miércoles, 12 de noviembre de 2014

#RelatoAntiK: el regreso del kirchnerismo tóxico

En su momento, el dr. Mariano llegó a decir que el kirchnerismo era un tumor que había que extirparlo de la sociedad argentina.
La semana pasada, Joaco y Lejtman habían vuelto sobre la somatización.
Ahora, ante la ausencia de su odiada Yegua, el #RelatoAntiK vuelve a desempolvar la vieja teoría que sostiene que todos los males del país es porque lo gobierna el kirchnerismo.
Y que además afecta a las personas físicamente, sino véanla a la Señora, haciéndose la enferma.
Claro.
El ex asesor de Margot Stolbizer, Marcos Novaro, en TN, lo explica: "Entre los dispositivos de marketing que inventó o reinventó y potenció el kirchnerismo en estos años, uno de los más llamativos y trajinados fue el de las “internaciones heroicas”. A través de ellas, Néstor primero y luego Cristina escenificaban el sacrificio personal del líder en aras de la causa nacional y popular. Sus seguidores, la devoción hacia ellos. Y más en general, el irrompible vínculo de amor y lealtad, real o pretendido, entre el pueblo y su jefe.
La ética del aguante proveía en esas ocasiones el cemento necesario para fraguar una relación apasionada y por tanto acrítica, incuestionable. Porque el aguante ofrece el punto de encuentro ideal entre sacrificio y devoción".
Es que el #RelatoAntiK cree que La Yegua se hace la enfermita porque mejora en las encuestas cuando se interna. Luisito Investigador lo decía ayer en El Cronista. Poquito, eh.
Novaro se pregunta: "¿Por qué en la internación que Cristina padeció la semana pasada no hubo nadie acompañándola? ¿Se cansaron los militantes? ¿O ellos temieron que los votantes se estén cansando o ya se hayan cansado? No hay que descartar que haya habido también algo de plan en "dejar sola" a Cristina: si la imagen de los leales militantes rodeando el sanatorio o la clínica (nunca el hospital público) en donde la Presidenta yace en cama ya no sirve, tal vez llegó la hora de apostar a que sirva una variante: la mandataria sufriendo sus dolencias casi en soledad, sobreactuando su debilidad para generar, si no una renacida devoción, al menos temor a lo que podría suceder si su salud se sigue deteriorando".
Es que La Yegua no quiere seguir los consejos del dr. Hubris: "Lo que debe hacer Cristina ahora es saber cómo va a encarar su vida. Se lo digo por su bien, no por su mal. Esto me pasó lamentablemente con Néstor Kirchner. Su furibunda manera de encarar el poder no ha sido gratuita para Cristina".
¿Quién podría dudar de las verdaderas intenciones del sr. Castro? El jueves pasado, en TN, él dio sobradas muestras, nuevamente, de que le desea lo mejor a su "Señora Presidenta".
Tampoco podríamos dudar de a quién se refiere Aurora Aguinis cuando pide que muera el médico, ¿no?
En una columna de ayer titulada "Una Argentina intoxicada de falsos remedios", Aguinis execra: "Vendrá el coma, o la convulsión, o la agonía. Hasta que desaparezca ese hechicero o ese médico que no acepta reducir la sobremedicación. Y entonces el enfermo, gracias a sus propios recursos, empezará a mejorar.
¡Cuánto bien le haría al país que lo dejaran respirar más tranquilo! Que no le repriman la libertad de expresión, que dejen entrar y salir los repuestos que necesitan muchas fábricas, que no sostengan a empresas estatales deficitarias, que no paguen los desfalcos de la Universidad de las Madres, que no intimiden a los jueces, que no impongan códigos que logren la impunidad de los piratas internos. Primum non nocere. Basta de dañar a esta sufrida, engañada y semianestesiada sociedad. Sola sabrá curarse de sus males en cuanto se saquen los remedios que ahora la intoxican".

2 comentarios:

WOLF dijo...

ESTÁN DESESPERADOS Y CON MIEDO.... LEEN ENCUESTAS Y SABEN QUE NO TIENEN CON QUÉ...

Raúl C. dijo...

Siempre me resultó muy curioso que el humanitario -y médico multiespecialidad- Nelson Castro no se refiriera jamás a la enfermedad de Magnetto como resultante de la ambición de poder desmedida, ni le aconsejara retirarse a una vida más reposada. Ah, Magnetto es su jefe, me había olvidado.

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