miércoles, 16 de abril de 2014

Lanata vio al niño y fotografió al buitre

Por Valentín Belza 

"En la edición de 1994 de los Premios Pulitzer (considerada una de las distinciones más importantes para expresiones literarias, periodísticas, teatrales y musicales presentadas en Estados Unidos) se entregó un polémico galardón a la fotografía.
Kevin Carter, fotógrafo sudafricano, recibió el premio por una imagen que había capturado un año antes, y que fuera publicada por el diario The New York Times. En la misma, se ve en el suelo a un famélico niño sudanés llamado Kong Nyong, padeciendo un claro caso de desnutrición infantil, ante la estoica presencia de un buitre que, pareciera, está aguardando por su presa. El cuadro es desgarrador y expone una dura realidad social de la que Carter fue testigo.
La polémica creció en torno al rol del fotógrafo que, ante una escena de tal fatalidad, optó por gatillar su cámara y capturar esa imagen que le valdría más tarde el lujoso premio Pulitzer. ¿Debía ayudar al niño en lugar de fotografiarlo? ¿O debía ser frío ante semejante hecho? La realidad marca que, atormentado por esta situación, unos meses más tarde Kevin Carter se suicidó en la ciudad de Johannesburgo. Un trágico final para un controversial episodio.
SICARIOS Y BUITRES
La historia de Carter y su fotografía al niño sudanés nos permite, no obstante, trazar una analogía respecto al periodismo y el rol social de los trabajadores de prensa. La eterna discusión sobre la ética de esta actividad, y los límites morales.
En nuestro país, volvimos a tener ante nosotros (y en televisión) la parábola del Niño y el Buitre. El periodista Jorge Lanata transmitió en la pantalla de Canal 13 (Grupo Clarín) un informe sobre narcotráfico y asesinos a sueldo en la provincia de Santa Fe.
Durante dicho informe, Lanata entrevistó a dos supuestos sicarios que actualmente asesinan personas por encargo. Digo «supuestos» porque ya hemos visto que otros trabajos periodísticos de Lanata fueron desmentidos categóricamente por los mismos actores involucrados. No descarto la posibilidad de que esto ocurra nuevamente.
De todas maneras, Lanata presentó a estos dos hombres (con sus rostros tapados y sus voces alteradas por la edición posterior de su producción) como “Sicarios en Argentina”. Allí, contaban detalles de su accionar criminal, mientras el periodista preguntaba qué sentían al momento de matar, cómo se contactaban con ellos, e incluso el precio que cobraban. No los confrontó, no los combatió, en cambio los entrevistó amistosamente.
EMPRESAS vs. PERIODISMO VERAZ
Este informe resulta muy útil para debatir sobre el rol del periodista en la sociedad. Y allí nos encontraremos, como siempre, en las antípodas del pensamiento con los mercenarios promotores del periodismo inescrupuloso y los edecanes de esta nefasta (y perversa) manera de comunicar.
No puedo imaginarme, bajo ningún punto de vista, al eterno Rodolfo Walsh cubriendo en vivo los fusilamientos de José León Suárez y preguntando amablemente a alguno de esos cobardes asesinos: «¿Le contás de esto a tu familia?» (Lanata dixit).
La excelente obra «Operación Masacre» de Walsh no es sólo un gran trabajo del género de no-ficción sino, y más importante, es la muestra del verdadero rol de un comunicador, que debe ser comprometido con la realidad social y poner sus herramientas comunicacionales al servicio de la información veraz.
Con mucho dolor vemos cómo las empresas mediáticas, que sólo defienden sus intereses mercantilistas, buscan enterrar al verdadero periodismo y reemplazarlo por esta pseudo-comunicación prostituida que, no sólo fotografiaría al buitre esperando que el niño muera, sino que desearán estar presentes cuando se lo coma, para capturar la escena y llenar líneas en sus diarios con títulos pomposos y crónicas plagadas de falso sentimentalismo.
Han logrado educar a las nuevas generaciones de comunicadores en esa óptica que aleja al periodista de la sociedad en la que se crió y vive, entumeciendo sus nervios, sus venas y su espíritu, para ser espectadores externos de lo que viven el resto de los mortales en su ciudad, en su barrio, en su manzana.
El error que cometen estos personajes es creer que el niño que filman aspirando una bolsa de pegamento (sin siquiera pensar en ayudarlo) también puede ser su hijo, su sobrino, su nieto. Las empresas mediáticas les han hecho creer que viven en un mundo paralelo, habitado por añejos editorialistas que no salen a la calle, y sonrientes presentadores de noticias que suben sus vidrios polarizados cuando un nene les pide una moneda en el semáforo.
El error que cometen es pensar que son directores de películas de ciencia-ficción, cuando en realidad ese sicario al que Lanata le escuchó decir «No tengo límites, ni con niños ni mujeres», mañana saldrá de esa pantalla millonaria y tal vez llegue hasta sus familiares y amigos.
Si eso sucediera (ojalá que no), veremos a esos comunicadores abanderados de informes lacrimógenos y distantes, del otro lado del mostrador. Entenderán que apenas son reemplazables peones de una partida de ajedrez que nos los tiene en cuenta. Son víctimas de alfiles, torres y caballos que jamás piensan en ellos. Y, lo más grave, son serviles a Reyes y Reinas, que los usan para cubrirse y no ser devorados por las piezas rivales.
A pesar del intento de estas grandes empresas mediáticas que buscan engañar a nuestro pueblo, sabemos que la realidad (única verdad) es más grande aún que su voracidad empresarial, y somos capaces de distinguir lo ético de la bazofia. Sabemos separar la verdad de la infamia. Y el domingo por la noche supimos presenciar el momento en que Jorge Lanata vio al niño de Sudán… y fotografió al buitre".

