martes, 16 de julio de 2013

La intérprete y el caso Nora Dalmasso

"Los compañeros del club de tiro le habían confeccionado el chaleco oficial de tiradores del club con su nombre inscripto en la espalda y la gorra. Los amigos de polo le hicieron tallar en madera la cabeza de un caballo árabe en tamaño natural. Los empresarios de la ciudad y algunos políticos, en agradecimiento por sus donaciones a las escuelas rurales, le entregaron una importante placa honorífica. El periódico de la ciudad le concedió una nota en su revista de los domingos.
(...) Un tiempo presente... sin un antes ni un después... solo ese paréntesis, esa suspensión que expande la conciencia y nos permite entender que la verdad es una sola pero se relativiza cuando el poder la manipula y se apodera de ella. Vemos lo que el poder nos deja ver, escuchamos lo que nos permiten oír y concebimos nuestra realidad en relación a aquello que las altas esferas quieren imponer en las sociedades. Así, la realidad y la verdad de las cosas van tomando matices creíbles y absurdos pero aceptados por la gente que no se cuestiona. Cuestionar la realidad que nos imponen como única verdad atenta contra la mecánica del poder. Pensar, ampliar nuestra conciencia, liberarnos de las estructuras impuestas, lograr formar un pensamiento crítico, atenta contra un sistema que tiene como fin llevarnos y traernos como rebaño, manipular nuestra mente, decidiendo qué debemos comer, pensar y ser".

Más sobre el libro
* ¿Quién es Miguel, el siniestro personaje de la historia, y cuál su relación con el caso Nora Dalmasso?
* Novela reaviva interés por el caso Dalmasso

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