"La persistente campaña
televisiva de (Jorge) Lanata tiene rebordes golpistas inviables, aunque
esto no quiere decir que vaya a haber un golpe de Estado ni que Lanata
sea golpista. No creo que lo sea. Pero el tipo de denuncia que se hace,
que puede tener validez si se sostiene con pruebas efectivas, puede no
serlo si las pruebas, para asuntos tan importantes como la corrupción de
Estado, son frágiles o simplemente son efectos de un relato televisivo.
Doy otro ejemplo: que el gobernador de
Córdoba (José Manuel) De la Sota diga que tienen que frenar los juicios
por los Derechos Humanos está incluido dentro de la discusión. A mí me
parece una posición absurda la de De la Sota. Cerraría la década con una posición
respecto a lo que la caracterizó en su manera más lúcida, como la década
del pleno imperio de los derechos humanos y de los juicios a los
crímenes de lesa humanidad, cerraría eso dando lugar a una nueva derecha
en Argentina. La década contiene eso también, por eso es una década
compleja. El gobernador de una provincia tan importante como la de
Córdoba propone un tipo de acción que contraviene a lo que se puede
decir que es un logro de toda la sociedad argentina.
El
kirchnerismo, más allá de la opinión que se tenga sobre sus medidas,
que se esté a favor o se esté en contra, fue un gran promotor durante la
década de discusiones que fueron a los cimientos mismos de la
organización social argentina.
Discusiones sobre la inflación, el control de la inflación y demás
ocupan la escena de una manera determinante, junto a las denuncias por
procedimientos de empresarios ligados al Estado. Es decir, nada de eso
deben ser temas tabú. Se deben conversar de una manera madura, señalar
lo que haya de irregularidades a través de la Justicia ordinaria y no a
través de la “justicia mediática”.Esto no quiere decir que los programas de televisión no traten el tema y no investiguen, lo que quiere decir es que hay que diferenciar entre investigación televisiva y justicia de los tribunales que existen como institución pública. Yo rechazo la “justicia mediática”, no puede haber una investigación que en sí misma ya tenga una condena. Los medios de comunicación pueden proponer pruebas, tener periodistas investigadores, pero la instancia decisiva que verifica la validez de esas investigaciones no puede ser el mismo investigador de los medios de comunicación. Eso es un tema también para la democracia argentina, dentro de esta década heterogénea, compleja y que todos los argentinos hemos vivido con gran pasión, la pasión de la construcción de una historia de una ciudadanía más amplia".
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