El cordobesismo vergonzante canta victoria antes de tiempo (El fracaso será culpa del kirchnerismo)

"Cristina no tiene límites. Su actitud permanente es dañina y vengativa. No conforme con dejar una herencia maldita en casi todos los rubros, ahora emite una señal peligrosa que dice: “Vamos por todo”. Y esas ganas de dinamitar el futuro se transmiten al resto de la pirámide de poder en la Argentina. Esa es la única explicación que encuentro a este plan sistemático para colocar bombas de tiempo en todos lados y tratar de que les exploten en las manos a los que el pueblo elija para gobernar este país.
El vamos por todo incluye dejar el Estado sembrado de camporitas que se aseguran un sueldo sin hacer nada y que, de paso, actúan como topos para conspirar desde adentro contra el próximo presidente. Los Kirchner son la expresión más brutal de la desmesura. No tienen estómago ni escrúpulos.
No me extraña que sean tan caraduras ni rapaces. Me extraña que no tengan vergüenza. Esa suerte de sálvese quien pueda que parece más un naufragio que una transición democrática.
Son comportamientos destituyentes que vacían a la democracia de contenido. No se conforman con lo bien que les fue durante este tiempo. Quieren que les vaya mal a los que vienen. Es de un egoísmo y una maldad que no tiene nombre.
Doce años estuvieron gozando de los privilegios y ahora se van sembrando vientos para que los que vengan cosechen tempestades".

Y por si fuera poco....

Seguimos. Con el apropiador del programa del dr. Mariano.

"Cristina, deje en paz al país. Simplemente, váyase. Le podrá sonar fuerte el váyase. Entiéndase: se está cumpliendo una mandato constitucional. Y al deje en paz al país le puede dar dos connotaciones: deje al país que viene en paz, finalice su mandato en paz, otórguenos a los ciudadanos nuevamente tener un intercambio de dos presidentes en paz. Y también es: no lo violente más. Demasiado ya lo ha violentado a lo largo de estos años, porque el abuso de poder ha sido ostensible y porque lo que está ocurriendo con la campaña del miedo montada por el kirchnerismo -llamada de forma naif "compaña de información"- tiene que ver con toda la concepción autoritaria del poder: después de mí, el diluvio.
Cristina, señora presidente, deje en paz al país, simplemente váyase. Deje de provocarle el síntoma de la derrota anticipada a Daniel Scioli. ¿Cómo se lo digo de otra manera? El Frente de la Victoria es un desbande. El peronismo de Córdoba piensa que lo mejor que le puede pasar al peronismo es que pierda. Todo por obra suya. Está a punto, si persevera en esto de hostigar al país, al partido, a su candidato, está conduciendo al Frente para la Victoria a una de los fines de ciclo más vergonzosos de los últimos tiempos de la historia argentina.
¿Hay alguien que se lo puede decir? Si lo hubiera, ¿estaría en condiciones de escuchar? Esto se conecta con la realidad que ha explorado profesionalmente Nelson Castro. ¿Estará en condiciones de asumir que su verborragia incontenible se transforma en una manifestación patológica del poder?
El poder enferma, pero no sólo al que abusa sino que también enferma al contexto. La Presidente de la Nación se va a ir con una gran responsabilidad cultural. Han intoxicado a millones de jóvenes con utopías divisionistas y violentas del pasado. Les legaron un lenguaje rancio, fueron a la historia a sacar palabras ofensivas y divisorias para transplantarlas al presente, en un acto de irresponsabilidad enorme.
Esto también refleja desprecio por los que vengan, por los que no la votaron. ¿Será esa la venganza final de una presidente que no puede entender que la gente busca otra opción? Piénselo. Pero el mensaje sería: Cristina, deje en paz al país. Simplemente, váyase".

¿Periodismo?