Clase Ejecutiva, 26 de marzo de 2015
"-¿Le gusta la Argentina versión 2015?
-Si veo el proceso de la democracia argentina hasta acá, no soy totalmente pesimista. A diferencia de otros países de Latinoamérica, tenemos un sistema democrático increíble, donde todos nos sentimos parte. En el ‘83, Alfonsín representó un paradigma de la democracia, un sistema que hoy ya nadie discute. Con (Carlos) Menem –siempre estuve y estoy en contra del proceso menemista– aguantamos a (Julio) Nazareno en la Corte Suprema y muchos empresarios y clase media lo bancaban en nombre del proceso neoliberal. Y ahora cierta izquierda progresista se banca cierta corrupción. Entonces, muchas veces, el problema es la truchada y no la ideología. En la Argentina, a veces el problema no es ser neoliberal o de izquierda, sino ser trucho, porque fuimos truchos por derecha y por izquierda. Somos poco serios. Volviendo al menemismo, así como soy crítico, reconozco que implementó la idea de modernidad y hubo cierta inserción en el mundo que nadie discute tampoco: hasta los más izquierdosos tienen un celular que inventó el capitalismo. Después vino un proceso, con los Kirchner, de darnos cuenta que somos de Latinoamérica. O sea, hubo un paradigma de democracia, un paradigma de modernidad y un paradigma de igualdad social. ¿Cuál es el próximo paradigma? Yo creo que es el conocimiento. Si lo miro así, hemos evolucionado. Porque el conocimiento no se hubiera dado en una sociedad sin democracia, sin modernidad y sin discusión por la igualdad. Más allá de todas las falencias, creo que hemos avanzado. Y por eso soy optimista. Que surjan los líderes que tengan que surgir es un proceso largo".
Manes, a comienzos de los años 2000
Su papel en el juicio por insania contra la artista Natalia Kohen.
"Dice Kohen que con sus hijas siempre se había llevado bien, aunque “nunca estuvimos pegoteadas, cada una tenía su vida”. El punto de fricción se dio en 2005, cuando ella quiso aportar dinero a un proyecto dirigido por Clorindo Testa destinado a crear un centro cultural en el Paseo de la Infanta. Sus hijas manifestaron su desacuerdo.
–Mi hija mayor decía que otra gente me quería estafar y que yo no iba a tener ese dinero. Y entonces me enteré de que toda la fortuna estaba a nombre de ella, algo de que yo no sabía. Después de eso me empezaron a decir que me encontraban cambiada y querían que viera a algunos médicos. Primero fue un psiquiatra, que me encontró bien. No conformes, buscaron un neurólogo.
Al mismo tiempo, Natalia había decidido consultar a una abogada para discutir su situación.
–Esa abogada me dijo que si no tomaba una determinación rápida mis hijas me iban a encerrar. Yo me reí y dije “mis hijas jamás me van a hacer eso”.
Días más tarde, esperaba a una amiga para salir a pasear cuando se abrió la puerta.
–Entró Claudia, mi hija menor, con su llave, junto con su marido y seis enfermeros vestidos de blanco con una caja de inyectables y una silla de ruedas. Yo creí que me moría. Fue algo muy brutal. Mi hija estaba delante de mí, yo pidiéndole auxilio y ella sólo me miraba. Y mi yerno me gritaba “usted tiene que ir porque está muy enferma”. Los enfermeros se habrán dado cuenta de que no era una loca furiosa porque les pedí que me dejaran un ratito, que estaba muy nerviosa, y accedieron. Después me llevaron en una ambulancia a Ineba.
–Facundo Manes me endilgó una enfermedad que se llama enfermedad de Pick. Pero yo estaba sana. Me hizo internar en un neuropsiquiátrico y en sus declaraciones dijo que me hizo los estudios en Fleni, donde trabajaba antes, pero ahí ni siquiera tienen mi historia. Sólo usó los papeles de esa institución. Pero además, a una colega de él, la doctora Griselda Russo, le dijo que también me hiciera un diagnóstico y ella lo hizo, con unos términos muy científicos, sin haberme visto nunca. Yo no la conozco. Después admitió ante escribano que lo hizo para hacerle un favor al doctor Manes. Creo que todo esto tiene que servir para amparar a otra gente como yo, expuesta a estos médicos".
Su nivel de truchismo
"Facundo Manes es el neurólogo que avaló la internación de Natalia Kohen con el diagnóstico de demencia frontotemporal o Enfermedad de Pick. Ex integrante del plantel de Fleni, actualmente dirige su propio centro médico, el Instituto de Neurología Cognitiva. Página/12 intentó conocer su posición en este caso. Si bien Manes declinó hablar personalmente sobre Natalia Kohen, instruyó al responsable de comunicación de su institución, Lisandro Varela, para que respondiera las consultas de este diario. Estos son los principales argumentos planteados.
- Sostiene que el diagnóstico ha sido ratificado. “Los tres peritos oficiales, designados por la jueza Carminatti en el marco del proceso por insania de la señora Natalia Kohen, dictaminaron de manera unánime que presenta ‘una debilitación en su juicio porque padece un síndrome psicoorgánico cerebral que le genera peligrosidad por indefensión’”. Con este dictamen, afirma Varela, “se aclara completamente el rol del doctor Manes”. Hay que puntualizar, sin embargo, que el dictamen forense no menciona la Enfermedad de Pick diagnosticada por Manes, ni ninguna forma de demencia. También argumenta que numerosos expertos coincidieron con el diagnóstico, como los doctores Carlos Mangone y Pablo Miguel Gabay (peritos de parte) y especialistas del exterior, como John Hodges, Julie Snowden y Andrew Kertesz. Consultado sobre cómo evaluaron a la paciente desde el exterior, Varela respondió que Manes “realizó ateneos con estos profesionales, les dio toda la información y su input del caso y ellos coincidieron con el diagnóstico”.
- “El doctor Manes realizó el diagnóstico con los elementos necesarios: una tomografía computada, entrevistas con la señora Kohen, sus familiares y círculo de relaciones”, sostiene. Este es un punto controvertido, ya que en su certificado, Manes sostenía que Kohen fue “evaluada en la sección Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de Fleni por un deterioro conductual asociado a atrofia frontal”, pero en carta documento Fleni respondió que no tenía historia clínica de esa paciente ni constancia de esa evaluación, a excepción de una tomografía computada y una resonancia magnética. Sobre esta cuestión, Varela respondió que “más allá de lo que diga Fleni, el doctor Manes realizó allí el diagnóstico. La custodia de la historia clínica no es su responsabilidad”.
- Manes rechaza la palabra de la doctora Griselda Russo, quien ante escribano admitió que no había visto a la paciente antes de hacer su diagnóstico. “Eso lo desmentimos –sostiene Varela–. El doctor Manes derivó a la paciente con la doctora Russo y ella la atendió. No sé por qué motivos Russo lo desmiente”".
Sus certificados truchos
"Los cargos que los abogados plantean son que se emitieron “certificados falsos que permitieron que se privara de su libertad a una persona y que se la medicara contra su voluntad” y en el caso de Manes, “instigación sobre Russo para que emitiera un certificado falso”. Esto se debe a que la doctora Russo admitió ante un escribano que no vio a la paciente, sino que produjo el certificado “a requerimiento expreso” de su jefe, el doctor Manes, y exclusivamente sobre “manifestaciones clínicas y diagnósticas que el doctor Manes le refirió verbalmente en esa oportunidad” y un estudio tomográfico que le facilitó".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario