Van der Kooy "Clarín): "El lanzamiento de la campaña presidencial no le habría servido a Macri para enmascarar problemas que afrontará. La oleada del cambio que pregona su discurso, de nuevo, no pudo verificarse. La había insinuado en las primarias en Santa Fe, con Miguel De Sel, pero se quedó en el umbral durante las generales. Soñó con una éxito de Rodríguez Larreta sin la necesidad de la segunda vuelta pero se estacionó a cinco puntos. Supuso un balotaje arrollador que tampoco consiguió consumar. La teoría del purismo macrista , enarbolada sobre todo por el ecuatoriano Jaime Durán Barba, estaría evidenciando síntomas de insuficiencia".
Pagni (La Nación): "Si aspira a contener detrás de sí a una mayoría no peronista, Macri deberá dar una respuesta a la expectativa que los cómputos porteños crearon entre sus aliados radicales. Ellos aspiran a que el líder de Pro y candidato más probable a competir contra Scioli les reconozca mayor peso dentro del frente. Colocan el rendimiento de Lousteau al lado del triunfo de Alfredo Cornejo en Mendoza, la victoria del partido en Corrientes, el papel que ocupa en el oficialismo de Santa Fe y el segundo lugar que conquistó en casi todas las elecciones que perdió. El argumento va más allá de la campaña electoral. Fue pensado para reclamar un espacio más amplio de poder en un eventual gobierno de coalición encabezado por el jefe porteño. A Macri le cuesta advertir que la asociación de la UCR con Pro no es un contrato de adhesión. Es una estrategia de reconstrucción partidaria".
Fraga (El Cronista): "Quienes reclamaban a Lousteau, que renunciara a competir o quienes plantean que la Constitución porteña debe reformarse para bajar el porcentaje para ganar en primera vuelta, deben ahora revisar su posición, ya que el candidato de Eco pudo haber ganado.
Pero el triunfo del PRO porteño, confirma algo que vienen anticipando las últimas elecciones presidenciales en América del Sur y las elecciones adelantadas que han tenido lugar en el país este año: quien está en el poder corre con ventaja para ganar y más si la oposición está dividida".
Laborda (La Nación): "Muchas de las propuestas presidenciales de Macri se han basado en trasladar al país buena parte de lo hecho en la ciudad. Semejante mensaje requería de un respaldo mucho más amplio como para transformarse en eje de la campaña presidencial.
Es probable que el equipo de asesores del candidato de Pro a la Casa Rosada tenga que replantear a partir de ahora su estrategia electoral. Porque lo cierto es que el anunciado tsunami de votos a favor del cambio que esperaban que convergieran hacia Macri aún no ha llegado, si se observan las encuestas nacionales, y se está haciendo esperar demasiado.
En el macrismo se apostaba a que la elección de Carlos Zannini como compañero de fórmula de Daniel Scioli iba a ir minando progresivamente el crecimiento del candidato presidencial del Frente para la Victoria".
Glanz (TN): "Mauricio Macri diseñó el cronograma electoral con la intención de construir con este balotaje un trampolín hacia la Casa Rosada. Pero el jefe de Gobierno estuvo muy cerca de caerse en medio del salto. El PRO logró retener la Jefatura de Gobierno pero falló su estrategia pensada para potenciar la campaña presidencial.
En las ediciones anteriores, el PRO se había alimentado del voto anti K en las segundas vueltas. Esta vez, el voto K, fuera de la competencia, casi expulsa al macrismo de la nueva sede de la Jefatura de Gobierno. Ayer Macri aprendió que también existe un fuerte voto anti-Pro".
Fioriti (Clarín): "El PRO pule un borrador que en las próximas horas llegará a manos de voceros y candidatos. Podría sorprender a más de uno: “Tenemos que abandonar el extremo. Vamos a transmitir que respetaremos las cosas que la gente valora de este Gobierno. Debemos ir por un camino del medio”, decía ayer uno de los asesores más cercanos a Macri.
¿Pero eso lo decía Massa? –preguntó Clarín– La fuente contestó: “Sí, pero Massa ya no está en el escenario. La cosa está polarizada entre nosotros y Scioli”. Las cifras macristas revelarían que hay cerca de un 20 % de la población que aún no decidió su voto y que no quiere un cambio profundo".
Mercado (Infobae): "¿Puede una fuerza política que no logra tener una boca de urna precisa en el territorio que domina hace ocho años, ganar una elección nacional, por naturaleza más compleja?
¿Puede una fuerza política ganar una elección nacional cuando no logró salir de su propio territorio, ya que fracasó en la provincia de Santa Fe, un distrito que daba por seguro, y en otros donde tenía chances ciertas en alianza con otras fuerzas, como el caso de Córdoba?
Pareciera que el electorado que no está conforme con el kirchnerismo está temeroso de dar un paso a favor de un cambio sin contenido, y quiere seguridades, alguna precisión, política tradicional que le garantice que el voto que ponga en la urna será contabilizado. Tal vez hay un formato comunicacional que está gastado. Argentina empieza a despertarse de 12 años de kirchnerismo y teme dar un salto al vacío".
