El policía Oscar Hugo Síntora, ex miembro de la División Inteligencia Criminal de la Policía de Córdoba, fue el único condenado en 2005, sin que la Justicia cordobesa pudiera avanzar en la autoría intelectual del asesinato, de la cual fue acusado el gobernador de ese entonces, Eduardo Angeloz y un colaborador muy cercano, Luis Medina Allende.
De hecho, el tribunal, constituido por tres jueces y dos jurados populares, declaró a Síntora “coautor responsable del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y por precio o promesa remuneratoria” y resolvió imponerle la pena de reclusión perpetua.
En el marco de esta escandalosa causa -que aún hoy en 2016 sigue sin haber condenado a los autores intelectuales- el actual jefe de diputados de Cambiemos, Mario Negri, en ese entonces vicegobernador de Angeloz, tuvo que declarar ante el Tribunal.
Negri tuvo que ocuparse de desmentir haber dicho en su momento que el crimen se trataba de un problema “de polleras”, como lo habían afirmado algunos testigos de la causa, y de negar cualquier vínculo con Medina Allende. La querella había pedido su imputación.
Según Juan, el hermano de Maders, cuatro días antes de ser asesinado, Regino estaba triste. Le confesó que sus amigos (Mario Negri entre ellos) lo habían abandonado.
"La documentación que le voy a presentar a Alfonsín tiene pruebas sobre los negociados con la Empresa Provincial de Energía de Córdoba, el narcotráfico y la venta de bebés -le confesó Regino Maders a Juan dos días antes de ser cosido a balazos. El ingeniero había descubierto las actividades que se desarrollaban durante la noche en la sede de la EPEC. Automóviles gemelos transportaban drogas e iban a distintos lugares de la provincia y a otros estados vecinos, como Santa Fe y Entre Ríos", escribió el periodista santafecino Carlos Del Frade en su libro Ciudad blanca, crónica negra.
Con el correr de los años se encontraron automóviles Ford Falcon con números de motores adulterados y patentes gemelas en los propios depósitos de la EPEC. Uno de ellos fue utilizado para cometer el crimen. Para los integrantes de la familia Maders, "los autores intelectuales estarían entre los que se encargaron de desviar la investigación desde un primer momento, de forma sistemática y persistente. En mayor o menor grado cada uno tuvo responsabilidad en el crimen. Valiéndose de la mano de obra desocupada continuaron entorpeciendo y desviando la investigación de la causa", sostienen.
En tanto la fiscal federal Graciela López de Filoñuk inició una investigación de oficio sobre las declaraciones del ex diputado provincial radical, Luis Medina Allende, ex mano derecha de Angeloz, para el libro "Matar la inocencia", de la periodista cordobesa Graciela Ramos.
Allí acusó al hijo de Angeloz, también llamado Eduardo, al que califica como "el príncipe", de ser "jefe de una zona" de distribución de droga. Sostuvo, además, que era la cabeza visible de un cartel que desde Córdoba distribuye la mercadería, fundamentalmente, a las provincias de Santa Fe y Entre Ríos.
Medina Allende señaló a 'Eduardo Angeloz hijo' como 'jefe de distribución de la droga en la zona de Nueva Córdoba' y al ex titular del ejecutivo como el garante el negocio. También sostuvo que la droga ingresaba 'desde Paraná por medio de autos oficiales'.
'En la entrevista que tuve con algunos comisarios de policía y que motivó mi primer desafuero, yo les hablé para impedir que detuvieran a Eduardo Angeloz hijo y a María Marta (también hija del entonces gobernador). Si usted lee el expediente va a ver lo que ellos cuentan', contó Medina Allende en un fragmento del libro "Matar la inocencia".
Más adelante señaló que 'sabía cuál era una de las rutas de ingreso y distribución de la cocaína acá . Si alguien siguiera atentamente la actividad de los hijos de la diputada Thelma Angeloz de Ninci (hermana del ex gobernador), terminaría en un escándalo fenomenal. Estos chicos han violado las normas de los narcotraficantes, son usuarios. El traficante no puede ser usuario. Estos chicos son adictos y además vendedores...'.
Para la abogada querellante María Elba Martínez, en el crimen de Regino Maders está "involucrado el poder político y el poder económico y eso molesta, molesta en todos los niveles de estructura. No hubo un llamamiento a estructuras extrañas, fueron puestas, porque esto fue puesto desde el orden nacional, incluso, con Menem, Cesar Arias, personas que sobrevolaron nefastamente este expediente".
El asesinato del ingeniero es parte de los delitos que "tienen la característica de insertar determinadas mafias dentro de las estructuras partidarias oficiales en el momento, ocurrió en el orden nacional, con el gobierno de Menem y ocurrió en el orden provincial con los gobiernos de Angeloz y también en el de De la Sota".
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