Educado en el elitista colegio católico San
Martín de Tours, de Barrio Parque, Paz Bullrich se convirtió en musulmán, vivió y
estudió durante varios años en Irán, y hoy es director de una de las tres
mezquitas de Buenos Aires.
De la mezquita At Tauhid es secretario general Alejandro "Yusuf"
Khalil, uno de los acusados por el fiscal Alberto Nisman de ser parte de una
"diplomacia paralela" para buscar, supuestamente, la impunidad de los funcionarios
iraníes procesados por el atentado a la
AMIA. Khalil es hermano de Alberto, abogado y ex funcionario del gobierno porteño, además de síndico de una empresa del diputado macrista, Oscar Moscariello, colaborador cercano de Mauricio Macri y vicepresidente de Boca Juniors.
Paz Bullrich, por su parte, es sindicado como un
hombre de confianza de Moshen Rabbani, ex agregado cultural de la
embajada de Irán en Buenos Aires y acusado de ser el "cerebro" detrás del ataque de 1994.
El primo de la legisladora del PRO ha
enarbolado varias veces sus posiciones pro iraníes en el marco de la discusión
de la causa del atentado contra la mutual judía. “El islam me permitió
conocerme a mí mismo y poner en práctica un modo de vida más armónico con
Dios”, declaró
en 2003 al diario La Nación.
Abdul Karim se interesó por la fe musulmana
cuando tenía 18 años, mientras sus amigos eran militantes políticos y algunos
se animaban a tomar las armas. “Mis primeros conocimientos me los dio el profesor
Machado Mouret que dictaba Pensamiento y Literatura Árabe en la Facultad de Filosofía de la UBA. Después vine
aquí a Qom (Irán) y estuve 6 años. Regresé como hojatol-islam, que es un cargo
religioso, a trabajar en la mezquita de Flores”, le contó
a Clarín en 2006.
En Flores, conoció a Roxana Assad, hija de
libaneses, que enseguida se convirtió en Masuma Assad, y con quien tuvo tres
hijas, Fátima de 14, Miriam de 12 y Nur de 3 y medio. Masuma es una socióloga
recibida en la UBA
que estudió Teología en la universidad de las mujeres de Qom, Jami'at Al-Zahra.
Actualmente, Paz Bullrich se encuentra en
Irán, y desde ese país, en enero, dialogó
con Radio del Plata y aseveró que cuando Nisman hizo pública su denuncia
contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “en mi fuero íntimo pensé:
ojalá que el Gobierno lo proteja. Pensé que podía llegar a estar en peligro”.
Luego de afirmar que se sintió sorprendido
y shockeado por la noticia de la muerte del fiscal, manifestó que “nos
sorprendió el giro de los acontecimientos. Lo vi (a Nisman) muy convencido de
falsedades terribles. No era una persona que daba cuenta que se iba a suicidar,
lo que todavía no está claro”.
“Nisman se hacía eco de fuentes de
inteligencia vinculadas a los Estados Unidos e Israel, que en el plano
internacional son enemigos declarados de la Revolución Islámica”,
criticó el sheij, y defendió a Irán de las acusaciones: “No tuvimos nada que ver con la
brutalidad de lo que pasó en la
AMIA. Somos absolutamente inocentes, y queremos que vayan
presos los que fueron partícipes del atentado”.
En 2001, dos
desconocidos en una moto arrojaron una bomba contra la mezquita que dirige Paz
Bullrich. Hubo destrozos y el policía de custodia tuvo heridas menores. “No me
extrañaría que los agentes del terror que actuaron contra la AMIA estén detrás de este
atentado”, declaró en esa oportunidad, y pidió que la investigación por el
atentado a la AMIA
se focalizara en Estados Unidos e Israel, “aunque duela, aunque sean grandotes
y poderosos”.
Paz Bullrich también es cercano del
dirigente social Luis D’Elía y del líder de la agrupación Quebracho, Fernando
Esteche, ambos también acusados por la denuncia del fiscal Nisman, ahora
elevada al juez de la causa, Daniel Rafecas, por el nuevo fiscal a cargo de la
investigación, Gerardo Pollicita.
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