El economista Horacio Rovelli escribió: "La primera condición que debe tener quien asume el Ministerio de Economía de la Nación es poseer un plan de acción y un equipo capaz de instrumentarlo.
Ese plan, en primer lugar, debe priorizar rescatar parte de la deuda externa, que, según el Informe “Mercado de cambios deuda y formación de activos externos, 2015-2019” del BCRA, demuestra que de la deuda tomada en la gestión de Cambiemos, la “fuga de capitales” del período comprendido entre diciembre de 2015 y octubre de 2019 alcanzó los 86.200 millones de dólares, que en total, 6.693.605 personas físicas y 85.279 personas jurídicas (empresas) compraron esos 86.200 millones de dólares durante la gestión de Cambiemos, pero los 100 mayores compradores de dólares (que son empresas), adquirieron 24.679 millones de dólares. Nunca el BCRA reveló quiénes son esas 100 firmas, pero sí lo hizo el semanario digital “El Cohete a la Luna” en su nota titulada “Los 100 de Macri” del 24 de mayo de 2020 y allí figuran las 100 principales empresas del país (Telefónica Argentina, Pampa Energía, el holding Techint, Arcor, Aceitera General Deheza, Ledesma, Clarín, Glencore, Shell, etc) y las personas más ricas (Eduardo Elsztain; Enrique Eskenazi, Néstor Ick, Claudio Belocopitt, Mauricio Filiberti, Gerardo Werthein, etc).
De otro modo, lo que se hace es que la deuda la pague el pueblo argentino y como del Presupuesto Nacional no se pueden detraer los recursos para pagar el capital (se pagan solo los intereses) se debe cumplir con las condiciones impuestas por el FMI, que refinancia cada vencimiento de capital adeudado con ese organismo internacional.
Cuando el Estado no tiene un proyecto propio, no planifica, no analiza, no prevé y, peor aún, justifica su accionar aplicando a rajatabla las leyes de la dictadura militar y, cree que con eso cumple con su deber, el resultado no puede ser otro que el de improvisar sobre la marcha y ser funcional al poder económico, que fue el que pergeñó dichas leyes.
(...)
El nombramiento como Ministra de Economía de Silvina Batakis es auspicioso, primero por ella, que es una profesional competente y con muchos años de experiencia en la gestión pública.
Segundo porque las alternativas que se barajaban eran todas devaluacionistas, esto es, pretendían devaluar nuestra moneda en torno al 30% porque según su interesada visión el tipo de cambio está atrasado, hecho que se contradice con los principios de la ciencia económica, cuando se tiene un superávit comercial acumulado de más de 31.000 millones de dólares en la gestión de Alberto Fernández. Que lo haya dilapidado el BCRA es un grave problema de la administración de la autoridad monetaria, pero no es un problema económico.
Tercero, se necesita poner el centro del plan en generar puestos de trabajo e impulsar el mercado interno y, para ello, es necesario preservar el valor de nuestro dinero.
Solamente con un plan que se base en el trabajo y la producción nacional se puede reordenar la economía del país y, para ello, es imprescindible que el Estado se apropie de la renta extraordinaria de nuestros recursos naturales y de la fertilidad de la tierra y, la primera medida debe ser recuperar parte de las divisas fugadas.
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