No sólo el excelente resultado que logró la fórmula de los Fernández el 11 de agosto juega en contra de las aspiraciones de Schiaretti de no apoyar la unidad peronista, sino también los movimientos de las últimas semanas de actores de peso en la política cordobesa, que ponen en evidencia pública a El Gringo, inmovilizado en las últimos días por una decisión que retrasa hasta el asombro, escudándose detrás del viejo discurso del cordobesismo enfrentado al kirchnerismo de rechazo a una supuesta lealtad partidaria.
El delasotismo es el principal factor de poder que continúa ejerciendo presión hacia el interior de la coalición Hacemos por Córdoba (HPC), tanto en términos electorales como en lo que respecta a la gestión provincial, lo que profundiza el malestar en las filas del schiarettismo, al que le van quedando pocos argumentos para seguir con la estrategia de cerrarse sobre la boleta corta de diputados nacionales, que si bien lograría la renovación de las dos bancas que pone en juego, representa una merma sensible de votos con respecto a los logrados por Schiaretti en mayo cuando fue reelecto como gobernador.
La reunión del viernes pasado en Tigre (Buenos Aires) entre Fernández y la legisladora electa de HPC, Natalia de la Sota, cayó como un balde de agua fría en el schiarettismo, más allá de que la hija del ex gobernador fallecido viene trabajando con el kirchnerismo desde hace tiempo, especialmente a través de la dirigente de La Cámpora y diputada nacional, Gabriela Estévez. Simbólicamente, Natalia concentra el legado de su padre y es expresión de una parte del justicialismo cordobés descontento con el apoyo incondicional de Schiaretti a las medidas de ajuste del presidente Mauricio Macri y el Fondo Monetario Internacional.
El encuentro entre Fernández y la actual concejala alarga una serie de gestos de los referentes locales del PJ hacia la figura del ex jefe de Gabinete de la Nación: el presidente del justicialismo provincial, el senador Carlos Caserio, fue el primer dirigente de peso en respaldar públicamente a Fernández, y es el principal armador territorial del Frente de Todos, y suena como posible integrante de un eventual gabinete fernandista.Gracias @alferdez por la invitación. Coincidimos en que hay que seguir tendiendo puentes para construir un país unido y en paz. Le pedí especialmente por nuestra provincia y por los cordobeses. Córdoba será fundamental en la Argentina que viene. Me llevo su palabra y compromiso. pic.twitter.com/ryMFffkicS— Natalia de la Sota (@NataliaDLSok) August 24, 2019
De hecho, el miércoles de la semana pasada, el aspirante a la Casa Rosada por la oposición volvió a dialogar personalmente con Caserio, con el objetivo de coordinar la continuidad de la estrategia de campaña para este distrito: seguir sumando más intendentes peronistas al centenar que ya apoya la fórmula FF (a pesar de la orden de Schiaretti de no hacerlo), y otros líderes del espacio, como el apoderado del partido, Domingo Carbonetti.
Pero Schiaretti se resiste, casi en soledad, a tal punto que se presta a sobreactuaciones frente al gobierno declinante de Macri: si bien Córdoba adhirió a través de la firma del ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, al documento que planteó reparos hacia la quita del IVA a algunos productos de la canasta básica, y la suba del piso de Ganancias, la provincia no acompañará las presentaciones judiciales que realizarán hoy otros gobernadores ante la Corte Suprema de Justicia y en el Senado con un proyecto de ley impulsado por Caserio.
Se espera que en las próximas semanas Alberto Fernández visite la provincia nuevamente y que se encuentre con Schiaretti para continuar presencialmente el diálogo telefónico que el candidato del Frente de Todos aseguró tuvieron luego de su aplastante victoria en las PASO. Ahora, la meta del peronismo unido en Córdoba es llegar al 40% y reducir aún más la distancia con Macri (fue de 18 puntos).
Si no se decide, Schiaretti se llevaría una sorpresa doble: ya hay intendentes radicales que manejan la posibilidad de proponerles a sus vecinos el corte de boleta en favor de los Fernández. Es que, aunque ganó en Córdoba el 11 de agosto, la figura de Macri no para de tirarles sus números para abajo.
Anatomía del cordobesismo
1 comentarios:
El gobernador, en esa ingenua omnipotencia localista, a corto plazo será un zombi político sin retorno, no sólo es antikirchnerista, es cómplice en los negociados de presidente desde el menemismo, esos dogmas neoliberales en su formación como contador de la ortodoxia, lo discapacita en su cintura política.
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