Clarín, el domingo; columna de Eduardo van der Kooy, principal columnista dominical: "Habría testimonio de al menos dos vecinos del edificio Le Parc que recuerdan haber escuchado muchas voces y desorden, en aquel lapso, en las escaleras que comunican la planta baja con el piso 13 donde habitaba el fiscal.
Una vez que custodios, prefectos, médicos, Sergio Berni, el secretario de Seguridad, y Sara Garfunkel, la madre del fiscal, comprobaron lo que había ocurrido en el departamento las autoridades buscaron un testigo público ocasional. Así lo estipula la ley en cualquier procedimiento. El destino tocó a una empleada gastronómica de la zona que fue conducida hasta el departamento. Allí permaneció no más de un minuto. Pero el acta fue firmada casi dos días después. En ese momento recibió también la constancia para justificar la ausencia a su trabajo, con la firma del subprefecto Sergio Esquivel. No se trata de un procedimiento habitual. La trabajadora habría firmado aquel acta casi sin leerla, atemorizada por el momento".
La Nación, el domingo; columna de Joaquín Morales Solá, principal columnista dominical: "Ningún interlocutor serio, sea juez o fiscal, suscribe la hipótesis del suicidio simple. Nisman fue asesinado, dicen, sea cual fuere el método al que recurrieron los asesinos. Los médicos forenses que practicaron la autopsia a Nisman abonan la teoría de que no fue un suicidio. En el 70 por ciento de los casos, los suicidas con armas de fuego se disparan en la sien; casi el 30 por ciento restante lo hace en la boca. Una pequeña minoría se dispara en el corazón. Siempre, en el 100 por ciento de los casos, el arma se dispara apoyada sobre la piel del suicida. Nisman tenía el disparo a dos o tres centímetro de la oreja, no en la sien, y el tiro se había hecho también a dos o tres centímetros de la piel. Es lo que dicen los forenses. ¿Es cierto que vecinos de Nisman escucharon muchos ruidos y pasos en el departamento de Nisman y en la escalera de servicio el mediodía del domingo, no en la noche cuando dicen haberlo encontrado? ¿Es cierto que la Prefectura llevó a una testigo circunstancial que vio cosas extrañas en el departamento, que no suscribió un acta, como manda el protocolo, y que sólo dos días después le dieron un certificado de testimonio?
Esta certeza de la Justicia está acompañada por otra convicción: Nisman murió por la denuncia que hizo contra la Presidenta, contra su canciller y, por aproximación, contra Irán. Diplomáticos de países occidentales aseguran, a su vez, que sus servicios de inteligencia se acercan cada vez más a la teoría de que el fiscal fue muerto por sicarios iraníes con complicidades locales. Fue la primera teoría (y única, hasta ahora) del gobierno de Israel. Hubo después, para peor, otros casos de sospechosos seguimientos contra fiscales que precisamente tuvieron protagonismo en el caso de la muerte de Nisman. Las custodias de varios jueces federales están ahora bajo alerta roja, la máxima precaución para asegurar la vida de los magistrados".
"Tal vez no esté lejano el día en que la propia muerte de Nisman pase de la justicia ordinaria, donde está ahora, a la justicia federal. Para algunos funcionarios judiciales ya es un caso federal.
Muerte dudosa de un fiscal federal.
¿Qué más se necesita para que sea un caso federal?"
Joaquín Morales Solá, La Nación, 15 de febrero de 2015
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