Para nosotras, el silencio es el enemigo de la verdad. Por eso, seguimos exigiendo que se rompan ya todos los pactos de silencio que nos impiden encontrar a nuestros nietos. ¡Basta de silencio! Digan dónde están. ¡Déjenlos ser libres y conocer su identidad! No es casual que identidad rime con igualdad y libertad.
Hay sectores corporativos que todavía quieren robarnos nuestro futuro. Lo demuestran con las operaciones mediáticas que intentan desprestigiar el proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia, las políticas de Estado de inclusión, los avances en la democratización de la comunicación como derecho social, a través de las mentiras sobre la nueva ley de Medios. Hostigan a nuestra democracia para ver cuándo cae, a ver cuándo Magnetto podrá poner a su candidato en la Casa Rosada, cuándo Estados Unidos podrá volver a tenernos como patio del fondo, porque no aceptan que somos un pueblo organizado y que jamás podrán volver a pasar por arriba de nuestros sueños. Jamás.
Falta que la corporación judicial acepte que van a ser condenados los partícipes civiles del horror, entre los que están muchos de sus miembros. Los fallos recientes que favorecieron con impunidad a Magnetto, Herrera de Noble, Mitre, Bottinelli, Blaquier y Massot son una muestra de la defensa corporativa de un sector del Poder Judicial para garantizar la impunidad para los genocidas civiles. Vamos a seguir exigiendo el juicio y castigo para todos, para absolutamente todos los genocidas. Y en esa lista están los civiles, muchos de ellos organizados para atacar la democracia.
Por eso, este año, cuando vayamos a las urnas, pongamos también a la Memoria en ese sobre, votemos futuro, elijamos qué país vamos a seguir construyendo y qué patria vamos a seguir defendiendo. Los candidatos de la impunidad son muchos y debemos tener memoria. Pero también lo son los del futuro, porque el futuro es nuestro".
0 comentarios:
Publicar un comentario