Rabanal (Ámbito): "El voto radical fue clave en la elección de ayer. También el voto histórico de Elisa Carrió en el distrito que no se apartó y siguió firme en el balotaje. Tras dos décadas de malversación de propuestas en el distrito, era previsible la tentación a pensar que el voto UCR ya estaba más que disperso y sin dueño.
Buena parte de ese voto giró por estos años hacia boletas macristas. No es un descubrimiento que el PRO es una suerte de nube de meteoritos que recibió escombros de estallidos varios: el del radicalismo, el peronismo expulsado por la debacle del PJ en el distrito y luego los desaguisados del kirchnerismo y la UCeDé.
Cuando en este turno electoral apareció un candidato con algún poder de seducción, a pesar de haber sido hasta ministro de Cristina de Kirchner, el voto radical se acomodó en buena parte detrás de Lousteau. Cuando llegó la opción dura, como la de ayer, se encolumnaron en el candidato que tanto Ernesto Sanz, como Elisa Carrió indentificaron como propio.
En es sentido, la diferencia entre la estrategia local de confrontación entre PRO y ECO y la sociedad a nivel nacional con Cambiemos, claramente no le jugó a favor al macrismo local y confundió a electores. Ya hay alarmas sobre el impacto que ese efecto pueda tener también en las PASO nacionales".
Fernández Díaz (La Nación): "Muchos dirigentes que celebraban anoche en el búnker de Lousteau tragaban saliva en la intimidad: querían que Eco tuviera una buena elección, pero no esperaban que hiciera tambalear a la figura con mejor imagen del Frente Cambiemos. Intentaban anoche desdramatizar el asunto aduciendo que una cosa son los comicios en la ciudad de Buenos Aires y otra muy distinta es la presidencial. Pero el cuadro muestra que mientras el oficialismo tiene un macho alfa y una tropa disciplinada, la oposición debilita a sus guías y no logra todavía coordinar muy bien sus acciones".
Mayol (Infobae): ""No me cabe esa idea de que somos corruptos y mentirosos", "la primera prioridad de nuestro gobierno será terminar con la pobreza", "Aerolíneas Argentinas seguirá siendo estatal pero bien administrada" e "YPF seguirá manejada por el Estado". Fue parte del discurso del líder del PRO, que también abundó en definiciones sobre la prensa, la Justicia y la importancia de la Asignación Universal por Hijo, en lo que fue su primera intervención con definiciones concretas desde que se inauguró el cronograma electoral. Toda una novedad, impulsada en gran medida por la conclusión a la que arribaron tras los resultados de los últimos focus groups. Con slogans, cayeron en la cuenta, parece no alcanzar".
Sosa (El Cronista): "Con tono de campaña presidencial, Macri prometió preservar algunos ejes clave de la gestión de Cristina Kirchner, negando cualquier idea de reprivatizar Aerolíneas Argentinas e YPF, y asegurando que mantendrá firme la Asignación Universal por Hijo. Y buscó diferenciarse del Gobierno en los temas institucionales y en el accionar sobre la pobreza.
“Macri confunde cuando reorienta su discurso”, se quejó Scioli.
Los manuales de campañas electorales lo anticipan: a medida que se acercan las urnas, el discurso de los principales candidatos muchas veces empieza a parecerse. Simplemente, porque buscan los votos del centro".
Zunino (Noticias): "Pese al triunfo de Horacio Rodríguez Larreta, ajustadisimo por cierto, en el PRO se inició esta misma noche una caza de brujas para determinar responsabilidades en un resultado que se esperaba mucho más contundente.
Los principales dardos apuntan contra Gabriela Michetti, por haber exhibido grietas internas al postularse en las PASO. Con ella se culpa a los ministros Hernán Lombardi y Guillermo Montenegro, sus principales apoyos.
Los coletazos de esos enojos se verían en el armado del gabinete de Rodríguez Larreta, donde ganarían espacio los “peronistas” del macrismo, el vicejefe electo Diego Santilli y el titular de la Legislatura, Christian Ritondo".
Ibáñez (Ámbito): "Anoche, la galaxia más eufórica por el resultado porteño era el Frente Renovador de Sergio Massa que se topó, al fin, con una profecía propia: un mal resultado de Macri en Capital. Fue lo que ocurrió, pero el massismo le agregó un componente adicional y lo condimentó con una especulación. Para Massa, el "empate" entre Larreta y Lousteau refleja que no existe la polarización entre Scioli y Macri que deslizan las encuestas.
En el FR, se embalan con la tesis de que Macri solo suma tropiezos -como ya ocurrió con Miguel del Sel en Santa Fe donde punteaba y cayó, al final, con el socialismo- lo que confirma su vulnerabilidad y refuerza la tendencia de un Massa entrando en el duelo presidencial con Scioli.
El mapa mágico del massismo, que en los sondeos aparece muy lejos de Scioli y de Macri, es que el gobernador tiene "el techo electoral de los K que es un 35%"".
lunes, 20 de julio de 2015
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