lunes, 13 de junio de 2016

Dura derrota de Cambiemos: el cordobesismo se renueva e incluye a los K

El dato era claro en Río Cuarto: Cambiemos perdía 40 puntos en menos de 7 meses y permitía que el peronismo cordobés recuperara, luego de 12 años, la intendencia de la segunda ciudad cordobesa en el segundo distrito electoral del país.
La combinación entre la deficiente gestión del radical Juan Jure y el impacto de las medidas económicas del gobierno de Mauricio Macri fue demasiado para el poco carismático candidato oficialista Eduardo Yuni, que terminó solo, sin ningún ministro del macrismo o dirigente del radicalismo nacional acompañándolo, en una contundente derrota por casi 14 puntos ante el peronista Juan Manuel Llamosas, en la peor elección radical desde el regreso de la democracia en 1983.
Pero los festejos en el búnker cordobesista vinieron a traer el nuevo dato: en los discursos del gobernador Juan Schiaretti y ¿del futuro candidato a diputado nacional? José Manuel de la Sota, pero especialmente en el del primer mandatario provincial, se planteó una nueva etapa para el PJ cordobés (en el video, desde 1h20m50s).
De la Sota, siempre atento a sus necesidades electoralistas -aunque no esté en campaña-, buscó que su partido se adjudicara el triunfo y marcara una raya opositora -"respetuosa", aclaró- ante Macri, aunque se haya permitido, luego, acusar a los ministros presidenciales de los pesares del gobierno nacional.
Schiaretti, siempre más atento a sus necesidades de gestión, intentó correr a Macri -"voy a seguir trabajando con el Presidente"- pero lanzó una etapa de -la llamó- renovación del PJ. Y lo hizo con un kirchnerista de pura cepa parado a su lado, en el escenario triunfal de anoche en Río Cuarto.
Martín Gill fue secretario de Políticas Universitarias de la Nación durante el kirchnerismo, ex rector de la Universidad de Villa María; actual intendente de esa ciudad, delfín de Eduardo Accastello -ex candidato a gobernador K-, uno de los referentes más importantes del kirchnerismo cordobés.
Debajo del escenario había otras figuras K, pero antes que nada peronistas, más en momentos de triunfo rotundo. Como así también, agrupaciones K que apostaron por Unión Por Córdoba (el sello del PJ cordobés) mucho antes de la derrota de Scioli en noviembre pasado.
Pero Schiaretti no sólo subrayó la presencia de Martín Gill y su evidente pase a las filas de UPC, sino que detalló a otros dirigentes sub-40, a los que ve como la renovación del partido que gobierna Córdoba desde hace 17 años: el ministro de Desarrollo Social, Rodrigo Rufeil; y el intendente de San Francisco, Ignacio García Aresca; además de Llamosas, ex Defensor del Pueblo riocuartense.
Algunos no descartan las aspiraciones de Schiaretti para el 2019, cuando se podría presentar a su reelección, pero lo que dejó el post-triunfo de Llamosas es una pregunta: ¿el kirchnerismo será el cambio del delasotismo-schiarettismo? ¿Es descabellado pensar una fórmula pejotista sin la presencia de ninguno de los dos hombres que lo rigieron todos estos años? Quizás demasiado apresurado.
La intencionalidad del discurso del gobernador fue evidente: ¿se abre un camino de confluencia de vertientes supuestamente antagónicas dentro del PJ cordobés? 
Horas antes, José Luis Gioja, presidente del Consejo Nacional Justicialista, consideró que el resultado de Río Cuarto expresa el rechazo al presidente Mauricio Macri y sus políticas, y "presagia una gran victoria" del PJ en los comicios legislativos del año próximo.
Por su parte, Daniel Scioli, Sergio Massa y Martín Insaurralde saludaron a Llamosas desde sus cuentas de Twitter.
Ya de madrugada de lunes, el triunfo peronista en el único test electoral del año languidecía ante la puesta en marcha de los engranajes y reflejos del PJ no sólo cordobés.
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