El encargado de defender el proyecto fue Bossio, quien de manera endeble y sin números defendió la necesidad de derogar una serie de artículos de la ley vigente que declara de orden público la producción y venta de Papel Prensa. “La defensa la hizo en nombre de apenas una decena de diarios y un grupo de trabajadores. Ninguno de ellos tuvo la posibilidad de exponer en el Congreso. Ningún legislador tuvo la chance de preguntarles si había sido presionados por alguien para fijar postura”, informó ayer el diario Tiempo Argentino, una cooperativa conformada por trabajadores de prensa que se opone tenazmente a la desregulación.
En uno de los pasajes de su mensaje, Bossio minimizó el impacto de la crisis que atraviesan los medios gráficos y le adjudicó la culpa al cambio tecnológico. “La justificación de Bossio caminó por lugares inesperados. Incluso llegó a minimizar la necesidad de que existan los medios gráficos porque ‘Bolsonaro ganó por las redes sociales'”, informó TA.
“No hay ningún quebranto, no están llamando a procedimiento preventivo de crisis, no conocemos el nombre del presidente de Papel Prensa. No podemos aprobar una ley sin conocer los números de la empresa”, y agregó: “El problema del precio es cierto. El papel aumentó más que la inflación. Así que no es cierto que el Estado le pone el precio. La empresa pone el precio que quiere, lo que hace la ley es que todos puedan comprar al mismo precio. Estos argumentos son falsos salvo que vengan los empresarios y trabajadores”, añadió.
Desde el mismo bloque, Agustín Rossi, agregó: “Lo que va a pasar es que Clarín se va a auto vender más barato cargándole la pérdida al Estado nacional y además cuando vengan los otros diarios le va a decir que no tiene más volumen”. “La ley favorece a Clarín y La Nación, es así, no se enojen”, concluyó.
“El proyecto busca que Papel Prensa pueda fijar a su antojo un precio para cada comprador” advirtieron los legisladores del PJ La Pampa. “Y en este contexto no podemos obviar que Papel Prensa pertenece al Grupo Clarín y a La Nación en más del 60% mientras que al Estado Nacional menos del 40”, aportó Sergio Ziliotto.
“El papel de diarios no es cualquier mercancía; su producción y distribución debe ser una política de Estado debido a que son la garantía de la circulación de información diversa y plural. Si avanza la derogación de varios de sus artículos, la ley 26736 de 2011, que declaró de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y diarios, ya no tendrá sentido”, sostuvo.
La jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, se diferenció del kirchnerismo, y justificó su voto positivo: "No hay ningún interés espurio. Si hay que volver a la situación anterior, volveremos a la situación anterior. Yo no tengo voto oscuro. No me arrepiento de lo que voto. No creemos que estemos afectando la libertad de expresión".
El cierre del debate estuvo en manos del presidente del bloque PRO, Nicolás Massot, que no pudo explicar la premura del debate, tampoco por qué se busca proteger a los trabajadores de Papel Prensa y no a los de otros sectores.
Al final de su discurso, Massot estuvo a punto de hacer caer la sesión al decir que “el Grupo Clarín ya no tiene amigos, su mejor amigo partió en 2010. Que en paz descanse”, en clara referencia al ex presidente Néstor Kircher.
El exabrupto de Massot fue repudiado por el kirchnerismo y el Peronismo Federal, que lo obligaron a pedir disculpas. El presidente de la Cámara, Emilio Monzó, pudo contener la sesión y finalmente Cambiemos logró aprobar el proyecto en favor de la empresa que controlan Clarín y La Nación.
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Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa: "Darán otro golpe a la libertad de expresión"
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