Charlemos, papi. Aunque sea por acá. Yo no creo que sea la mejor opción que se produzca una rebelión tipo cordobazo o rosariazo, creo que ya es tiempo de que dejemos de poner los muertos nosotros. Creo que hay que ganarles políticamente, ganarles las elecciones, humillarlos en las urnas y nunca más permitirnos que un trabajador vote por su verdugo. Y creo que yo, como militante K, debo hacer una autocrítica, por supuesto, pero también creo que tipos inteligentes como vos, que veían nuestra militancia y nuestro peronismo como una especie de exceso, como un desubique histórico, como algo digno de cierta sonrisa socarrona, también tienen que hacer una autocrítica. Creo que tu antikirchnerismo debería cesar, y creo que no está tan bueno minimizar al militante y después reclamar un cordobazo o un rosariazo, porque... ¿sabés quiénes llevaron adelante esas rebeliones? los militantes... Ojalá podamos tener esta charla en otro contexto, mirándonos a los ojos, porque me gustaría pedirte que recuerdes cuando me dijiste que no estabas de acuerdo con mi ideología pero te gustaba mi show: yo lo recuerdo como un acto de amor de tu parte, pero me arrepiento tantísimo, tantísimo, de no haber hecho lo suficiente para que TAMBIÉN estés de acuerdo con mi ideología. Ahora estamos juntando los pedazos del país y seguramente será más fácil que nos encontremos en un mismo campo discursivo contra esta mierda que nos gobierna, pero soy tu sangre, mi viejo, y no sólo me quiero encontrar con vos en contra de estos chetos, también me quiero encontrar con vos A FAVOR del gobierno que te jubiló dignamente. Me quiero encontrar con vos en el amor a Cristina, y cuando escribo esto sé que te estarás riendo un poco, porque te parece imposible y un poco vergonzante, pero bueno, mirá, me vengo a encontrar con un disparador tuyo para pensar y quiero hacerlo sin el falso cuidado que tuve en años anteriores, y digo falso cuidado porque para cuidarte de mi pasión, dejé que Cadena 3 y TN te hablaran más que yo, dejé que el diario de mierda de los domingos, en los que alguna vez firmé orgulloso varias notas, sabiendo que me leerías, te hablara más que yo, y te metiera ese veneno de no amar a Cristina. Aclaro: amar a Cristina, digo, como opuesto conceptual al "odiar a Cristina" que estos soretes lograron imponerte a vos y a tantos otros. Amar a Cristina, entonces, como gesto de empatía con los otros, con los que se están cagando de hambre ahora, con los que Cadena 3 definía y define como vagos, planeros, piqueteros. Amar a Cristina como una idea de Patria para todos y todas, como una idea de una Patria en la que el Gobierno no es tu enemigo. Amar a Cristina. Yo sé que votaste a Scioli en el ballotage, o al menos eso me dijiste y te creo, igual te digo esto porque con amor, con todo el amor que me enseñaste a tenerte, quiero decirte que con no votar a Macri, no alcanza. Papi, goleador en cada partido en el que te vi jugar, siempre presumías de ser medio pesquero pero eficaz, te ruego por lo que más quieras que veas esto como un centro y no como un pelotazo. Te necesito en el equipo de los que salimos a tratar de convencer a los demás, te necesito en el equipo de los que, además de no votar nunca a la derecha, consideramos necesario amar a Cristina. Parte de mi sueño de victoria para el año que viene incluye abrazarte con alivio y orgullo y que ya no sólo "entiendas" mi "viva Perón" sino que lo compartas, en la euforia y en la convicción de que se trata de un grito de protección para los que nacimos sin doble apellido. Te quiero mucho. Creo que va siendo hora de que te hagas kirchnerista.
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