Además, dentro del oficialismo aseguran que Boudou, en caso de quedarse solo, podría declarar en la causa algunas cosas que complicarían a personas muy encumbradas del gobierno nacional e, incluso, echarían sombras sobre la figura del fallecido ex presidente Néstor Kirchner.
Dentro del Gobierno, por otra parte, surgió un dato que no es menor. Consideran al fiscal Di Lello y al juez federal Ariel Lijo como "confiables, equilibrados y prolijos"".
Wiñazki (Clarín): "El delito por el que Boudou podría ser condenado si es que Lijo acepta indagarlo es el de negociaciones incompatibles con la función pública: tiene una pena de prisión de dos a seis años. A lo que se le suma una inhabilitación absoluta para ser funcionario por un lapso que va desde los tres a los diez años".
González (El Cronista): "Cristina siempre ha defendido a su vice. Pero la Presidenta ya tiene sus propios problemas. El dólar en alza y el peso en decadencia. La inflación por las nubes y las paritarias ardiendo. Los candidatos propios sin chances y los candidatos ajenos que no le gustan. Los reclamos para arriba y las encuestas para abajo.
Es posible que Amado Boudou encuentre explicaciones para dar y una estrategia que seguir en estas horas amargas. Lo que es seguro es que no va a encontrar aliados políticos para acompañarlo hasta las escaleras ingratas de los Tribunales. Tendrá que ir sólo a enfrentar su destino. Sin la guitarra y sin la sonrisa".
Kirschbaum (Clarín): "Para medir la parábola del actual vicepresidente hay que recordar que apareció sorpresivamente en el ticket presidencial, por decisión de Cristina, y que se pavoneaba de su fluida relación con ella, alardes que le habrían provocado serios sofocones con Máximo Kirchner.
Para ponderar el tamaño del porrazo político que se pegó Boudou basta con medir la distancia existente entre sentirse el sucesor en 2015 a saber que inexorablemente deberá rendir cuentas ante el juez.
El planteo del fiscal, entonces, no hace más que subrayar que el tiempo por venir será un calvario para el vicepresidente y para quienes lo secundaron en el escándalo".
Ventura (La Nación): "En la causa hay numerosas pruebas que complican al vice y, en principio, nadie está dispuesto, por ahora, a darle una fuerte protección política. Habrá que ver qué hace la Presidenta, si cree que la indagatoria de Boudou le toca de cerca. Pero todo indica que Lijo inexorablemente está dispuesto a indagarlo.
Otro tema, bien distinto, es el momento de la indagatoria. Según pudo averiguar este cronista, eso podría ocurrir no antes del segundo semestre".
Blanck (Clarín): "La decisión del actual juez de la causa, Ariel Lijo, y del fiscal Jorge Di Lello, de no someter sus carreras al fuego sacrificial para defender a Boudou. Actuaron sin incomodar públicamente al Gobierno, pero fueron engrosando un expediente que ya tenía contundencia inapelable antes de que ellos tomaran el caso. Los pasos que dieron Lijo y Di Lello tuvieron el respaldo de una amplia franja de jueces y fiscales, y de las figuras más significativas del peronismo vinculadas al Poder Judicial".
Iñurrieta (El Cronista): "A pesar de que el habitual hermetismo oficial frente a las malas noticias suele extenderse como mínimo 24 horas, hubo defensas aisladas. " Será absuelto", pronosticó el ex piquetero Luis D'Elía en Twitter. Más tarde, se sumó el ministro de Defensa, Agustín Rossi. "Creemos que sobre el vicepresidente hubo una campaña y un ataque mediático como yo no recuerdo", acusó en Radio Cooperativa. El santafecino agregó que ante el llamado de la Justicia a cualquier miembro del Ejecutivo: "Estamos todos a disposición".
Sin confirmar siquiera un llamado entre Cristina Kirchner y Boudou, tanto en el Senado como en la Rosada admitían que hubo contactos de un lado al otro con promesas de respaldo público. Además de la defensa política, que precisa ser coordinada, la estrategia jurídica también contará con la aprobación final presidencial. La presentación de un escrito, en lugar de presentarse a declarar cara a cara ante el juez Lijo, tomaba fuerza ayer. "Es muy fuerte la foto de un Vicepresidente en Tribunales", sostenían los defensores de esa opción".
Valdez (Infobae): "La bancada que lidera Gerardo Morales preferiría que Rojkes de Alperovich siguiera en ese cargo o avalar a Pichetto con quien se llevan muy bien. También Zamora genera resistencias entre el resto de los legisladores de la oposición, incluyendo al centro-izquierda, el PJ disidente y el PRO.
Aparentemente el escenario resulta favorable a las aspiraciones de Pichetto, quien incluso podría lograr los votos de muchos senadores opositores pero en la Casa Rosada no es visto con bueno ojos. Pese a que el martes estuvo en primera fila aplaudiendo el discurso de la jefa de Estado, los kirchneristas recelan del rionegrino porque en los últimos tiempos ha mostrado ciertos signos de independencia de criterio y no disimula su entusiasmo por la candidatura presidencial de Daniel Scioli. Luego de los comicios legislativos del año pasado hasta aparecieron afiches en Viedma con la fórmula Scioli-Pichetto.
El kirchnerista Marcelo Fuentes podría ser una salida consensuada. Una pelea para alquilar balcones".
Sanz (Infobae): "El que todavía no apareció en la grilla de candidatos pero que nadie lo descartó por su relación con la Presidente de la Nación, es el senador santacruceño Pablo González, que levantó su perfil en las últimas horas para posicionarse como posible candidato a intendente de Río Gallegos en 2015. González ya ocupó lugares de importancia en el terruño K y responde en forma directa a Cristina Kirchner. Pichetto les dio libertad de acción a sus dirigidos".
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