jueves, 10 de diciembre de 2015

Ahí (se) va el kirchnerismo...

En búsqueda de las nuevas luchas que refresquen su corazón desgastado y trompeado.
Vivirá en las lágrimas de mi esposa mientras escuchaba a Cristina recordar que "la tarea sigue".
Vivirá en la congoja de amigos ante el resultado del #22N.
Vivirá en los que agradecen por permitirles rehacerse de la política como medio para encarar la transformación de su lugar en el mundo.
Vivirá en los que se abrazaban en la Plaza de Mayo luego de que finalizaran las palabras de una Cristina centrada en hacer respetar la nueva etapa política que se abre en estas horas.
Vivirá en los sueños que fueron posibles a pesar del formateo que nos habían impuesto durante décadas de que no se podía.
Vivirá en los que seguirán trabajando en los barrios y en cada trinchera.
Vivirá en los que se llevan de estos 12 años síntesis y herramientas para poder interpretar realidades cada vez más complejas y enraizadas.
Vivirá en los que ya saben que los medios no son asociaciones de beneficencia sino empresas con intereses legítimos.
Vivirá en los que aprendieron a defender sus derechos y no bajar la cabeza ante el patrón.
Vivirá aún en aquellos beneficiados por medidas tomadas durante estos años que ya están festejando que La Yegua se fue.
Vivirá a pesar de los augurios de que se desvanecerá como el menemismo.
Vivirá en los millones de testigos que sintieron en su piel cómo era la política y los gobiernos antes del 2003 y luego de esa bisagra.
Vivirá en los acostumbrados a ser estafados por promesas incumplidas que vieron cómo se podía hacer hasta lo impensable.
Vivirá en aquellos que se enojan conmigo por no subirme al barco de que todo va a estar mal.
Vivirá en tantos, que sienten que deben resistir con aguante.
Vivirá en  los que fantaseaban con irse del país si ganaba Macri y comprendieron que hay mucho por hacer.
Vivirá en lo que no se hizo y en lo que se hizo mal, esperando una nueva oportunidad para retomar esa agenda pendiente.
Vivirá en los que, luego del primer segundo de hoy, salieron a tocar bocina y cacerola por el fin de ciclo.
Vivirá a pesar del previsible proceso de descrédito que se desatará desde hoy mismo.
Pero sobrevivirá.
Luego del hecho histórico de que una primera mandataria puede retirarse con una Plaza de Mayo repleta (la de Buenos Aires como representación de millones) que la saluda y le promete esperarla hasta cuando vuelva.
La tarea sigue.

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