sábado, 24 de octubre de 2015

La careta de JJ Campanella

Por Carlos Balmaceda
"Campanella va a votar por Macri.
Campanella, un hombre de cine, va a votar por el tipo que cerró injustificadamente la sala Lugones durante 15 meses, para reabrirla en un día de calor sofocante sin aire y sin ascensores.
Campanella, un hombre de cine, va a votar por el partido que programa en el BAFICI películas espantosas, de un marcado sesgo ideológico, afín al gobierno municipal, como “El Olimpo vacío” y “El diálogo”.
Campanella, un hombre de la cultura, va a votar por el tipo que cerró centros culturales y reprimió a estudiantes y artistas en la Sala Alberdi.
Campanella, que acusa al gobierno nacional de “dejarnos un fiscal muerto”, no se inmuta por los diez bomberos muertos de Iron Mountain, ni por los innumerables muertos que nos dejó la desidia macrista en sucesivos derrumbes.
Campanella, que acusa al gobierno nacional de dejarnos “más pobreza”, no se inmuta por una deuda quintuplicada en la ciudad, por subtes caros y obsoletos, por hospitales colapsados, por un ABL que creció 1.000% para cubrir, en el mejor de los casos, los servicios de los barrios pudientes.
Campanella, que acusa al gobierno nacional de dejarnos “un deterioro en la educación”, no se inmuta por las aulas-contenedores, por la matrícula on line que deja sin escuela a miles de pibes, por los subsidios a la educación privada.
Campanella, que acusa al gobierno de la “grieta, de familias que ya no se juntan por pensar diferente”, vota al tipo que reprime a familias sin techo.
Campanella, que acusa al gobierno de “un retroceso en la democracia”, vota al tipo que acumula la mayor cantidad de decretos para gobernar, al que está procesado por escuchas ilegales, y que incluso mandó espiar a estudiantes y docentes.
Campanella, que acusa a Scioli de ser neoliberal, vota al tipo que contrabandeó autos durante el menemismo, que conspiró contra Alfonsín cuando su grupo familiar y empresarial formaba parte de los capitanes de la industria, que desfalcó el Correo Argentino y no conforme con eso, pidió una retribución millonaria.
Campanella va a votar por Macri.
Y al fin, su alma bella y socialdemócrata, se reconcilia plenamente con sus personajes: con el periodista que no se juega por nadie, pero sufre su inconsecuencia y se corrompe, en “El mismo amor, la misma lluvia”, con el asistente del juzgado ajeno a la política, que no se juega por nadie y asiste impotente a la justicia por mano propia de “El secreto de sus ojos”, con el romántico y agusanado personaje de “Luna de Avellaneda”, lleno de buenas intenciones, que termina fugándose a España.
Campanella, la viuda de la clase media argentina, termina donde tenía que terminar, votando a la derecha neoliberal, a la anticultura, al proyecto mendicante que promete pagarle todo a los buitres.
Campanella, hombre de cine, le da la espalda al gobierno que más ha hecho por la industria del cine, incluyendo los subsidios a sus propias películas.
El kirchnerismo, en su gran aporte a la historia argentina, el de desenmascarar personajes, clases y dirigentes (al punto que hasta sus propios dirigentes y militantes corren riesgos -en caso de inconsecuencia- de quedar también escrachados) nos regala la última careta caída, la última máscara puesta al descubierto. La de un pobre tipo exitoso, que lo es al precio de reproducir todos los clichés y entonar todas las celebraciones de una clase que va de salida de la historia nacional".

1 comentarios:

Michael Madison dijo...

Fenómeno extraño el de individuos como Campanella, que descuellan en lo suyo a costa de una gran mediocridad ética, e incluso intelectual.

Excelente artículo según mi entender. Gracias y saludos esperanzados.

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