Luego de unas merecidas vacaciones, el cordobés volvió con toda la artillería opositora. Como si las mismas (¿fueron en las sierras?) poco lo hubieran tranquilizado.
Ahí va la diatriba.
"Cristina quiere una Argentina cada vez más parecida a Venezuela y
menos a Alemania, como había sugerido en su momento. El giro hacia el
fundamentalismo chavista se expresa con obscenidad en la claudicación
ante Irán y en su intento de asfixiar toda voz disidente, como las de
los gobernadores (Scioli, De la Sota, Macri, Bonfatti, Peralta y
Colombi) y los dirigentes sindicales (de casi todas las centrales),
incluso, los que hasta hace poco tiempo eran leales a su conducción o
suavemente críticos.
En todos los casos, la Presidenta aplicó su manual para dividir y
reinar. A las organizaciones judías logró fracturarlas, tal como hizo
con los organismos de derechos humanos. Comenzó por los familiares de
las víctimas del atentado a la AMIA y logró cooptar a un sector de
dirigentes comunitarios, sobre todo de la DAIA. Aprovechó las fisuras
internas entre religiosos y laicos, la inexperiencia política de algunos
y la complicidad de otros y logró que un fragmento de la colectividad
le diera su bendición al acuerdo que Héctor Timerman firmó en Etiopía.
Un canciller no judío tal vez no se hubiera atrevido a tanto. Suele
pasar. Carlos Menem no hubiera podido desguazar al Estado y dejar a
miles de trabajadores en la calle sin la complicidad e incluso el empuje
de jerarcas sindicales traidores que se pusieron el neoliberalismo al
hombro y que hoy todavía merodean a CFK y aplauden en sus actos.
No es mi intención comparar la magnitud de los acontecimientos, pero
el ADN conceptual de Ahmadinejad y el de Hitler es idéntico en cuanto a
su objetivo de exterminar al pueblo judío. De hecho el líder iraní es
repudiado mundialmente por negar la Shoa. La ignora porque no puede
celebrarla como le gustaría. Vale recordar que en los campos de
concentración se apeló a colaboracionistas, luego llamados “judenrat”
(en la fonética alemana), para que facilitaran aún más la ejecución del
genocidio.
La verdad dicha con toda crudeza es que el gobierno argentino
abandonó el objetivo de buscar la verdad, el juicio y el castigo a los
culpables del mayor atentado terrorista de la historia argentina que
borró de la faz de la tierra a 85 personas. Tiene la necesidad política
de realinear ideológica y comercialmente a su modelo. Hacer borrón y
cuenta nueva. Para no gastar este año la friolera de 12 mil millones de
dólares, necesita la energía que ofrecen Venezuela e Irán, de su rol en
la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo) y de sus
inversiones, incluso para que Pdvsa participe del proyecto de YPF en
Vaca Muerta. Eso se llama fomentar negocios y no luchar contra la
impunidad. En el volantazo argentino hay más conveniencia que
convicciones.
Irán, aislado del planeta democrático por sus violaciones a los
derechos humanos, su humillación a las mujeres y por su plan nuclear con
fines militares, hace mucho que eligió América latina como cabecera de
playa. Por eso, Cristina le ordenó a Timerman que les tirara este
salvavidas llamado “Comisión de la Verdad”, una forma de disfrazar lo
insultante del hecho para los muertos en la calle Pasteur que, como todo
el mundo sabe, queda en nuestra patria, en el barrio del Once y no en
Teherán.
Vertical y funcional con la conducción estratégica del bloque
bolivariano a cargo de Hugo Chávez, Rafael Correa y los hermanos Fidel y
Raúl Castro, el gobierno argentino tuvo que olvidar lo antes posible
los reclamos que con valentía tanto Néstor como Cristina habían hecho en
la ONU. Y recurrieron a la misma medicina de la hipocresía de Estado
que tan buen resultado les dio hasta ahora. Proclamar un objetivo
retórico al que nadie puede oponerse (descongelar la causa AMIA,
democratizar la comunicación, combatir la burocracia sindical, hacer un
país más equitativo y tantos otros) para, en la práctica, hacer todo lo
contrario. En cada caso y también en el del acuerdo con Irán, muchos
sectores ingenuos apoyaron lo que el Gobierno “dijo” y luego se
sintieron burlados en su buena fe por lo que el Gobierno “hizo”. Algunos
colocan la trampa y otros la denuncian. Es verdad que con el actual
estado de cosas, Irán jamás iba a entregar a los sospechosos y mucho
menos a quien hoy es el jefe de la defensa y la seguridad del estado
teocrático. Pero en poco tiempo vamos a comprender que por el camino del
Pacto de Etiopía, la verdad y la Justicia estarán mucho más lejos
todavía. ¿Creen algunos argentinos judíos o no, ingenuos o cómplices,
que “el mejor regalo que recibí en mi vida”, como lo calificó Luis
D’Elía el día de su cumpleaños, es bueno para combatir el terrorismo y
el antisemitismo más repugnante resucitado por ciertos populismos que se
dicen de izquierda con la excusa de combatir al imperialismo yanqui y
al gendarme sionista de Israel?
