La condonación de millones de pesos por parte de Mauricio Macri hacia su padre Franco, hacia él mismo y hacia el resto de su familia ha llevado al gobierno nacional a caer en falacias y mentiras, ante una sociedad que, según una encuesta de Analogías, cree mayormente (62.4%) que el acuerdo intra-macrista es un hecho de corrupción (además, un 63.5% dijo estar enterado del tema, dato que pone en contradicción aquella frase instalada de que a los medios K no los consume nadie).
A esto se sumó días atrás el conocer que el actual titular de Correo Argentino, Jorge Irigoin, es un ex gerente del mismo cuando el Grupo Macri quebró la empresa y además se negó a cumplir con el pago del pliego, hechos que llevaron a Néstor Kirchner a reestatizarlo.
Pero no sólo Irigoin es un actual funcionario macrista que estuvo involucrado en la quiebra del Correo.
También lo estuvo el actual ministro de Modernización, Andrés Ibarra, encargado del despido de decenas de miles de empleados públicos (lo mismo hizo durante la gestión macrista en el Correo, más de 10 mil) y de "modernizar" e "informatizar" el Estado, según prometió el año pasado.
Luego, Mauricio Macri -como CEO del holding- lo designó gerente de control de gestión de la constructora Sideco S.A, una de las principales empresas del grupo. Su habilidad para el manejo presupuestario de megaobras viales y edificios sorprendió a uno de sus jefes, Daniel Chaín, ex secreterio de Obras Públicas del Ministerio del Interior hasta hace unas pocas semanas.
En 1993, Macri lo nombró director financiero y comercial de su parte en el consorcio Autopistas del Sol, donde -además de controlar los recursos humanos- consiguió financiación por 380 millones de dólares para el proyecto tripartito del Acceso Norte y ampliación de la ruta Panamericana, en Buenos Aires.
Beneficiado otra vez por la administración Menem, Franco Macri ganó en 1997 la licitación para privatizar el Correo Argentino. En los siguientes seis años, Ibarra trabajó junto al fundador del emporio como director comercial y de marketing.
La deuda que dejó el Grupo Macri ascendía a 659 millones de dólares de la convertibilidad y, durante su gestión, el holding puso en práctica el plan de retiros voluntarios y despidos más grande de su historia. Más de 10 mil empleados perdieron sus puestos.
El plan de Ibarra para el Correo -como lo anunciado el año pasado para el Estado nacional- era convertirlo "en un correo moderno, informatizado y con poco personal".
El saldo de la gestión fue bien diferente: deudas millonarias por obligaciones previsionales y sociales incumplidas, según reveló la Auditoría General de la Nación en septiembre de 2002.
Pero Ibarra no es el único apellido ahora conocido que integraba el directorio de Sideco Americana SA: su presidente era el primo presidencial, multibeneficiado por la obra pública e involucrado en diversas denuncias de corrupción, Ángelo Calcaterra. También estaba Néstor Grindetti, el todavía intendente de Lanús (Buenos Aires) e involucrado, como Mauricio y Franco Macri, en los Panama Papers.
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