1. El anarquismo es claro acerca de su posición con respecto a la policía, el ejército y el monopolio de la violencia en manos del Estado. Por cierto que es aún más claro respecto de la violencia fáctica y simbólica que supone una sociedad dividida en clases sociales absolutamente diferenciadas en cuanto a sus posibilidades materiales y culturales de realización.
2. Salvo la idea del pueblo en armas, liberal y marxista, la cesión del poder a un cuerpo específico que porta las armas se halla generalizado en el mundo moderno.
3. Un presupuesto racista (teórico o empírico) rige en la elección del cuerpo específico que habrá de portar las armas: los más rudos, los más fuertes, los más torpes.
4. Para un país como Argentina, es el “negro” el que encarna los caracteres requeridos para la portación de las armas habilitada por la cesión que de ellas hacen los firmantes del pacto social.
5. Es complejo el estatuto ontológico del “ciudadano armado”. Está en una suerte de limbo ontológico. ¿Tiene necesidades el “ciudadano armado”? ¿Es merecedor de un salario digno? ¿Tiene que autodestruirse en el caso que al interior de ese cuerpo específico se susciten reclamos vinculados con la “ciudadanía política”?
6. La hipocresía que funda a nuestras sociedades democrático-representativas no hace que el “negro” policía se convierta de una víctima propiciatoria de los que idearon el contrato social y les transfirieron las armas en función del monopolio de la violencia que se reservan los signatarios.
7. El anarquismo se expide políticamente reclamando una sociedad justa sin explotadores, sin líderes empoderados por el mismo pueblo, sin policías, sin ejército y sin “negros” reducidos a la infamia de hacer los trabajos sucios que la convivencia social reclama a los que están armados y al destino antihumano de comer las sobras de la comida.
Abelardo Barra Ruatta
Filósofo (Universidad Nacional de Río Cuarto)
Y al final sucedió...
1 comentarios:
Recién escuche que procesan a unos cuantos de la federal por no haber encontrado rápido el cuerpo de Lucas Menghini en Once. A un policia, que debe meterse entre los fierros del tren a ayudar a los vivos mutilados, golpeados , fracturados, creo que no se le puede cargar además culpa por algo que es responsabilidad de otros. No soy pro-seguridad, tampoco anarquista, pero alentada por tu post, me atrevo a comentar lo anterior, y agregaría que los canas que tenemos , tienen las "cúpulas" que supimos conseguir y todo lo que sucede desde hace algunos diciembres , no provienen de las bases. Un abogado de los fondos buitre también "opina" en La Nación, acerca de "las calles" de nuestro país y le augura un helicóptero a nuestra presidenta ¿? cosa faciamo? El impune , por los fusilamientos de Maxi y Darío, junto con su también impune, ahora massista jefe de seguridad juanjo, también opinan, happy diciembre.
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