jueves, 28 de noviembre de 2019

De la madre de un hijo asesinado, a un presidente represor

"Yenny Alejandra Medina, mamá del joven Dilan Cruz -asesinado por la Policía colombiana en una marcha contra el ajuste- le pidió al presidente Iván Duque Márquez que haya justicia y que Colombia no olvide que su hijo falleció soñando con poder estudiar.
“Pido justicia por lo sucedido y que la muerte de mi hijo no quede en el olvido”, aseguró la mujer en una carta enviada al primer mandatario, en el marco de las multitudinarias protestas que se vienen realizando en el país ante la intención de Duque de avanzar en medidas de recortes y privatizaciones.
Desde la cárcel El Buen Pastor, a donde fue trasladada desde Cali (Valle del Cauca), la madre del joven le pidió directamente al Jefe de Estado que brinde los espacios y mecanismos que permitan a niños y jóvenes formarse con mejores oportunidades.
“Me dirijo a su despacho, señor presidente, con el fin de rogarle encarecidamente por lo sucedido con mi hijo; más oportunidades para la educación especialmente con aquellos jóvenes de bajos recursos con mucho potencial, con sueños, con proyectos para cumplir”, describió Yenny.
También le envió un mensaje al Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), ya que uno de sus integrantes fue el asesino de su hijo: "En cuanto a los funcionarios del Esmad, les pido que sean un ejemplo de paz, ya que la violencia no soluciona las cosas y les pido que sean cuidadosos al momento de usar sus elementos, ya que por el mal uso de ellos se produjo la muerte de mi hijo, el dolor y el sufrimiento de toda una familia”.
Medina dijo que permanece privada de la libertad por un delito que es excarcelable y que la separó de sus hijos y de la posibilidad de acompañarlos en su formación, por lo que le hizo un llamado a Duque para que los procesos penales que se adelantan contra padres y madres cabezas de familia sean revisados y se tenga en cuenta la necesidad de educar a los niños dentro de un hogar.
“He perdido la oportunidad de acompañar, cuidar, apoyar a mis hijos; sé que los seres humanos cometemos errores pero pido soluciones para todas las personas que enfrentan la misma situación. Sé que muchas de las mujeres que están privadas de la libertad son también madres cabeza de familia y en algunos casos, también los padres se encuentran en una cárcel y no existe acompañamiento para los niños y jóvenes; desafortunadamente no existe una revisión jurídica en los procesos, donde se den posibilidades y oportunidades de gozar de una familia y donde los privados de la libertad, no se sientan olvidados", agregó.
La angustiada madre reconoció en su hijo a un gran luchador y aseguró que se siente orgullosa de la vida de Dilan: “Sé que mi hijo Dilan luchó por sus sueños y por los de un país, porque desde niño se dio cuenta de la falta de oportunidades en su hogar, empezando por su madre, debido a la discapacidad auditiva que enfrento desde que nací”.
"Me cerraron muchas puertas y no me dieron oportunidades de empleo, me tocó como pude luchar por mis hijos para ayudarlos a salir adelante, hasta donde pude; es por esta razón que pido de corazón al gobierno que existan posibilidades para nosotros los padres, buenos empleos para los jóvenes, con estudios superiores gratuitos, con verdaderas posibilidades de pago, donde se les asegure su futuro profesional”, solicitó.
En nombre de su hijo, Medina le hizo una solicitud especial a Duque: “Señor presidente, pido que se escuche a los estudiantes, a los privados de la libertad, a los ancianos, discapacitados, madres cabeza de hogar y a todos los ciudadanos que nos dirigimos a usted, con el fin de dar solución a nuestras necesidades como colombianos y así por medio del diálogo, se pueda cumplir el sueño de todo un país. Por favor, recíbalos".
En su misiva también agradeció a los amigos de su hijo por el apoyo que la familia ha recibido desde que el joven de 18 años fue llevado al hospital San Ignacio: “Les pido que no dejen de soñar y que busquen el diálogo con el gobierno, ya que la violencia desata más violencia, prueba de ello, mi hijo”.
La carta termina con un contundente mensaje: “No más violencia, sí al diálogo, al amor y a nuevas oportunidades, son las mejores armas”".
Fuente

Más:
La Colombia de la cacerola

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