¿Lilita anticipa la renuncia de Gabriela Michetti?

Era la sesión del 1 de septiembre. Lilita Carrió informaba sobre lo que se había discutido y acordado en la comisión de Relaciones Exteriores -que ella preside- sobre el golpe parlamentario en Brasil y los eternos intentos de destitución de Nicolás Maduro por parte de la oposición venezolana, afín a Cambiemos.
En ese marco, Lilita comenzó a teorizar sobre la fragmentación de las sociedades modernas luego de la implosión de los estados-nación y cómo este viejo fenómeno impacta sobre los partidos políticos y las alianzas electorales. No dejaba de ser una maniobra distractiva para justificar el no rechazo del oficialismo al golpe contra Dilma Rousseff (con el apoyo del massismo).
De repente, Lilita dejó una de sus conocidos intentos por anticipar el futuro: "La región está enfrentando una situación por fragmentación, lo que deviene en partidos fragmentados y en una imposibilidad de llegar a acuerdos. Por eso, cuando celebramos el acuerdo de Cambiemos, decidimos cortar algo de la experiencia de la Alianza, que también le pasó al Frente para la Victoria, y es que el vicepresidente pertenezca al mismo partido del presidente. Para evitar situaciones que sucedieron en la Argentina y que están sucediendo en Brasil, que son peleas de facciones al interior del poder. La palabra estado de excepción proviene de la pelea de facciones que había en la segunda y tercera república francesas, cuando Francia estaba fragmentada, varios partidos hacían la coalición gobernante, uno se separaba y hacía caer los gobiernos. A eso se le llamó coup d'état. Después en América Latina lo llamamos en el sentido de oposición de regímenes democráticos y dictatoriales".
Luego de definir la destitución de Fernando Lugo -en 2012- como un coup d'état, pero no lo de Brasil, Lilita dejó una frase inquietante: "Necesitamos construir esa América del Sur que no sea fragmentada por distintas situaciones a venir".

La situación judicial de la vicepresidenta Gabriela Michetti cada vez es más complicada: hoy se vence el plazo para que la AFIP entregue un informe sobre fundaciones cercanas al macrismo (no sólo la de Michetti) que debería mostrar, entre los puntos clave, si en sus declaraciones incluyen las donaciones que reciben y si, como dicta la ley, están bancarizadas, luego de que se conociera que ese no era el caso con el dinero que tenía la vicepresidenta en su bolsas en su casa.
El diputado nacional Rodolfo Tailhade, denunciante de Michetti, pidió que se investiguen cuentas, empresas y contrataciones de Juan Tonelli, pareja de la vicepresidenta, ya que sospecha de que parte de ese dinero puede tener origen en contrataciones directas con las que fue beneficiado el año pasado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a través de su revista Joy y la organización de eventos como las “Sparkling Nights” (reuniones para catar champán en hoteles cinco estrellas) y “Buenos Aires Market”, para lo cual habría recibido más de dos millones de pesos a través de las empresas Tough Match y Castropol Comunicaciones, según lo publicado en el boletín oficial.
Un informe de la Inspección General de Justicia indicó que, hasta la fecha en que se conoció el hecho, la Fundación Suma no había presentado balances. Es más, de las pocas planillas que había completado surgía que declaraba no tener empleados.

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