Más: 
Rosario: los sicarios que mataban en la televisión
Los “sicarios” de Lanata: “No se vale jugar con el miedo”

6 comentarios:

Diego dijo...

http://www.theclinic.cl/2012/10/03/la-verdad-de-la-famosa-foto-de-kevin-carter/

Unknown dijo...

Lo que has dicho no tiene comparacion el es un periodista el cual y su trabajo lo conlleva con investigaciones y entrevistas no es unequilibrador social o un justiciero para eso tenes la justicia la policia los jueces, abogados, etc dncargados de que este tipo de personas esten donde deben estar no hay que confundir los roles en los.que cada un sin distorsionar nada el hombre de la foto se suicido mezclar su trabajo con la moral pero fijate que mas alla de su moral tomo la foto igual y no hizo nada te das cuenta? Muy rebuscado y controvertido lo tuyo cada uno en su lugar con una mejor justicia y orden social asi se va a poder.combatir las injusticias

Udi dijo...

Estimado, como siempre es un gusto entrar acá. Una pequeñísima corrección: el bicho es un buitre, no un cuervo. Y, generalmente, se identifica a estos simpáticos carroñeros con los abogados. Grave error, unos son seres sin piedad que se regodean, medran y prosperan con el sufrimiento humano. Los buitres, en cambio -indispensables para el equilibrio ecológico - son animalitos con muy mala prensa que sólo buscan alimentarse en el nicho que les tocó en la pirámide alimentaria.
Salute

Sergio Villone dijo...

Gracias por tus palabras y por tu corrección, Udi. Ya le avisé al autor de esta columna, Valentín Belza.

Mariano T. dijo...

A ver...la foto es excelente, e hizo mucho más por los niños hambrientos del mundo que si le hubiese dado una mamadera al nene en vez de fotografiarla, y no sabemos si lo hizo después. Es periodismo, aunque tal vez el militante no entienda esa profesión.
Los reportajes de Lanata desmentidos por sus protagonistas parecen haber sido ratificados por los sucedido posteriormente, y los problemas que estan teniendo los entrevistados arrepentidos con la justicia.
Entrevistar a un hdp y actuar cálidamente para permitir que se explaye, meta la pata y se exponga, es un metodo periodístico totalmente válido. La hostilidad no logra resultados, más allá de que luego el periodista se ufane y diga "Le dije de todo".

Sergio Villone dijo...

El tema Mariano es que sean reales...
Ya hasta eso se le discute a Lanata...
Ni qué hablar de los diferentes fondos...

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