Un reciente ensayo de la licenciada en Letras, María Semilla Durán, emprende el desafío de desentrañar lo que el actual embajador en Chile, Rafael Bielsa, definió como "un objeto político no identificado", y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, describió como "el sueño de la movilidad social ascendente y del Estado protegiendo a los que menos tienen", ante lo cual, el antropólogo Alejandro Grimson aclaró que no puede comprenderse "a partir del binomio derecha-izquierda, ya que es un movimiento que se ha caracterizado por la diversidad".
"La acumulación de transgresiones, la identificación de un pueblo en los gestos y las palabras compartidas, la épica de la resistencia, la tensión, el agonismo, el fuerte componente melodramático de su historia y de su mise-en-scène, la emergencia de líderes atípicos que suscitan la devoción y el sentimiento de pertenencia a un colectivo que trasciende los individuos, son otros tantos rasgos que hacen del peronismo, no solamente una identidad, sino también un relato novelesco que ofrece infinitas posibilidades a la literatura", detalla la especialista.
"Caracterizado por una maraña de significados heterogéneos y superpuesto, no puede someterse a líneas unidireccionales que los viajes simbólicos tradicionalmente buscan", considera Sferco a la hora de justificar inscribir al peronismo dentro del movimiento barroco. Es más: evoca una afirmación del artista plástico Daniel Santoro, para quien el peronismo sería la única expresión de un barroco latinoamericano que la Argentina haya sido capaz de producir.
"Leyendo El Campito, accedemos a un mundo devastado", analiza Semilla Durán. "Carlitos, que viaja acompañado por un hombre-gato que dispone de poderes sobrenaturales, narra a los niños y a los vecinos de Villa Celina la guerra de las masas peronistas contra el Esperpento, en la cual él ha participado; y esta historia nos es transmitida par uno de los niños que la escuchan. La deambulación de Carlitos revela un tercer territorio: el de los barrios-bustos. Se trata de una red de barrios cuyo emplazamiento exacto sólo es conocido por sus habitantes, deliberadamente inaccesibles a los extranjeros. Vemos en ese rasgo una representación de las heterogeneidades convergentes señaladas por Laclau en su teoría del populismo, así como de las múltiples corrientes internas del peronismo que, a pesar de sus tensiones internas, han sido capaz, a través de la historia, de reunirse en un reclamo común", relaciona.
"Zarlanga atravesará todas las peripecias de la euforia y la desesperación que la suerte del peronismo en la escena histórica nacional prodiga: la soledad, la clandestinidad, la persecución, el exilio, el retorno", asegura Semilla Durán en su artículo titulado Literatura y populismo en Argentina. Ritual y representación; del simulacro a la farsa, antes de sumergirse "donde la unidad puede al fin encarnarse": el cuerpo de una mujer.
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2 comentarios:
El peronismo es la placenta de un país al que nunca han dejado nacer: Una patria libre, justa y soberana.
Como no peronista, se me ocurre que Merkel no entiende por algo muy simple, el peronismo NO ES europeo ni de europeos trasplantados, es netamente argentino y tan genuino que desespera a esos otros argentinos que se creen, justamente europeos mal trasplantados y por éso son antiperonistas furiosos e irracionales, si Merkel y cía. salieran del corsé eurocentrista quizás entenderían algo y, al menos, mirarían al peronismo con más respeto.
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