A pesar de los avances en términos de investigaciones
académicas y publicaciones; de la justicia argentina en el juzgamiento de los
crímenes de lesa humanidad cometidos en ese
período (y con
anterioridad); de la
legitimidad del discurso
del movimiento de derechos humanos en la construcción de la demanda por
memoria verdad y justicia; de las normativas nacionales y provinciales
referidas a la conmemoración del 24 de marzo, y la presencia de los Sitios de
Memoria a nivel nacional; asistimos
todavía con regularidad a la presencia de un sentido común instalado en amplios
sectores sociales, que reflexiona y piensa el período en clave de
enfrentamiento entre dos bandos de distinto signo ideológico, pero equiparables
en accionar y responsabilidades; así como en la ajenidad de un todo social
víctima de las esquirlas provocada por dicho enfrentamiento.
Desmontar los supuestos de la teoría de los dos demonios
abre campos de investigación, producción y debate aún no agotados sobre los
objetivos a mediano y largo plazo que persiguió la dictadura cívico militar.
Poner el acento en una multiplicidad de actores, no sólo militares, y una
multiplicidad de objetivos, no sólo los represivos, permite trabajar con los
jóvenes en el Espacio para la Memoria
otras miradas que complementen el foco puesto en la acción represiva como fin
en sí mismo, y abrir las indagaciones a las consecuencias sociales, palpables
hasta en la actualidad, de las políticas de disciplinamiento social y cultural,
de las políticas económicas implementadas, de la política del miedo, la
reconfiguración (violenta) de prácticas y formas de construcción de lazos
sociales, y las complicidades y compromisos de distintos sectores sociales y
políticos.
Esta perspectiva nos invita a profundizar la mirada más allá
de la represión sistemática y genocida, e intentar comprender esa represión en
el marco de un proyecto más ambicioso de redefinición del todo social, a partir
no sólo de la desaparición de personas, sino también de las prácticas políticas
y sociales que esas personas encarnaban, o como lo indicaba el modo en que se
autodenominaba el Golpe, "la reorganización nacional".
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1 comentarios:
Urge eliminar de esos homenajes a los muertos antes del golpe militar, cuando la lucha de las orgas era en contra de la democracia.
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