Carlos Aragonés deberá declarar mañana en una nueva audiencia del juicio de la causa denominada Subzona 14 II, en la que se investigan delitos de lesa humanidad. El ex sindicalista fue acusado directamente en tribunales por testigos y víctimas de la dictadura como delator de los militares, antes y después del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
Viejo militante del PJ pampeano, llegó a recibir el mote de "El Padrino", por haber respaldado la candidatura de Rubén Marín, que luego sería electo gobernador en 1983, en el regreso de la democracia. Antes, Aragonés había sido interventor del PJ durante toda la dictadura (1975-1985).
En las últimas elecciones, Aragonés respaldó la lista de Cambiemos, encabezada por el macrista Martín Maquieyra, que ganó las Paso en agosto pero perdió las generales de octubre ante el PJ por apenas 76 votos -según determinó el recuento definitivo-.
La historia política de Carlos Aragonés en La Pampa se remonta a los años 70. Como diputado nacional sobresalió por sus prácticas macartistas contra los estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional, donde cursaba ingeniería Raquel Barabaschi, una ex detenida que lo define como un "personaje nefasto que en la UTN nos denunció como zurdos, trapos rojos y pertenecientes a la Cuarta Internacional".
"Cuando él era diputado nacional en el 73, nos denunció en la UTN como zurdos, marxistas y subversivos. La historia es así: había venido a hacerse cargo de la Facultad el decano Carlos Agaya y el secretario académico Agustín Lamas, gente muy progre, muy trabajadora. Querían construir. Entre el alumnado había estudiantes radicales, peronistas, socialistas, de izquierda, pero trabajábamos todos juntos, la mayoría. Aragonés era de las 62 Organizaciones y pretendía cooptar todo este movimiento nuestro. Como no le dimos pelota él nos combatió desde afuera y propició una intervención desde Bahía Blanca porque la Facultad dependía de allá. Vino con una patota y nos desalojaron el 21 de enero de 1975. Terminamos presos en Santa Rosa", recordó Barabaschi, uno de los 12 testigos que declaró en contra de Aragonés en el juicio.
El testimonio más revelador sobre la conducta del amigo del coronel Ramón Camps -según fotos y testimonios de la época- lo dio su propio guardiacárcel, Oscar José Aimar. En el pedido de declaración indagatoria para Aragonés que formuló Barabaschi en la causa 246/06 donde lo denunció, se señala que aquel mencionó: "Los comentarios eran que se tenían que cuidar de Aragonés" y que "no sacaba la cabeza por las ventanillas de las celdas. Ni al recreo salía".
Los testigos José Carlos Brinatti, Rosalinda Noemí Gancedo, Hugo Avelino Ferrari, José Martiniano Mendizábal, Francisco José Tineo, Patricio Becares, Mauricio Martín y Santiago Covella, el ex ministro de Obras Públicas pampeano que fue torturado por la patota de la Subzona 14, agregaron más detalles sobre el papel que jugó Aragonés.
Gancedo fue detenida ilegalmente en General Pico en dos oportunidades, y en una de esas ocasiones fue torturada en la Seccional Primera de Santa Rosa, donde funcionaba un centro clandestino de detención.
En su testimonio, recordó que fue detenida por cuestiones políticas y que la Universidad Tecnológica Nacional realizaba "un trabajo social profundo" lo que generaba "rispideces con la CGT, principalmente con Aragonés", quien en ese momento pidió la intervención de la UTN.
Dijo que en enero de 1975 caminaba por la calle y fue interceptada por dos patrulleros. "En uno de ellos, estaba Aragonés y dijo: "Es alumna de la facultad. Deténganla"", recordó. "Nosotros quedamos marcados por Aragonés, fue uno de los civiles que nos marcó", agregó.
La causa de la Subzona 14 II investiga delitos de lesa humanidad contra 236 víctimas. 18 ex militares y policías están siendo juzgados por esos hechos.
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