A comienzos de la década pasada, un grupo de investigadores argentinos liderados por Ezequiel Ipar comenzó a estudiar las nuevas modalidades de autoritarismo social. Según Ipar, en aquellos años recién empezaba a afianzarse la articulación entre mitologías autoritarias y el ethos neoliberal, que algunos años después enmarcaría la profundización de procesos des-democratizadores en diferentes puntos del globo.
Más acá en el tiempo, este equipo realizó una encuesta telefónica a nivel nacional -entre 2020 y 2021- que permitió sistematizar información en torno a las tendencias en la sociedad argentina a aprobar y reproducir discursos de odio y otros prejuicios sociales en la esfera pública.
Además, desarrollaron un Índice DDO (Discursos De Odio) para ordenar las variables sociales que podrían explicar las tendencias a la identificación con DDO, además de observar el modo en que se articulan los DDO con otros prejuicios sociales que también pueden debilitar la convivencia democrática, como el antisemitismo o los sesgos de género.
Este estudio, titulado Discursos de odio en Argentina, generó algunos hallazgos interesantes:
- Un 26,2% de la ciudadanía argentina promovería o apoyaría DDO, mientras 17% sería indiferente y 56,8% los criticaría o desaprobaría.
- El apoyo de este tipo de expresiones se intensifica hacia el centro de la Argentina (donde 30,7% de los encuestados los promueve) y al noroeste del país (30,4%), y exhibe los niveles más bajos en la Patagonia (20,5%).
- Entre la población millennial (personas entre 25 y 40 años actualmente) hay una mayor predisposición a abrazar este tipo de discursos (31,1%) y una menor propensión a criticarlos o desaprobarlos (51%).
- Los baby-boomers (56 a 74 años) son quienes menos apoyan los DDO (19,6%), así como quienes más los desaprueban (64,3%). Entre los más jóvenes, en los centennials (15 a 24 años), si bien la aprobación de los DDO (26,5%) está un poco por encima de la que tienen en la población en general (26,2%), la desaprobación (61,5%) es muy alta, y son los menos propensos a mantenerse indiferentes (12,3%).
- Las personas con posgrados completos e incompletos son las menos propensas a apoyar o promover DDO (16,1%) y las más dispuestas a desaprobarlos y criticarlos (68,2%).
- Entre el grupo de quienes se identifican como dueños patrones o empleadores, se ve una mayor disposición a apoyar este tipo de discursos (33,4%). Por otra parte, quienes se asumen como empleados (28%) y obreros (27%) también muestran valores levemente superiores al resto de ocupaciones.
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