jueves, 2 de octubre de 2014

Se fue Fábrega. Ahora falta Capitanich

Se imaginarán cómo está el #RelatoAntiK: desconsolado.
"Ya somos Venezuela", anuncian (por enésima vez) algunos de sus integrantes, que entre llantos y pataleos aseguran que se fue el último atisbo de racionalidad en un gobierno irracional, autoritario, que ahora se va a cerrar más todavía (creería que ya la cuestión es un punto concentrado, porque ese círculo chico de CFK ya no da más para cerrarse más todavía) y va a intensificar los controles sobre el dólar.
Más intervencionismo, más populismo, más aislamiento del mundo, más estatismo, más asfixia, más persecuciones sobre los pobres empresarios, más rencores, más grieta, más todo.
Terrible.
O sea, el fin de los tiempos.
Lo querían al viejo, eh.
El tema parece que Kicilove se la tenía jurada. A Capitanich también.
Pero Capitanich si se va, tendrá una salida más decorosa. Ya fue recogido acá que se iría a Chaco a arreglar el lío del PJ chaqueño, más ahora que su Cobos, luego de adelantarle las elecciones, anda ventilando supuestas cuestiones sexuales del Coqui.
Por supuesto, que la renuncia de Capitanich no va a despertar en el #RelatoAntiK preocupación. Todo lo contrario. Festejarán el fin de la verba inentendible (diría Mirtha) y que los haya dejado mal parados luego de exigir preguntar (el ya entrañable #QueremosPreguntar de Jorge y la troupe) y no ir a las conferencias matinales del chaqueño (a propósito: al final, le sirvió al gobierno nacional tener un parlante al inicio del día chupando muchas de las diatribas del #RelatoAntiK...).
Ambos, Fábrega y Capitanich, son protagonistas del hecho que supuestamente hizo que Kicilove posara su mira sobre ellos.
Lo contó Confalonieri hace 2 meses atrás en Perfil: "La bronca de Fábrega se desató por el frustrado acuerdo entre privados para que los bancos argentinos compraran los bonos a los holdouts, de modo que el juez neoyorquino Thomas Griesa repusiera el stay y Argentina pudiera pagarles a los que entraron en el canje, evitando el default. Los bancos habían analizado con Fábrega la solución entre privados y contaban con el aval de la Presidenta; del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y hasta del propio Kicillof. “Pero Kicillof dinamitó el acuerdo porque no estaba él en la foto. Y porque los banqueros cometieron el error de presentarse como los salvadores de la patria. Si ellos hubieran cedido el protagonismo, la historia habría sido diferente”, explicó a PERFIL un alto funcionario del Gobierno.
Cuando vio que quienes quedaban como los ganadores de evitar el default eran los bancos (y, sobre todo, Jorge Brito, del Macro), Kicillof encontró la excusa para convencer a Cristina Kirchner de aniquilar ese acuerdo. El ministro se opuso con el argumento de que si Argentina, vencida la cláusula RUFO, no les pagaba a los bancos, las entidades financieras se harían del dinero del fondo de Sedesa (Seguro de Depósitos Sociedad Anónima). Se trata de un fondo de dinero que actúa como salvaguarda del sistema financiero y que se obtiene de un porcentaje de lo que ponen los ahorristas. Por eso, el jueves la Presidenta dijo que “con plata de los ahorristas yo también soy generosa”.
A Fábrega, el lunes, Cristina Kirchner le pidió que armara una “vaquita” con los banqueros. Él se encargó de juntarlos y poner en marcha el plan. Pero el mismo miércoles le informaron que el acuerdo no avanzaba. “Hoy escuchan más a Axel, con él hablan más seguido y él la encanta más a Cristina. A nosotros nos llaman para temas puntuales”, dijeron en el entorno de Fábrega".

¿Cuánto tardará el #RelatoAntiK en construir la imagen de un Kici Brujo Negro?
En estas semanas ya avanzaron sobre la imagen de una Isabelita.
Ahora sólo les falta un López Rega.

Más:
"Nos cargamos al viejo", gritaron los más jóvenes

0 comentarios:

Publicar un comentario