martes, 7 de agosto de 2018

Hilo: ¿Qué significa la primera parte del slogan "Salvemos las dos vidas"?

Para comprender mejor a quienes defienden con uñas y dientes la continuidad de los abortos clandestinos, es necesario prestar más atención a la primera parte de su slogan y no a la última.
No son las vidas lo que les importa, sino la acción salvífica. En su abrumadora mayoría, se trata de cristianos, cuya concepción central del amor como agapé (amor caritativo) encuentra su mayor posibilidad de realización en la víctima desvalida.
Alguien débil, alguien sufriente es para el cristianismo la presa fácil sobre la que siempre se ha arrojado la acción salvadora. Las vidas importan si y sólo si son "salvables", esto es, si y sólo si están en posición de menesterosidad.
Como muchos han atinadamente observado, estas personas que dicen estar "a favor de la vida" son las mismas que no vacilan en desatender o en atacar a quienes no se presentan débiles y sufrientes.
La "salvación" de la que hablan no es nunca simplemente biológica (la continuación de la vida), se trata siempre de una salvación moral.
De ahí que la "pobre víctima" no sea simplemente el embrión, sino sobre todo la madre que sufre ("parirás a tus hijos con dolor"). En el caso del embrión, por ahora, solamente puede ser víctima; en cambio, la madre es también siempre un poco culpable: parirás a tus hijos con dolor
Es su sumisión, es decir, la negación de su placer sexual, de su corporalidad por fuera de la función reproductora y también la negación de su autonomía ética y política, lo que le permite ser "salvada", ser protegida y recibir el cuidado de la comunidad cristiana.
Por eso se juega tan claramente el carácter ambivalente de la madre entre "santa" y "puta" (entre la Virgen María y la María Magdalena), entre la realización del "amor más puro" y la culpa de la que tiene que sufrir por "abrir las piernas".
Es ese mixto de amor compasivo y de sadismo que castiga a la culpable el que no quieren abandonar los cristianos. Y ese mixto es posible porque el amor compasivo es ya una forma del sadismo: el goce en el sufrimiento del otro, que es condición para que el salvador proteja.
El enorme triunfo del cristianismo se basa en la innegable realidad del dolor humano, en la irrecusable condición de menesterosidad y dependencia que no me interesa negar.
Sí es indispensable afirmar que la única respuesta a esa condición no es la salvación. Las vidas no necesitan ser salvadas.
Necesitan poder tejer formas de cuidado mutuo, lazos afectivos y comunitarios en los que sostener nuevos modos de existencia que no lleven a un desamparo tal que haga necesaria una salvación.
Lo que irrita absolutamente al cristianismo -y provoca su reacción violenta- es que esos tejidos se están constituyendo a pasos agigantados.
Es la fortaleza y la alegría que caracteriza a estos lugares de autonomía, de placer, de politicidad, lo que irrita a una posición existencial que no sabe más que extraer sus ventajas de la tristeza, el resentimiento y la debilidad.
Filósofo. Profesor (UBA)
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2 comentarios:

ram dijo...

Yo creo que acá hay un malentendido malintencionado, es sabido que las bellas almas del pañuelito celeste quieren salvar una vida, claro, la del embrión, feto o futuro DNI según cierto ex ministro..... y está muy bien como escusa; ahora, ¿cuál será la otra vida?, la mujer?, no creo, si casi no es más que un animalito doméstico, pa'mí que la otra "vida" a salvar y preservar es la del negocio del aborto clandestino, medre de tanta fortuna y de todas las hipocrecías, en serio, con una manito en el cuore, ¿sin hipocresía, se puede ser "decente" e "intachable"?, vamos...

Unknown dijo...

Siempre pense lo mismo sobre los catolicos "solidarios" pero nunca lo pude poner en palabras tan claras como lo hace el filósofo Diego Singer

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