El subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, ocultó 1,2 millones de dólares en Andorra, un paraíso fiscal que queda entre España y Francia y donde hasta el pasado año regía el secreto bancario. El dinero permaneció en una cuenta en la Banca Privada d’Andorra (BPA) a nombre de Line Action, una empresa británica de intermediación de jugadores de fútbol que pertenecía en su totalidad a la mercantil panameña Nashville North Inc.
Lejos de negar la información develada por el diario español El País, el funcionario macrista virtualmente se autoincriminó como testaferro del empresario futbolístico Francisco Casal: "Él tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía. Además, yo no ejercía entonces cargo público. Era asesor y facturaba como autónomo".
La cuenta de Line Action tenía en diciembre de 2014 un saldo de 1,2 millones de dólares y se nutría de transferencias de clubes de fútbol uruguayos. Casal opera en ese mercado desde hace décadas.
Actualmente, Díaz Gilligan es integrante de la Comisión Directiva de River Plate (Argentina), luego de haber sido asesor de la fundación de la institución millonaria. Es el segundo de Fernando de Andreis, secretario general de la Presidencia, uno de los funcionarios de máxima confianza del presidente Mauricio Macri, que manejó personalmente el retorno de la televisión del fútbol argentino al sector privado.
Días atrás, Díaz Gilligan se vio envuelto en otra polémica al defender la decisión del gobierno nacional de no devolverle a las Madres de Plaza de Mayo un pañuelo ensangrentado que habían donado al Estado nacional.
"Tenemos una carta hecha para reclamar lo que las Madres le dimos a Cristina (Kirchner) para el (entonces) Museo del Bicentenario. Ahora lo pusieron como un museo que hicieron ellos. Yo no les voy a dejar ahí las cosas que llevamos las Madres. Me parece de terror. Me las van a tener que dar, quieran o no", afirmó Hebe de Bonafini, presidenta de la agrupación.
Fue en medio de la polémica por la muestra que el macrismo le dedica a los genocidas de la última dictadura cívico-militar en el Museo de la Casa Rosada: finalmente, por la repercusión del caso, el gobierno de Mauricio Macri decidió sacar de allí una foto de la última dictadura, en la que se veía sonrientes a los dictadores Leopoldo Galtieri, Rafael Videla y Roberto Viola.
Díaz Gilligan aseguró que el gobierno nacional está "muy orgulloso de la muestra que hoy tiene el Museo Casa Rosada. En el caso del pañuelo de las Madres para nosotros tiene un valor muy importante, muy simbólico, porque representa una época a la que no queremos volver en el país y ella representan una lucha que queremos que esté exhibida en el Museo".
El histórico pañuelo, manchado con sangre de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo durante una represión en una manifestación, había sido donado al entonces Museo del Bicentenario, en la gestión de Cristina Kirchner.
"Aparición con vida de los desaparecidos / Madres de Plaza de Mayo", reza el bordado sobre el pañuelo que retiene Díaz Gilligan.
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viernes, 16 de febrero de 2018
El funcionario macrista que escondió plata en Andorra no le devuelve un pañuelo a las Madres
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