -además, no está la columna de Verbitsky hoy-) se centra en el tema de los fondos buitre y solamente Kollman se aboca a la causa de la ex Ciccone, recordando que la Cámara le había exigido a Lijo que indagara más -como planteó también el fiscal Di Lello- en la ruta del dinero que financió el rescate de la empresa, cosa que el juez no obedeció en el fallo del viernes (falencia que reconoce Alconada Mon, hoy en La Nación). Además, el periodista sostiene que "siguiendo una lógica que no sostienen las pruebas, el juez construyó un guión con fuertes contradicciones".
Inclusive, deja un dato sugerente: "Maximiliano Rusconi, abogado de Nicolás Ciccone, calificó la resolución del magistrado de “espanto judicial. El juez nos traicionó”, le dijo a Radio América. (En La Nación, citan declaraciones de este abogado afirmando que esto podría facilitarle a la Cámara a ordenar la nulidad de parte del proceso).
Es que la acusación contra los Ciccone fue una de las sorpresas del fallo. Para Lijo, la mecánica fue que los dueños de la calcográfica incurrieron en cohecho activo, es decir que pagaron una coima, a un funcionario público y sus allegados –Boudou y su entorno– y que por eso son imputados por cohecho pasivo, los que cobran la coima. Hasta hace poco tiempo, el magistrado tenía una mirada distinta, que los Ciccone eran víctimas, que Boudou y su amigo José María Núñez Carmona los amenazaron y, por esa vía, les quitaron gran parte de la empresa".
domingo, 29 de junio de 2014
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