domingo, 12 de octubre de 2014

Para la campaña: qué debe hacer un candidato en Twitter

Ana Mancera Rueda y Ana Pano Alamán, de la Universidad de Sevilla (España) y la Università di Bologna (Italia) respectivamente, analizaron el discurso político en la red de microblogging Twitter con el objetivo de ver cómo dispositivos comunicativos como el retuit o el uso de etiquetas o hashtag producen cambios en las estrategias discursivas adoptadas por la política para comunicarse con los ciudadanos en el contexto de la campaña electoral.
Para ello, estudiaron el uso de estos dispositivos en 250 tuits publicados tanto por los principales candidatos a la presidencia del Gobierno de España durante la campaña electoral de 2011, como por sus potenciales votantes.
Las investigadoras comprobaron que "todos los políticos se sirven, con mayor o menor frecuencia, de estas convenciones para dialogar con otros usuarios. En primer lugar, abundan los mensajes breves de respuesta a una pregunta o a un comentario de sus seguidores. Observamos, no obstante, algunas diferencias entre los tuits de los principales candidatos.
Por ejemplo, el equipo del candidato del Partido Popular recurre frecuentemente a las abreviaturas, acrónimos y sintagmas escuetos –presumiblemente para ahorrar espacio–, dando lugar a un discurso telegráfico, en ocasiones excesivamente esquemático y técnico, que puede dificultar la lectura:

Rajoy Brey, Mariano (@marianorajoy). “@damianabejassmr, animamos a los ciudadanos al emprend. En el sector de la programación y en el q sea. Los apoyaremos. #2díasparaelcambio”. (18-11-2011. Tuit).

Otro aspecto que cabe destacar es su agradecimiento constante a las preguntas o comentarios que recibe. Este dispositivo acerca los tuits de Rajoy a las cartas y a la formalidad típica del género epistolar entre desconocidos; al mismo tiempo, refuerza la distancia entre locutor e interlocutor. A este propósito, cabe señalar que Rajoy prefiere en todos sus mensajes utilizar la forma de cortesía usted o ustedes tanto para los ciudadanos que le escriben como para sus adversarios políticos, mientras que reserva tú y vosotros para sus correligionarios de partido. Todos estos factores hacen que su discurso sea distante y, en ocasiones, repetitivo.
En cuanto a los mensajes de Pérez Rubalcaba, cabe destacar su uso, más o menos recurrente, del registro coloquial, con el que busca acercarse a los ciudadanos. De entrada, tutea tanto a sus seguidores –a la mayoría de los cuales cabe suponer que desconoce–, como a sus compañeros de partido y a sus adversarios políticos, en concreto, a algunos miembros del PP. Como muestra de esa coloquialidad señalamos también la abundante parataxis; el uso de elementos ortográficos que permiten oralizar la escritura, como el alargamiento de vocales, normalmente con una función atenuativa; el empleo de puntos suspensivos, que reproducen la entonación dejando suspendido el enunciado; o el uso de onomatopeyas para imitar la risa.
Otro uso por parte de los políticos comprende a las etiquetas, que pueden llegar a convertirse en trending topic cuando pasan a ser uno de los temas más seguidos por los usuarios de Twitter en un determinado periodo de tiempo. En el caso que nos ocupa, el del discurso de los políticos durante la campaña electoral, etiquetas como #stoPP o #súmatealcambio llegaron a ser trending topic cuando, como eslóganes y consignas, fueron lanzadas por los partidos animando a sus seguidores a utilizarlas en sus tuits.
Esto permitía, por un lado, promover una determinada idea, acción o evento relacionados con el propio partido, apelando a las emociones de los propios seguidores. Por otro lado, favorecía el aumento de la visibilidad del candidato y de su partido en esta red social.
La difusión viral de estas etiquetas hizo que se convirtieran en los temas más seguidos del momento, alcanzando esos dos objetivos. Aunque, como decíamos, a menudo se obtenía el efecto contrario, pues los ciudadanos las utilizaban más bien para criticar a esos mismos partidos, a juzgar por mensajes como este:

Dejuan, Fede (@fede_dejuan). “Cómo puede haber un haghstag que sea #undebatedecisivo Decisivo de qué?? Amos no me jodas. Decisivos son los 7 años de desastre”.
(07-11-2011. Tuit)

En Twitter, la conversación adopta sobre todo la forma de un discurso colectivo en el que, más que un diálogo entre distintos interlocutores, se da una suma de voces en torno a temas compartidos, que se acumulan dando lugar a una secuencia.
El poder de la conversación en Twitter reside en su poder viral, es decir, en su capacidad para canalizar y amplificar la comunicación a niveles nunca antes conseguidos por el sistema analógico del boca a oreja (Parmelee y Bichard 2012: 4-6). El elemento central de este fenómeno reside en la reconfiguración de un público que se ha transformado “abriendo ventanas a la interpretación, negociación y definición de la realidad” (Valeriani 2011: 48).
Este es más bien un espacio en el que muchas voces hablan y se conectan con otras voces en público, mediante un uso creativo de las menciones, etiquetas y retuits, refiriéndose a otros usuarios y marcando los temas que circulan como de interés general para todos.
En este sentido, un concepto que permite describir la naturaleza conversacional de Twitter y de otras redes sociales es el de “hilos de escritura”. Se trata de “conversaciones multifuente –de varios usuarios– que no necesariamente comparten tiempo ni momento de incorporación y que pueden utilizar varios entornos en una misma charla” (López Sobejano 2012: 170).
Entre otras cosas, permiten incorporaciones constantes, ya que es posible que los usuarios entren en una conversación según sus intereses, provocando interrupciones en los hilos argumentativos dominantes y ramificaciones temáticas.
Conclusiones
El análisis nos lleva a sostener que durante la campaña electoral los políticos se sirvieron de Twitter para lanzar consignas y publicar mensajes destinados a generar distintas reacciones en hilos de escritura que se prolongaban en el tiempo.
Sin embargo, paradójicamente, rara vez participaron en ellos de forma plena, es decir, interactuando con sus seguidores. En cambio, los ciudadanos sí supieron elaborar discursos colectivos relacionados con consignas, temas o etiquetas que no siempre surgían de la iniciativa de los equipos de campaña.
La comunicación en este contexto debe basarse en la intertextualidad y la polifonía por medio del uso del vocativo y del apelativo en función de llamada de atención; de la mención como mecanismo de atribución de referente –no solo del otro político, sino también de los seguidores–; del retuiteo, como dispositivo de cita y para crear afiliación con los propios seguidores y con los de estos; de las etiquetas y de los enlaces propios y ajenos.
El diálogo entre los candidatos y sus seguidores se limita esencialmente al par pregunta-respuesta, donde la respuesta del candidato suele intervenir como turno de cierre en el que no cabe espacio para la discusión. La “conversación” se basa, pues, en un tipo de interacción tradicional, en una comunicación asimétrica y vertical de político a ciudadanos y de ciudadanos a político, que no acaba de adaptarse a las prácticas de los internautas. De modo que los políticos aparentemente dialogan con todos, pero escuchan solo a algunos –políticos o periodistas a lo sumo– y, aunque escuchan, no lo hacen suficientemente.
En realidad, lo importante en Twitter es fomentar la polifonía por medio del retuit de mensajes ajenos al partido, y de la mención y el enlace a informaciones que versen sobre lo que realmente preocupa a los ciudadanos. Si se trata de tejer una red de personas a las que trata de movilizarse para lograr su voto, es necesario promover la relación con los futuros votantes por medio de un discurso en el que quepan distintas voces".

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