jueves, 12 de mayo de 2016

Recrudece la ofensiva macrista contra el Papa Francisco

La que se sumó ahora es la dirigente social Margarita Barrientos, que contó que -a mediados de 2013- viajó al Vaticano para visitar al Papa Francisco, pero que éste no la recibió.
"Avisé con tiempo que iba. Un empresario nos pagó el viaje. Fuimos con Juan Carlos Pallarols y la periodista Karina Villela. Teníamos la audiencia. Entramos con la tarjeta celeste, para sentarnos. En un momento vinieron y nos sacaron. Me dijeron que había prioridad por otra gente que había ahí. No me sentí mal en absoluto. Pensé 'estará ocupado'", narró en el programa de Pamela David, en América.
La sorpresiva declaración de Barrientos se da en medio de una nueva ofensiva del macrismo contra la máxima autoridad de la Iglesia Católica, ya no desde los clásicos embates ofendidos de Lilita Carrió, sino también con la intervención de otros funcionarios oficiales, como el jefe de Gabinete Marcos Peña.
"Tiene que ver con la política, desgraciadamente. Hoy no tengo ganas de que me reciba", agregó Barrientos, mientras que ayer, Peña, en su cuenta de Facebook, había tratado de criticar a Bergoglio por recibir a Hebe de Bonafini, con el tradicional método del PRO de esconder detrás de elogios el verdadero sentimiento: en este caso, aún vivo, de desencanto con Francisco por aquel destrato que recibió el presidente Macri en el Vaticano, en febrero.
"Muchos sienten que son demasiados gestos para un lado y pocos para el otro. Dialogar con el que piensa igual es fácil, no tiene mucho mérito. Lo valioso se produce cuando el diálogo tiende un puente con el diferente", se había quejado el jefe de Gabinete y guardián del #RelatoPRO. Al final volvió a repetir el "argumento" del macrismo luego de aquel incidente con Francisco: "Cuidémoslo más".
El enojo de Cambiemos se da al mismo tiempo que el sitio web La Política Online (LPO) develara, nada más ni nada menos, que "el Papa quiere unir a los movimientos sociales para resistir el modelo de Macri".
"Los pocos interlocutores que le quedan al presidente con el Sumo Pontífice no reciben buenas señales desde Roma sino todo lo contrario: en los mails que Francisco intercambia con funcionarios del Gobierno, suele decir que le molesta la “tilinguería” del PRO.
El papa Francisco puso a trabajar a monseñor Lozano, titular de la Pastoral Social, para que opere la unificación de los movimientos sociales. Sería el segundo capítulo de la reunificación de las cinco centrales obreras –hecho que no ocurría desde 1992-, una maniobra que fue seguida muy de cerca y desde hace más de un año por el Papa.
Para fines de mayo, luego de la Conferencia Episcopal que encabezará en Mar del Plata, Lozano prepara un acto de los movimientos sociales en Santa Fe. La consigna es la misma que la de la reunificación de las CGT: resistir el avance del modelo de Macri ante las clases más vulnerables", publicó el martes LPO, sitio propiedad de La Nación.
Un día antes, el entusiasta filósofo PRO Alejandro Rozitchner, uno de los empleados por Peña para estructurar el #RelatoPRO, intentó descalificar al Papa: "Es demasiado católico".
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