viernes, 13 de diciembre de 2013

$9.000 de básico para todos: la estigmatización

BLANCO DE MIERDA
Por Carlos Javier Pérez

Hemos asistido en los últimos años a la proliferación indiscriminada, pero discriminante, de una condición que causa estupor y desagrado en iguales dimensiones. El blanco de mierda. Para comenzar a describirlo cabe anteponer el dato que lo de blanco no es por el color de su piel, sino por el color de su alma. Sí, porque no es caucásico exclusivamente, porque en realidad no decimos que sea blanco de piel. Es blanco de alma.
El blanco de mierda se sabe diferente y superior pero no lo dice, pero no hace alarde de ello, y un verbo que lo califica y pinta de pies a cabeza (lo pinta de blanco) es su muletilla, su caballito, su herencia. Estamos hablando del verbo mágico que los define y respalda ante toda situación.
El verbo “merecer”. El blanco de mierda “merece”. El blanco de mierda se ganó su patrimonio y sus derechos. Los merece más que los demás, más que los “no blancos”, por alguna razón siempre, pero siempre, fundada en el hecho y en la verdad.
Cualquiera de sus actos y sus conductas son merecidas o ganadas en base a preceptos que funcionan para él y para nadie más. Que lo separan del resto, que lo elevan y le dan esa hermosa y prístina blancura celestial de su alma, y si tiene suerte, de su piel también.
Nos detenemos aquí en algo muy particular. El blanco de mierda tiene niveles jerárquicos. Si es blanco de piel, es un plus. Es más puro. En cambio si sólo es blanco de alma, deberá esforzarse durante toda su vida por demostrarlo. Deberá encajar. Cubrir de su blanca mierda todos los actos de su vida para ser aceptado en esa nívea logia.
Haciendo un paralelo Católico Apostólico Romano, el blanco de mierda nace con un, digamos, “Merecimiento original”. Porque blanco se nace, no se hace, no se adquiere. El blanco de mierda nace mereciendo y profundiza su merecimiento a lo largo de sus años de formación, principalmente en su etapa ulterior.
En la Argentina, se da una particular situación en este campo, ya que la clase media, de donde sale la mayoría de nuestro amigos albinoescatológicos, tiene gran posibilidad de acceder a la Educación Universitaria debido a su carácter gratuito. Gratuidad que procede de los bolsillos de cada uno de los integrantes de la sociedad, sean blancos de mierda o no.
Pero de cualquier manera, ese merecimiento eleva al blanco de mierda y hace que su estudio sea un ente autónomo, que no dependa de nadie. Su educación, tanto la posibilidad de la misma, como el desarrollo, como la finalidad, sólo dependen de él mismo. Y por lo tanto sus logros son sólo merecidos por él, por su trabajo, por sus “pestañas quemadas”. Sin ayuda de nadie.
Esto es una de las conductas características del blanco de mierda, y con su trabajo es igual. Tiene derecho a todos los frutos de su trabajo, porque “se rompió el culo trabajando”. Sin importar que esos frutos, que ese aprovechamiento, dañe el futuro y los intereses de sus conciudadanos.
Porque el blanco de mierda tuvo éxito por sus propios medios, por él y nada más que por él mismo. Nadie lo ayudó. Nadie lo apoyó. Y mucho menos sus compatriotas.
Porque si hubiera nacido en Zambia, en Ecuador, o en la luna de Valencia, igual hubiera tenido éxito. Igual, a pesar de que la sociedad, el país, la comunidad no predispusiera el contexto. Igual se hubiera recibido, igual hubiera triunfado. Igual hubiera formado esa personalidad de blanco de mierda que tanto lo eleva y pondera.
Pero esto no es todo amigos, ojalá lo fuera. Ahora nos meteremos en la razón del calificativo, o al menos una de ellas. En el origen del “de mierda” que acompaña al blanco.
Pongámonos serios.
El blanco de mierda es un criminal.
Con lágrimas de cristal en las mejillas lo digo. El blanco de mierda es un criminal. Lo vemos en las noticias todos los días. Y más en épocas de caos institucional. Y más en época de desorden y confusión.
Y los vemos en la calle, no sólo en la televisión.
El blanco de mierda pasa semáforos en rojo con autos carísimos y mata gente. Y huye.
Se adelanta en la cola del banco. Evade impuestos. Saca la guita afuera. Crea desorden y caos. Miente, miente todo el tiempo. Justifica sus crímenes, como no, por su “merecimiento nato”. El blanco de mierda es el que vacía de divisas el país causando que otros blancos de mierda (que lo idolatran como componente santificado de su raza) se quejen porque no pueden hacer viajes que la mayoría no puede ni soñar.
El blanco de mierda cuestiona el dolor.
Cuestiona el dolor de madres que nunca encontraron a sus hijos.
Cuestiona el dolor y la necesidad de madres que piden ayuda porque no pueden alimentar a sus hijos.
Cuestiona el dolor y la pachorra y el desgano y la falta de educación de gente que nació en un baldío, que vive con frío, que come basura (y los critica desde su sillón de 20 lucas).
Critica que se los ayude, critica que se los eleve, critica que tengan oportunidades.
Critica la criminalidad y banalidad de quien roba un televisor en vez de un pan dulce porque su idea de felicidad es un ítem que jamás podrá comprar, y que todos los blancos de mierda dan por sentado, por merecido.
El blanco de mierda condena a un chiquito durmiendo de paco en una plaza mientras compra sustancias, tal vez al mismo proveedor, para ponerse del orto en una fiesta electrónica, en un casamiento en Palermo, o en un viaje a Barcelona.
El blanco de mierda vive toda su vida quejándose de, criticando, criminalizando, discriminando, minimizando, insultando, nominando.
Y por fin, como corolario. Como expresión máxima de su inteligencia y capacidad. El blanco de mierda da su puntada mayor. Su página mejor.
Nos hace creer que no existe, y crea una antítesis. Y los culpa de su dolor. Y evade su responsabilidad. Una vez más, por merecimiento, por evolución.
Y porque en su pequeño espíritu no caben antinomias. Se saca el epíteto y crea un Anticristo. Y pone en él todo su odio y su miseria. Y el “de mierda”.
Pero no se crean. No se adelanten. No nos subestimen.
Nosotros sabemos que el “de mierda” es solamente de ustedes.