¿Desde cuándo D’Elía, vocero fáctico iraní, celebra con euforia lo
mismo que la DAIA? ¿Cristina y Timerman son estrategas tan brillantes
que lograron semejante milagro? Es verdad que en el crimen masivo de la
AMIA no murió ningún ciudadano israelí, pero sólo un ignorante o un
malintencionado puede simular que no tienen nada que ver la institución
judía víctima de la bomba (o la propia embajada) con Israel, el estado
que dio cobijo en su exilio a Jacobo Timerman.
Los impunes que perpetraron la matanza caracterizan a la AMIA y a
otras entidades judías de la diáspora como grupos de apoyo cultural y
económico de Israel. ¿Qué quiso decir Cristina con su tuit: “Histórico,
porque jamás permitiremos que la tragedia de la AMIA sea utilizada como
pieza de ajedrez en el tablero de intereses geopolíticos ajenos”? ¿Ella
también piensa –como Chávez, Fidel o D’Elía– que Israel y los EE.UU.
ejercen el terrorismo de Estado contra los países árabes? Sería bueno
que se expresaran al respecto. Porque no solamente compartimos el podio
de la mayor inflación mundial con Venezuela. La Presidenta varias veces
manifestó su hermandad con Chávez y fue una de las primeras en festejar
su recontra-reelección: “Tu victoria también es la nuestra.” Ayer se
reveló que el 14% de los seguidores de Cristina en Twitter son
venezolanos y que comparte más de 523 mil followers con el comandante
del que nada se sabe respecto de su salud. Ni la propia CFK que fue a
Cuba pudo verlo.
Hasta en eso, cada día se parecen más los modelos de ambos países.
Son construcciones unipersonales y caudillescas, con poco respeto por
las instituciones republicanas y que necesitan reformar las
Constituciones porque su talón de Aquiles es la ausencia de herederos
políticos. “Danger” podría tuitear. Porque nadie es eterno. Ni siquiera
Cristina. Always".
Fuente
El que también retornó es Pepito: en Perfil, trata de mentirosos a todos en referencia al acuerdo entre Argentina e Irán (Pepe, junto a Macri y el rabino Bergman, intenta cooptar a la comunidad judía, a la cual siente representar, para así liberarla del yugo kirchnerista); en Diario Popular, se pone del lado del FMI, al que presente como indulgente con el gobierno nacional y que además dice la verdad; y en El Día, aprovecha para refrendar sus dotes antiperonistas.
Estos son los escribas de los que andan buscando un nuevo Relato opositor. Ayer posteábamos sobre este intento en la ong de la Pato. Ahora se suma el Bulldog.
¿Es posible esa nueva narrativa opositora para enfrentar al casi inexpugnable Relato K con el nivel intelectual y conceptual de los que se la escriben?
¿O es necesario dejarlos atrás?
¿Podrían hacerlo?
¿Sus medios los ayudarían pasando a retiro a estas plumas que tanto mal les han hecho?
domingo, 3 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Sergio, todo bien pero de onda te digo, ¿realmente vos crees que repetir literalmente le vómito del imbécil de leuco aporta? Ya bastante exposición tiene ese empresario fabricante de "no-información" como para que andemós ampliando su visibilización, por lo menos esa es mi mirada. Abrazo.
MC, estoy de acuerdo.Por favor hagamos nuestros propios comentarios, o en todo caso hacer la crìtica a esta nota.Me parece.Abrazo.
Sepan que tomo en cuenta sus sugerencias.
Habitualmente no reproduzo enteramente una columna. Esta vez me pareció que su integridad daba cuenta de ese estado de exaltación que transmite un Leuco.
Por otro lado, no tengo problemas en "difundir". Estamos en una red de difusión permanente. Y además considero que es necesario leer todo lo que podamos, coincida o no con nuestro punto de vista.
Las cosas están demasiado claras para tener miedo a ser "contaminados".
Un saludo afectuoso a ambos.
¡PLURAL K VIENE POR TODO!
Luis Grynwald responde a Sergio Szpolski, a Héctor Timerman y finalmente a Cristina.
¡PARA UNA AMIA INDEPENDIENTE ya sabés que lista NO podés votar!
¡Ya nos entregaron con Irán! Tenés otras tres listas para votar
Publicar un comentario