Y que están volviendo loca a la militancia, más agarrada a nombres y símbolos excitantes.
Era necesaria la concesión, inobjetablemente.
Quizás sea hasta aquí a donde llegó el kirchnerismo, aunque lo mismo pensaron varios en 2009 y luego salió con las reestatización de las AFJPs, la ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo, el triunfo del 54%, la reestatización de YPF, el plan PROCREAR, suba del mínimo del Impuesto a las Ganancias, cepo al dólar, la nueva "derrota" en las legislativas.
Esta vez parece que se imponía liberar peso que tiraba para abajo a CFK y su administración (igualmente, la mayoría de las encuestas le dan altos niveles de popularidad) y dar por concluido un ciclo de gobierno que alguien denominará. Andá a saber cómo. Algo con militancia talibana o bien como kirchnerismo prepoteril.
Es que presentó sus batallas: ganó y perdió (terminaron siendo muy duros varios actores). Y cuando fue "derrotado" en las urnas, hizo uso de su comportamiento más democrático y plebiscitario: escuchar el mensaje de las urnas (¿abundarán las columnas estos días de los que pedían eso precisamente?). Como contrapartida, cuando ganador, hizo uso amplio de esas mayorías, que aún hoy conserva, al extremo de poseer quórum propio en ambas cámaras del Congreso Nacional.
Sin embargo, prefirió recorrer estos dos años con la tranquilidad que no inquiete al maltrecho corazón y ante el espanto de ver la muerte de cerca, esa que se llevó a NK, el que no aceptó el aviso previo. CFK parece que sí tomó el mensaje de la vida: falta saber si estos "retrocesos" son para tomar carrera hacia nuevos espacios de conflicto (el Código Civil parece recorrer un camino muy tranquilo -dolían los ojos verlo ayer a Moralito, solito, desempolvar la vieja treta de "el kirchnerismo apura su aprobación y no quiere cambiarle una coma"-). Nuevas batallas que alimenten la vieja épica de enfrentar a algunos factores de poder.
Parece más un primer test de la plancha que le propone el Poder a cambio de retirarse con altos niveles de popularidad y algunas reconfiguraciones discursivas sobre lo coyuntural (se olvidarán del tono, del apriete, del atropello, que trocarán por los cambios culturales que emprendió, en los que ganó -los medios de comunicación- y en los que fue abofeteado feo -el dólar-).
¿Es un retiro de las banderas y sus portadores más emblemáticos o simplemente reglas del juego que más definen a CFK: la exigencia y la victoria?
Uno imagina que quizás sienta que les dio demasiadas oportunidades a La Cámpora, Unidos y Organizados, Marcó del Pont y Moreno (como íconos de la gestión K -quizás entonces en el derrotero falten algunos...-) y fallaron (quedarán su prédica, lealtad y trabajo social). Demasiado. En este sentido, no sería solamente lo retórico y actitudinal, sino más sobre la gestión (la Supercard, el cepo, el drenaje de las reservas y las bajas performances electorales pueden aparecer primero a la mente, antes incluso que la inflación, una problemática mucha más abarcadora que una simple secretaría. Después de todo, Kicillof tiene sus cadáveres en el placard también, aunque metió un PROCREAR inexpugnable -¿Y Bossio?-).
¿Será la ocasión para retomar las entrevistas hasta con una diva o alguna de las dos Lozano -una megaestrella como Susana, Mirtha o Moria la opacarían y desafiarían su autoridad mediática-)? ¿Habrá que esperar nuevos desprendimientos de incómodas sobrecargas? ¿Acaso Guns 'N' Roses tuvo algo que ver con la "renuncia" de Moreno? ¿Iba a quemar el nuevo IPC apoyado por el FMI o simplemente fue entregar al que el Poder pedía? ¿Seguirá CFK dándole la razón al massismo en más temas? Ya van el mínimo no imponible de Ganancias y esta salida de Moreno (A propósito: ¿así que Guillote tenía bonos PBI? Eso no se hace). ¿El massismo realmente puede tomar la posta K o dos años es demasiado? ¿Kunkel y Conti podrán deshuesarlo en la Cámara? ¿La Liga de Gobernadores depende de una buena gestión de Capitanich? ¿El nombramiento del chaqueño católico es la misma oportunidad que CFK le entregó a Scioli en las legislativas y falló?
¿Cristina está buscando su reemplazante y a nadie a su alrededor le da el cuero?
Quedan 2 años (¿Cuánto le queda a Amado? ¿Lo que le lleve ordenar el frente externo con Lorenzino?)
Será necesario en estos días hablarle a la militancia, para que deje de sentir que todo se acabó.
Costará hacerle creer que es un nuevo comienzo.
El derechómetro está a full estos días. Quizás se tranquilice con la nueva palabrita de moda: planificación. Comunista hasta la médula, quizás en verdad sea retrasada en su aplicación ante la necesidad de dólares (¿los chinos darán una mano de verdad?) y achicar la brecha cambiaria sin la necesidad de una devaluación asesina.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
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