7 comentarios:

Carlos dijo...

Mamita, pobre infeliz... me gustaría saber qué carajo le dieron los negros a este pobre país, ah cierto, le dieron votos al peronismo.
No veo qué otra función cumplen en esta sociedad condenada a vivir de la renta agrícola generada por los descendientes de los colonos inmigrantes, quizá el insulto a la raza blanca sirva para encubrir y justificar el saqueo, está bien, lo entiendo, sigan con su discurso.

Mariano T. dijo...

Que triste ser así de resentido.

Unknown dijo...

La clase media berreta y acomodada no va a cantar "Piquete y cacerola, la lucha es una sola", como hace 10 años. Se dejan ver (sin timidez, casi con orgullo) creyendo defender algo mas que su pedacito de nada, con uñas y dientes. Cada uno por su lado, cada uno por sí mismo.

Señalan con el dedo al "negrito de mierda" y desde un lugar de superioridad aberrante justifican la discriminación, el gatillo fácil, el racismo, y -de paso- da por tierra años de lucha por los derechos humanos.

Los señalan con el dedo porque no roban comida, si no aquello que la sociedad les pone delante como deseable y después les niega de plano. "No saquean para sobrevivir" -gritan escandalizados- "lo hacen para ser como yo!"

Furiosos porque la libertad para ellos es comprar dólares, indignados porque por los planes trabajar son para la gente que no trabaja como ellos, que no se rompe el culo como ellos, que no tiene estudios como ellos. Se olvidan de los subsidios, pero ese tema es muy complicado, ellos no se meten en política.

Piden bala, y van a terminar por conseguirla, a este país no le cuesta nada tener gente armada por la calle decidiendo quien vive y quien no, basándose en su color de piel, en su nivel de ingresos o su forma de pensar.

Trato de refrenar la respuesta violenta, pero es difícil: me dan tanto miedo, tanta angustia... mitad idiotas, mitad hijos de puta. El vals es uno solo: tanto los unos como los otros bailan (marionetas funcionales) al compás del golpe.

jfc dijo...

pusiste:El blanco de mierda se sabe diferente y superior pero no lo dice. Diferente y superior?

Rubén Parra dijo...

Jeje... el comentario de un tal Carlos es como escribir algo sobre los asesinatos familiares y que te aparezca opinando Barreda, ¿verdad? O sea, si alguien le da razón a toda esta nota es, precisamente, el amigo Carlos.

Jose Lopez dijo...

Que poco colaboran a la paz social estos comentarios llenos de resentimiento y racismo, porque no nos engañemos hay racismo de blancos hacia negros y de negros hacia blancos. Es una derivación del discurso oficial del gobierno que hace lo imposible por llevar a la realidad el divide y triunfaras, afortunadamente mucha gente ya esta abriendo los ojos

Martin Saavedra dijo...

Tal cual!! yo ya le tenia bronca!! pero el corqui de Carlos!! acaba de legitimar todo esto!!
Buena Carlos!! seguro le sacas la miga al pan lactal mono!! besi

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