lunes, 25 de marzo de 2013

El diario del Colo De Narváez pide la cabeza de Caselli

Lejtman: "La trayectoria de Caselli fue usada por el embajador argentino en el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, para lograr que el dossier sucio contra Jorge Bergoglio llegara sin escalas a las reuniones de los cardenales que se hicieron antes del Cónclave citado para designar al sucesor de Benedicto XVI. Caselli podía compartir sus secretos con Sodano y Sandri, que ya estaban en una campaña personal para evitar que Bergoglio fuera elegido Papa. Ambos cardenales ya sabían que la posible asunción de su adversario mortal terminaba su hora de influencia en el Vaticano, y ese destino también incluía a Cacho, que años antes intentó seducir a Bergoglio con un pasaje a Roma en primera, que el actual Papa devolvió roto en pedazos al lobista más oscuro de la Curia. En ese momento, Caselli juró venganza eterna.
Cacho, el Obispo, desmintió la información publicada por este diario, y planteó un dilema que debería ponerlo al borde de una causa por discriminación: aseguró al diario Perfil, adonde se publicaron el sábado sus polémicas declaraciones, que este periodista no podía escribir del Vaticano porque ‘no era católico‘. Una vuelta de tuerca al anatema antisemita que veinte años atrás, me lanzó otro dirigente cuando investigaba las relaciones de Menem con el narcotráfico. ‘Es un judío piojoso‘, dijo Alberto Pierri, por entonces presidente de la Cámara de Diputados. El Inadi está en manos del Gobierno, y Menem y Caselli ahora trabajan para la Casa Rosada. No creo que haya denuncia oficial. El gobierno no comerá a sus escasos aliados.
En sus declaraciones, Caselli intentó desacreditar a El Cronista y a sus periodistas. No deberían sorprender sus juicios sin valor ético y moral. Sodano y Sandri, sus enchufes púrpuras en el Vaticano, temen que Francisco investigue lo que ellos ocultaron siendo secretarios de Estado de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Y Caselli, sin esos contactos, es un cuervo que agoniza".
Gonzaléz: "Oscuro y rebuscado, Caselli es el tipo de dirigente que menos le han aportado a nuestras tres décadas de democracia y más daño le han hecho a la ya alicaída imagen externa de la Argentina. Resulta penoso que tres gobiernos (el de Carlos Menem, el de Eduardo Duhalde y ahora el de Cristina Kirchner) hayan recurrido a los servicios de intermediación de Caselli. Es otro de los síntomas negativos de una democracia imperfecta que, seguramente, el influjo del nuevo Papa podrá ayudarnos a mejorar".
Mientras tanto, Luisito Investigador está enojado porque la Oposición no usa la imagen de Francisco como lo hace la DiKtadura (y en ese tren, aprovecha para elogiar a su Mauricio) y porque ya se da cuenta que la gente le va a creer el llanto de "reconciliación" de CFK ante el Papa. Y va a ganar la Yegua, otra vez: "El operativo Conversa marcha viento en popa y se acelera. En eso, supera con amplitud a cualquier dirigente dispuesto a utilizar el mismo atajo. El jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, bien pudo haber utilizado el aparato de difusión del gobierno de la Ciudad para amplificar el gesto del Papa. Francisco lo mandó a llamar, cuando chequeó el dato de que el gobierno nacional no lo había sumado a la comitiva oficial. Hizo que se lo pusieran enfrente incluso antes de recibir a todos los jefes de Estado, incluida Cristina Fernández de Kirchner. Podría haber empapelado la Ciudad de Buenos Aires y muchos de los distritos donde está haciendo campaña para que esa imagen se repitiera en casi toda la Argentina. Podría haber aceptado la invitación de un programa de televisión que le propuso asistir con su esposa, Juliana Awada y su hija Antonia, cuya ausencia le había reprochado el Papa, con una sonrisa, después de que lo abrazó y le agradeció su presencia. Pero así como Macri, Francisco de Narváez, Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde se quedaron paralizados frente a la avalancha de votos que se desviaron a favor de Cristina después de su inesperada viudez, ahora la oposición tampoco parece encontrarle la vuelta a este nuevo y sorpresivo dato.
Si los marketineros de la Presidenta logran que una buena parte del 40 por ciento de los argentinos interpreten el llanto de Cristina como un nuevo tiempo de diálogo y reconciliación, es posible que al ‘proyecto nacional, popular’ le sobre cuerda para rato. Si ese conjunto de argentinos de pensamiento volátil es capaz de olvidar que después de ofrecer la imagen descarnada de una mujer que necesitaba ayuda, a horas de su último triunfo electoral la Presidenta dijo ‘ahora vamos por todo’ la culpa no será de Dios, sino de los hombres".

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