martes, 18 de diciembre de 2012

Construyendo una nueva victoria pírrica (dr. Mariano copyright) del Gobierno

Siempre el intento es la derrota del gobierno o dejarlo mal parado o afirmar que todo está mal y otras variantes deslegitimadoras y estigmatizantes. Cuando no queda otra, hay que bajarle los decibeles a las buenas medidas, a los aciertos y a las futuras victorias K. No sea cosa que se entusiasmen y además, muchos caceroleros se den cuenta...
Lejtman: "El Gobierno pretende ejecutar al Grupo Clarín astillando los ingresos millonarios que recibe por los servicios que ofrece en Cablevisión y Fibertel. La lógica de esta idea pertenece a un cuento navideño: si Cablevisión y Fibertel quedan desmanteladas, el Grupo Clarín no tiene ingresos para sostener sus medios en rojo. Y si las pérdidas se multiplican, su poder mediático se termina. Colorín, colorado, Cristina Fernández ha triunfado.
Un fallo reciente de la justicia federal establece que la Casa Rosada no puede separar los recursos técnicos de Cablevisión y Fibertel, aún cuando la Corte Suprema decida que la Ley de Medios es constitucional. El fallo es simple y contundente: Fibertel no está sujeta a la adecuación que se empuja desde Balcarce 50, y su fibra óptica no puede dividirse, si finalmente Clarín debe entregar su exceso de licencias de Cablevisión que se computan en las oficinas técnicas de la Presidencia.
Entonces, si no se puede dividir la tecnología que usan Cablevisión y Fibertel, Cristina Fernández tiene un problema. Su administrador de la ley de Medios, Martín Sabbatella, sólo podría vender o conceder un papel sin peso, algunas oficinas y ciertos empleados. Pero la fibra óptica, el principal recurso de Cablevisión y Fibertel, quedaría en manos del Grupo Clarín. Sin la fibra óptica, en Balcarce 50 estarían vendiendo o regalando humo".
Laborda: "Se abre una discusión no tanto de cuánto ganaría Cristina Fernández de Kirchner con la plena aplicación de la norma, como de cuánto podría perder si sufriera un traspié ante el Grupo Clarín. Ese debate cobra más importancia en momentos en que la Presidenta trata de demostrar que dispone de poder de sobra, pese a que, a menos que medie un milagro político, no estará en condiciones de aspirar a un tercer mandato presidencial consecutivo, prohibido por la Constitución Nacional.
En el épico relato K, el efecto de un gobierno "popular" doblegando a un "poderoso" grupo multimediático, al que se presenta como una suerte de corporación del mal, daría cuenta de la fuerza de un "proyecto colectivo" ante el que deberían rendirse "las corporaciones" y de una realidad que debería provocar un alineamiento detrás de la líder que lo hizo posible. Claro que lo contrario, es decir una derrota ante el Grupo Clarín, debilitaría al Gobierno y provocaría un progresivo aislamiento de la Presidenta dentro del peronismo.
Un traspié definitivo del Gobierno en la pugna por imponer el desguace de Clarín no sólo sería una derrota en sí misma, sino que llevaría a muchos votantes a preguntarse si el crecimiento de la inseguridad y de la inflación o la menor actividad económica no han sido el resultado de un Poder Ejecutivo demasiado ocupado en un problema con un grupo periodístico que no representa una preocupación mayor para la mayoría de la población".

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