martes, 12 de noviembre de 2019

#GolpeEnBolivia ¿Qué festejan?

"Cuando nos dejamos llevar por la radicalización del movimiento cívico, y dejamos que los extremistas como Camacho y Pumari lidericen la movilización, entonces pensamos que nuestra posición es LA posición de todo el pueblo. Ignoramos la postura del 47% que votó por Evo. Claro, ellos no cuentan, son "hordas", son "ignorantes", son "vándalos pagados por Evo".
Así, la renuncia de Evo es nuestra victoria. No importa si es la derrota de ellos, de los otros. Y por eso nos alegraremos cuando salgan los militares. Nuestra "tranquilidad" será la muerte de los más pobres. Qué importa. Se lo merecen. Son violentos, ignorantes y sucios.
Mientras tanto, hay que celebrar "nuestra" victoria: la renuncia de Evo. No importa que sea la derrota de ellos. Ellos nunca importaron, ¿verdad?
¿Quiénes conforman esas hordas masistas? (Así les llaman los medios de comunicación y la "gente decente"). ¿Son sólo delincuentes? ¿Son más jóvenes, adultos, hay mujeres, vienen con sus hijos? ¿En qué trabajan, dónde viven, tienen lo suficiente para una vida digna? ¿Cuáles son sus sueños, sus esperanzas, qué les sostiene cada día? Nada de eso se sabe. Nada de eso importa.
Los presentaron como "hordas" (otra vez ese término), cientos, tal vez miles, flameando wiphalas y gritando "ahora sí, guerra civil". Sembrando el terror en El Alto y bajando a la ciudad.
En La Paz, donde vive la "gente bien", había miedo y también rumores. "Son 20.000". "Vienen de El Alto y de Río Abajo". Mientras en la Plaza Murillo había un movimiento febril. Policías asustados preparándose, rezando, y pidiendo la intervención de las FF.AA. En los barrios, algunos vecinos haciendo barricadas dispuestos a defender a sus familias de esas "hordas amenazantes de espectros". Todo cubierto, segundo a segundo, por los medios. Se respiraba ese ambiente tenso y de miedo, como en los momentos previos a la batalla de Invernalia contra el Rey de la Noche y sus huestes de muertos vivientes.
Intervinieron las FF.AA. Se escucharon aviones militares sobrevolando La Paz (¡¿como en los golpes de Estado?!). Comenzaron a circular patrullas militares. Vino el "alivio". Mientras se conocían noticias de la salida del país del "tirano" (¿el Rey de la Noche se iba?).
De repente, todo se disipó. Nadie supo más de las "hordas de espectros". Se esfumaron en el aire. Volvieron a las tinieblas, a donde pertenecen. Los medios entrevistaban a la "gente bien" de las barricadas, pero nadie se preocupó por saber la suerte de los orcos. Esos que ni siquiera llegan a la categoría de seres humanos. El mal había sido conjurado".
Sociólogo
Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia)
Más:
Bolivia sin Evo

0 comentarios:

Publicar un comentario