miércoles, 25 de diciembre de 2019

"La mayoría de los evangelistas son peronistas"

El libro "Argentina Evangélica. Estudios socioantropológicos sobre misiones e iglesias" (2019) intenta explicar la presencia de iglesias evangélicas en distintos espacios de la sociedad argentina, a partir de escritos compilados que van desde 1989 hasta el año 2014. César Ceriani Cernadas, antropólogo y uno de los compiladores de la obra que fue presentada en marzo en el Museo de Antropología de la Universidad de Córdoba, considera que "lo envagélico" ha sufrido cambios en su consideración pública: "A fines de los '80 y los '90, estaba más asociado quizás al problema de las sectas. Por aquel tiempo, se decía que los pastores evangélicos estaban para sacarle dinero a la gente. Hoy, encuentra su lugar más visible por su oposición a cuestiones como el matrimonio igualitario y  la aprobación de una ley que garantice el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo".
-¿Cómo se explica el crecimiento del movimiento evangélico en Argentina?
-Puedo argumentar tres causas que explican su crecimiento durante los últimos diez o doce años. El pentecostalismo ha crecido y se ha hecho cada vez más público. También han cobrado una mayor resonancia sus reclamos por una condición de ciudadanía, por su subalternidad, en relación a la religión católica. El movimiento evangélico se ha visto más involucrado en la defensa por sus derechos ligados a la libertad religiosa, a la libertad de expresión y a la posibilidad de hacer eventos religiosos en espacios públicos o semipúblicos. Por ejemplo en el Obelisco, en la Facultad de Derecho, etc. Son cuestiones que involucran al Estado, a la política. Y en los últimos años, también existió una voluntad de tener una incidencia mayor en las problemáticas vinculadas con políticas púbicas y el acceso a derechos.
-¿Qué características propias la convierten en una religión tan popular?
-En primer lugar, el trabajo territorial y de base. El pentecostal se mueve mucho en territorios periféricos y subalternos, en un sentido de acceso. Se ha expandido también en clases medias, y medias altas, pero presenta un anclaje mayor en clases medias bajas, en pueblos medianos de 5.000 o 6.000 habitantes. En cualquiera de las provincias de nuestro país, en pueblos indígenas, en las cárceles. Su forma de trabajo se vincula por redes interpersonales y familiares. Muchas iglesias evangélicas surgen al lado de la pastora o del pastor que genere ese lugar de culto. En sus redes de amigos y así van formando una congregación. En la cárcel también son vínculos interpersonales, muchos de ellos relacionados a la vida dentro de la cárcel, vinculado a su mundo de violencia y de drogas, tanto por las fuerzas del orden, como la de los internos. En muchísimos lugares de cárceles, el evangelismo ofrece una alternativa. Los internos ven o perciben eso, y a nosotros –como investigadores–, no nos interesa cuán cierto es que sean o no creyentes. Lo que resulta interesante es que es una realidad que está presente y se mueve. Los internos se bautizan y sienten esa necesidad de seguir teniendo esa pertenencia que los contiene.
-¿Cómo se podría caracterizar a este movimiento?
-Lo pentecostal es extrovertido. Tiene un ethos extrovertido. Su misión es la de evangelizar y convertir. Ir hacia adentro, hacia los cultos pero también ir hacia fuera. Esa es su misión. Estar en las plazas, en los subtes. El espacio público es para la fe evangélica un espacio pecaminoso, por lo tanto se traduce  en un mundo que hay que salir a redimir. Es una religión dada para el afuera, para expresar. No es tanto para ir hacia adentro. Se observa incluso en su corporalidad. En las campañas, las celebraciones, los festivales. Todo se ha tornado público. Una característica que lleva a la gente a generar una relación más afectiva y cercana. No significa que no esté plagada de rencillas. Pero vos entrás a una iglesia evangélica y siempre te van a recibir. Uno aprende a hacer su testimonio, en lugares y sectores vulnerables. Son lugares de una pedagogía particular. Por ejemplo, se enseña a leer la Biblia, a hablar de una forma particular, a cómo exponerte. La experiencia religiosa pentecostal es una experiencia muy diferente a la católica. Ya existen generaciones, pero también hay conversos y ellos mismos ven esas diferencias, sobre todo en la posibilidad de expresarse con mayor libertad. El caso de las comunidades tobas, o wichi, por ejemplo que son muy contenidas, lo que no hacen en ningún contexto abierto, esto de mirarse, de abrazarse, sí lo hacen dentro del culto evangélico. Se sienten allí absolutamente protagonistas, porque el Espíritu Santo baja para todos. El pastor puede imponer las manos y en ese momento están todos abiertos a que el poder del Espíritu Santo los sane, los cure. Les brinde prosperidad para los diversos problemas de la dureza de la vida. Esa experiencia religiosa, y esos modos de afectividad, son centrales. Todos se reúnen cantando. El pastor dialoga de una manera diferente al sacerdote católico. La práctica de los testimonios llega a ser incluso más fuerte que la del propio pastor. Saben cómo hablar de sí mismos, ponen en práctica esas pedagogías emocionales. Son experiencias fuertes y tienen mucho arraigo en la gente.
-¿Por qué se oponen al aborto?
-Para el movimiento evangélico el aborto es un tema central .Ellos, en el momento de mayor debate público, ya lo habían dicho: "Esa va a ser nuestra mayor batalla". El aborto es un tema donde pastores evangélicos y el clero católico generan una alianza muy fuerte. Nunca irían a hablar por otros temas, pero temas como el matrimonio igualitario y mucho más el aborto, los aúnan. Los fortalece. Ellos militan estos temas. Se sienten militantes acérrimos por la vida. Es una gran disputa pública y política de lo que uno considera un derecho. Para ellos, una ley que garantice el derecho al aborto, es una ley que garantiza la muerte. Para ellos el aborto es un crimen. La moral es la que ha tenido una mayor incidencia en estos temas. Y como vimos, esta presión ha existido también sobre muchos senadores.
-¿Cómo es su relación ideológica con el poder político?
-El movimiento evangélico es un movimiento muy popular. Si uno hiciera una encuesta hoy, donde se vinculara el movimiento evangélico con el poder político, esa encuesta daría que todos esos pentecostales en nuestro país son -en su mayoría- peronistas. Porque la matriz social de la que provienen es peronista. Y los pocos intentos de formar partidos políticos, desde una raíz evangélica, no han tenido mucha incidencia. Por lo general, los evangelistas siguen votando al peronismo, ya sea el peronismo federal, el kirchenrismo u otro tipo de peronismo. No son votantes de la derecha neoliberal. Incluso, muchos actos peronistas han tomado la performance de las iglesias evangelistas, en relación a las formas, los modos testimoniales, los discursos y la cosa masiva.
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