Ayer, en el programa de Jorge Lanata, en radio Mitre, Leuco Jr. y Wiñazki Jr. salieron a atacar al periodista que viene poniendo en la agenda las relaciones incestuosas entre el presidente Mauricio Macri y personajes sindicados como sus testaferros, al extremo, este domingo, de razonar que si Angelo Calcaterra, primo presidencial, fue socio de Lázaro Báez para ganar licitaiciones de obra pública durante el kirchnerismo, el santacruceño está relacionado con Macri.
Navarro fue más allá y mostró documentación que probaría que Calcaterra efectivamente es testaferro del primer mandatario.
Pero la operación no sólo semántica (casi de clase) ha sido aplicada en general para mitigar la corrupción macrista asegurando que la K fue inmensamente mayor y de una calidad inferior a la que pueden expresar los Calcaterra o Nicky Caputo, el amigo presidencial, otro de los personajes que es acusado de ser en verdad testaferro de Macri.
La puesta en práctica de esta defensa oficialista es repetir que esta información -que en verdad ha sido dada a conocer no sólo por medios "K"- es una estrategia del kirchnerismo para escapar de las investigaciones judiciales que lo estarían cercando.
Y en el siguiente diálogo de Leuco y Wiñazki Jr, por supuesto, está presente el aún efectivo mecanismo de acusar a Navarro (como casi a cualquier periodista que ose criticar a Cambiemos) de ser pago por el kirchnerismo y de haberse corrompido por la pauta oficial durante los gobierno K.
La nota de Lanata con Majul, el domingo, es bastante sintomática de los apuros por los que el macrismo-lanatismo está atravesando estos días.
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