Así lo revela el economista Mariano Otálora en su libro "Los próceres y el dinero", en el que describe la forma espuria en que algunas de las máximas personalidades de la historia amasaron sus fortunas, como Bernardino Rivadavia, Julio Argentino Roca y Bartolomé Mitre, fundador de La Nación.
Mitre es de los que más se beneficiaron del Estado a lo largo de la historia argentina. "Luego de retirarse como presidente, los principales proveedores del Ejército en agradecimiento por su labor en la Guerra del Paraguay le regalaron una casa y le dieron el dinero para la fundación de La Nación, su propio diario", escribe Otálora.
Y agrega: "Cuando en 1870 funda el diario con imprenta y que funcionaría en un principio como una sociedad anónima, Mitre sostuvo que el dinero para sus acciones lo obtuvo del remate de sus muebles de lujo y de parte de sus libros, cuadros y curiosidades. Decía que en una semana había logrado juntar el exorbitante capital de entre 800.000 y 1.000.000 de pesos, también con el apoyo de diez amigos. Esos amigos casualmente eran muchos de los proveedores de la Guerra del Paraguay -Lezica, Galván, Lezama y Lanús-. Inexplicablemente en apenas pocos años Mitre pudo comprar la totalidad de las acciones a sus socios. Eso no es todo.
Estos mismos amigos que se beneficiaron de la Guerra, dos años antes le habían hecho una "vaquita" y, cuando terminó su presidencia, en agradecimiento, le regalaron la casa de la calle San Martín 144 - 146 (actualmente 336), que hasta el momento, Bartolomé alquilaba. Más que amistad, muchos vieron en estos gestos una simple -y millonaria- devolución de favores".
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